"Fea" || Kevin Álvarez ||

6. Un príncipe.

POV Israel.

Abrí los ojos, el cuerpo me pesaba y las ganas de quedarme en la cama eran más grandes que yo, pero tenía que ir a entrenar.

Así que me levanté, tomé mi toalla y caminé hacia la ducha, el agua estaba increíble, tenía ganas de quedarme debajo de ella para siempre, mi cuerpo comenzaba a relajarse y con él, mis ideas también.

Todo lo que había pasado el día de ayer me seguía dando vueltas en la cabeza, desde el increíble rato que había pasado con Mariane, hasta la "discusión" , si es que podía llamarse así, que había tenido con Kevin.

Después de aclararle que yo también estaba hablando enserio, me di la vuelta y salí de su casa sin decir ni una palabra más, y él tampoco había intentado seguir la conversación.

Kevin y yo nos conocíamos desde hacía ya bastante tiempo, aunque no fue si no hasta su llegada al America cuando comenzamos a hablar y formar la gran amistad que ahora teníamos.

Que él estuviera molesto conmigo me desconcertaba, pero también me estaba afectando, yo sabía que no había hecho nada malo al invitar a salir a Mariane, si había cometido un error, pero yo sabía bien cuál era.

Cometí el error de fijarme en esa chica.

¿Por qué? Honestamente no estaba seguro

No era ciego ni tonto, sabía que no era la chica más guapa o la más "agraciada" como ella decía, pero había algo que me tenía loco por ella.

No sabía si era su sonrisa, sus ojos, su voz o su increíble personalidad, pero me tenía mal y ella ni siquiera lo sabía.

Pero, ¿por qué ahora Kevin decía querer tener una relación con ella? ¿Qué era lo que estaba pasando realmente?

Sabía que sería difícil pero tenía que sentarme a aclarar muchas cosas con él.

De pronto un sonido me sacó de mis pensamientos, saqué mi celular del bolsillo y lo revisé, tenía un mensaje de Mariane en Instagram.

Una sonrisa se formó en mi rostro casi sin poder evitarlo, lo abrí y le di followback.

POV Mariane.

Tonta, tonta, tonta.

¿En qué cabeza cabe pensar que Israel Reyes, jugador profesional de fútbol, con una cara que parece haber sido tallada por los dioses, querría acompañarme de compras?

Bueno, así de ingenua era yo, por eso es que me rompían tanto el corazón.

Holaa.

Respondió de vuelta.

Mi corazón comenzó a acelerarse tanto que pensé que el pecho me explotaría.

¿Tienes algo que hacer hoy?

Solo entrenar, pero a las 4 pm estoy libre, ¿tienes algún plan?:)

¿Eso era acaso una forma de decirme que iría conmigo?

Me enderecé en el sofá y comencé a escribirle de nuevo.

Quería comprar un par de cosas, nada importante.

Claro, lo único importante era que lo estaba invitando precisamente a él.

Genial, paso por ti saliendo de aquí.

Oh por Dios, oh por Dios.

Me puse de pie, le di varias vueltas a mi habitación, al pasillo y a la cocina sin ninguna razón, quería brincar y gritar de la emoción pero me contuve, estaba tratando de no hacerme ninguna ilusión pero esto no estaba ayudando.