14. Uno más a la lista.

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—Kevin, tu celular está sonando en tu mochila.

—Gracias.

Le dije a Diego y corrí hacia allá, era un número desconocido así que decidí no contestar.

Y esa decisión hubiera sido increíble si no hubiera seguido sonando, y sonando.

Y sonando.

—Dios mío.

Dije desesperado, deslizando mi dedo hacia la derecha.

—¿Quién?

Pregunté con la voz más tosca que pude.

—Hola, ¿habla Kevin?

—Si.

Dije de la misma manera.

—Hola, Kevin. Perdón que te moleste, aun no nos conocemos pero soy Amanda, la mejor amiga de Mariane.

Dijo ella.

¿La mejor amiga de Mariane? ¿Por qué me estaba hablando?

—Si, me ha hablado mucho de ti, ¿qué pasa? ¿Está todo bien?

Dije suavizando mi tono.

—La verdad es que no, he querido hablar con ella y verla desde ayer pero no me contesta las llamadas ni me abre la puerta de su casa.

Dijo preocupada.

Y ahora que lo pensaba, tampoco yo había hablado con ella, le había enviado un mensaje de buenos días y no había recibido respuesta.

—Voy para allá, cualquier cosa te llamo, ¿si?

—Muchas gracias.

—No te preocupes, todo está bien.

Colgué.

Comencé a recoger mis cosas, ni siquiera me quité el uniforme.

Sabía que olía mal y que estaba empapado en sudor, era completamente consciente de eso, pero nada me importaba más que saber que Mariane estaba bien.

—¡Kevin! ¿A donde rayos vas?

Gritó Jardiné.

—Lo siento, tengo algo muy importante y urgente que hacer.

—Si te vas no te dejaré jugar el partido de mañana.

Dijo amenazante, yo rodé los ojos.

—Ni modo, uno más a la lista.

Dije y seguí mi camino.

Subí a mi auto y arranqué lo más rápido que pude, tuve que evitar a la gente que trataba de pedirme fotos, me sentí mal pero otro día sería.

Llegué a su casa en menos de 15 minutos, toqué a la puerta un par de veces y esta se abrió, era su madre.

—Señora Camila, perdón que venga así pero necesito hablar con Anne.

Dije mientras pasaba mi mano por mi cabello.

La madre de mi novia falsa me miró con una media sonrisa mientras se hacía a un lado, dejándome pasar.

—No ha querido ver a nadie, ni siquiera a Amy, pero sé que le hará bien verte a ti.

—¿Qué le pasa?

Pregunté.

—Solo habla con ella, te necesita.

Asentí y subí corriendo las escaleras, traté de entrar en su habitación pero obviamente su puerta estaba cerrada con llave.

"Fea"   || Kevin Álvarez ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora