"Fea" || Kevin Álvarez ||

31. Tienes que creerme.

—Mucha suerte, guapo.

Le di un beso y él me abrazó.

Aún estaba intentado comprender la situación de Kevin, entender sus razones para quedarse en Europa y aunque me estaba costando mucho trabajo, lo estaba aceptando.

Sabía que si yo hubiera tenido un sueño toda mi vida, él me estaría apoyando también, porque así era Kevin, era bueno y generoso, era dulce y siempre hacía cualquier cosa por hacerme feliz.

Me despedí de Kevin tras dejarlo en las instalaciones con el resto de los jugadores y subí a su auto, poniéndolo en marcha hacia su departamento.

Mis padres estaban tomando unas vacaciones a las cuales me habían pedido ir con ellos, pero quería estar aquí y apoyar a mi novio en todo lo que pudiera.

Estaban a cuatro días de jugar contra la selección de Estados Unidos para poder avanzar en la copa America, y sabía que estaban muy nerviosos.

Si bien sus últimos partidos habían logrado ganar, no lo habían hecho de forma tan contundente como a ellos les gustaría.

Mira con quien estoy.

Decía el mensaje de mi novio, seguido de una foto donde su linda cara aparecía entre Edson Álvarez y Raúl Jiménez.

No pude evitar sonreír al verla, sabía que era muy feliz siempre que de fútbol se trataba.

Cerré la puerta del departamento y comencé a limpiar.

Sabía que no era mi obligación y él tampoco me lo había pedido, pero los chicos tenían un desastre después de estar los tres solo aquí a pesar de que tan solo habían sido dos días.

Kevin y Luis habían salido escasas dos horas antes de la casa, por otro lado, Amy y Alejandro se habían ido desde ayer.

Alex le había pedido que lo acompañara y ella había aceptado encantada.

Así que no sólo tenía que limpiar el desastre de los chicos, si no el de mi mejor amiga también.

Entre la ropa sucia de Alejandro y el maquillaje de Amy me estaba volviendo completamente loca, tanto que había considerado dejar la habitación como estaba.

Pero no, ningun reto era tan grande como para que yo no pudiera lograrlo.

—Mierda.

Dije al levantar un pantalón de Alejandro, haciendo que el iPad de Amy cayera al suelo.

¿Cómo era posible que lo hubiera olvidado? Nunca iba a ningún lado sin él.

Lo levanté del suelo para verificar que estuviera intacto y así era, pero la imagen en la pantalla me había distraído un poco.

Era una foto de nosotras en su cumpleaños número 7, sus padres la habían vestido de Blanca Nieves y a mí de un enano, increíble.

Reí al ver la imagen, ella sonreía mostrando huecos donde pronto saldrían sus dientes nuevos mientras yo mostraba la lengua, completamente roja después de haber comido tantos dulces.

Amy era mi mejor amiga y lo sería para siempre, pero algo raro le pasaba últimamente y no me lo decía.

Quería ayudarla, estar para ella, solo necesitaba saber que era lo que la tenía agobiada.

Un pensamiento fugaz cruzó por mi mente, ¿y si...?

No, definitivamente no.

Dejé su iPad sobre la cama y seguí en lo que estaba, pero la duda no me permitía concentrarme en nada más.