Capitulo 18: Todo lo que pierdes es un paso que das.

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Pasaron casi cuatro semanas desde ese pequeño beso en la mejilla, desde que todo comenzó. No somos nada oficial todavía, queremos conocernos en el ámbito de romancé primero antes de dar un paso más. Estaba feliz, antes lo único que podía causarme felicidad era Taylor Swift, pero ahora, todos mis días estaban iluminados y ya no necesitaba esconderme debajo de falsos sentimientos.

Marshall no había molestado durante este casi mes, lo veíamos en el kiosco o entrando al colegio, pero jamás nos dirigía la mirada. Aunque se lo veía desganado, peor que siempre. Eso me mantenía cuerdo; me había prometido seguir con mi plan de venganza pero ya no quería hacerlo más, menos ahora que estaba emocionalmente bien y ya no me importa él. Ya estaba un poco cansado de querer seguir pendiente de Marshall, tenía que terminar todo de una vez.

Mi día surgió normal, estaba a menos de tres semanas de mi graduación, seria una fiesta grandísima e iría gente de todos lados. Tenia que ir a probarme trajes ya que y por obviedad, yo no tenia guardado ni un traje de mi talla, el único que tenia es de cuando fui al funeral de mi vecina cuando tenia 5 años y que por alguna extraña razón mi papá aun conservaba. Los trajes de mi papá eran enormes para mi y ya no había a quien preguntarle porque todos los conocidos que tengo también carecen de trajes. Con algunos compañeros de mi clase y Kiren, decidimos ir a un local donde se alquilaran y hoy era el día de encontrarnos todos allí.

Por supuesto yo fui con Luca y Kiren. Entramos al local y ya había llegado la mayoría, eramos 8 en total los que íbamos a ir, algunos ya se estaban probando mientras que otros seguían eligiendo. Yo espere a que la mayoría ya estuvieran convencidos de que usarían, habia visto un traje que era hermoso, no me preocupaba cuanto podia salir el alquiler, habia juntado plata todos esto meses solo para esto. El traje era precioso, el saco tenia brillos que parecian ser irreales de lo asombrosos que se veian, el pantalon era igual solo que los brillos eran solo en los bolsillos y en las dos partes de abajo, era una sintonia perfecta. Pero me daba verguenza, no queria llamar mucho la atencion, tampoco queria resaltar ante todos, me quede un rato apreciando el traje hasta que una voz me distrajo.

-¿Vas a probarte ese?

-¿Qué? No, no. Solo estaba viendo que es muy brilloso y lindo.- Kiren asintio con la cabeza, pero estoy seguro de que se dio cuenta de que hace rato me habia quedado embobado con ese traje.- Voy a probarme este otro.- Levante suavemente el traje que traia en mis brazos, ya habia agarrado uno antes para probarme.

-Te quedaria hermoso estar brilloso.

-Llamaria la atencion, no.-Rapidamente me encerre en un cambiador, ultimamente me sentia asi, sentia que podia molestar a todos con solo abrir la boca. Estaba bien con mi relacion, me sentia seguro alli, pero no cuando se trataba de mis compañeros o amigos. Temia hacerlos sentir mal o que pensaran que queria llamar la atencion.

-Yo solo digo, te quedaria increible.- Sabia que me lo decia de verdad, pero me daba miedo. Aparte ese traje se veia demasiado pequeño para mi, no se, yo me veia super pasado de peso supongo.

-Ya, pero igual siento que es mucho.- Claro que es mucho, pero mucho tambien era lo que deseaba que me quedara y poder llevarlo.

Kiren no dijo nada mas, escuche como se alejaba, me sentia mal por no poder decirle que me pasaba realmente. Termine de probarme el traje que habia agarrado, era nego, básico, si tuviera que decir algo mas. No me desagradaba.

-¿Dylan?

-Ya me lo probe, ahi salgo.- Kiren se encontraba fuera del probador otra vez, sali para que aprobara el traje.

-¿Que te parece? Es normalito, no esta mal.

-Te queda precioso.- Me miro con la sonrisa mas dulce, se acerco a mi y me beso.-Todo te queda hermoso.- Si, estaba rojo como un tomate.- Pero se que no es lo que quieres, asi que metete al probador que tengo otro para que te pruebes.

-¿Otro?

-Si, asi que entra, entra.- Me empujo suavemente al probador y emepce sacarme el traje. Kiren me pregunto si ya podia darme el traje que tenia, yo estaba solo con mi pantalon, sin remera ni camisa. Cuando me paso el traje, comence a llorar, yo sabia que él me habia visto de esa manera por el traje, lo trajo para mi, porque sabia que lo queria. Pero yo no podia, me sentia mal, solo podia pensar en que todos me dirian que solo elegi ese para resaltar, aparte de que me sentia gordo, me sentia feo y para reventar, me sentia insuficiente.

Kiren me escucho sollozar y entro sin pedir permiso.

-¿Que pasa? ¿Estas bien?

-No puedo.- Comente en un susurro, el se acerco a mi y me abrazo, no sabia que era lo que yo no podia, pero se quedo ahi abrazandome.

-¿Que no puedes? Hablame, no tengas verguenza.

-Me van a tachar de llamativo, no quiero. Aparte mira, es super chico, yo estoy super grande, no me va a quedar, voy a parecer una ballena.- Me abrazo mas fuete, yo lloraba en silencio en su pecho.

-Dylan, nadie te ve de esa manera, sabemos lo mucho que te adoran y te apoyan todos tus amigos, ellos no son como los anteriores. No estas grande mi vida, por favor, mírate bien, estas normal, saludable, estas bien. El traje es de tu talla, casi que diría que es solo para vos.- Tenia sus manos en mis mejillas, nos mirábamos a los ojos. Yo creí en él, me limpio las lagrimas y me beso la frente.- Pruébatelo, ¿si? no perderás nada en intentarlo.

Asentí y salio del probador, escuche que hablaba con alguien pero me centre en probarme sin pena el traje, debo admitir que deseaba no seguir sintiendo mal. Me lo fui probando de a poco, la camisa era blanca con detalles pequeños de brillos negros en las mangas y cuello. Me puse el pantalón, me quedaba como si fuera solo para mi, el saco brilloso se veía estupendo. Al cerrarlo me marcaba la cintura y se apreciaba extremadamente lujoso. Me gustaba, era tan lindo y finalmente me quedaba bien, jamas pensé decir eso, todo lo que había pensado antes se estaba esfumando de mi mente de a poco.

Sali un poco vergonzoso del probador, llevándome la sorpresa de que todos mis compañeros y amigos estaban allí esperando a que saliera. Al verme empezaron a halagarme, incluso me hicieron dar una vuelta para verme mejor. Me hicieron sentir bien, los mire uno por uno y en sus rostros había sinceridad, no sentía que estaban obligados a decirme cosas lindas. Llegue en un momento a sentirme abrumado de felicidad y comencé a llorar, agradecía haberme cruzado con todas estas personas maravillosas, ellos sabían como incluirse ente si, comprendían, escuchaban, esperaban, eran bondadosos y podían apostar sus vidas para salvarse y apoyarse entre todos. Al fin me encontraba en un grupo que no me dejaba de lado cuando querían o se aburrían de mi, no menospreciaban mi esfuerzo. Ya no contaba solo con Luca y viceversa, ahora contaba con casi un equipo de futbol.

Yo ya estaba decidido a quedarme y jamas irme, ellos eran especiales, eran todo lo que siempre necesite, me hacían sentir en casa y yo iba a darles exactamente lo mismo, porque finalmente me podía ver en muchos años junto con cada uno, lo sentía con lealtad, lo sentía muy real.

Justo donde te deje.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora