"Fea" || Kevin Álvarez ||

40. Final.

—No puedo hacer esto.

Dije negando con la cabeza tras mirarme al espejo.

—¿Pero qué dices?

Preguntó Isabella poniéndose de pie de un brinco.

—¿Que pasará cuando Kevin se dé cuenta de que esto es una boda? No quiero que se asuste, he tratado de darle su tiempo para asimilar todo lo que está pasandonos y este puede ser un gran paso hacia atrás.

—Le has dado el tiempo suficiente, Mariane. Tú y yo sabemos que la que tiene miedo eres tú y no deberías, por lo que cuentan todas las personas que si tienen la posibilidad de estar cerca de ustedes, no hay una pareja más bella que ustedes.

Sonreí un poco.

Realmente Kevin y yo habíamos logrado ser una pareja estable y hermosa, habíamos aprendido a amarnos aún con nuestros defectos y no me imaginaba amar a nadie en el mundo como lo amaba a él.

—Sigo con esta panza.

Dije mirando hacia abajo.

—Esta panza acaba de traer al mundo al bebé más hermoso de todos, no te permito que te avergüences ni un solo segundo de ella.

Mis ojos se cristalizaron.

—No puedo creer que estoy a punto de casarme con Kevin Álvarez.

—Tienen mucha suerte, ambos.

Tomó y mano y sonreí.

POV Kevin.

—¿Estás seguro de que Mariane quiere?

—No seas ridículo Kevin, ella se ha querido casar contigo desde la primera vez que te vió.

Dijo Alejandro riendo y yo sonreí.

—Creo que siempre supe que ella era la chica de mi vida, no entiendo por qué tardé tanto tiempo en estar con ella.

—Estabas cegado por los prejuicios que la sociedad ha impuesto en nosotros y sobre todo en las mujeres, esos que te dicen que una chica debe tener cuerpo de modelo para que sea digna de estar con hombres como nosotros.

Israel me miró un momento para después volver su vista al moño de mi esmoquín, el cual él me estaba ajustando.

Alcé una ceja, nunca lo había escuchado hablar así.

—Aún recuerdo el momento en el que me dí cuenta de que estaba enamorado de ella. Estábamos en la cocina de mi departamento, mamá iba a llegar ese día e intentabamos preparar algo de comer, pero todo estaba saliendo terriblemente mal.

Sonreí al recordar ese momento.

Felipe y Óscar se acercaron a escuchar, lo cual me puso un poco nervioso, me daba vergüenza mostrarme así frente a mis hermanos.

—Era la época en la que me ayudaba a conservar mi lugar en el equipo. Mariane dejó caer un cuchillo accidentalmente y ambos nos agachamos al mismo tiempo por él, fue solo un segundo pero nuestras miradas se cruzaron y sentí como si una energía me estuviera jalando hacia ella, hacia su boca.

Todos me miraban atentos.

—Cuando ví sus ojos me dí cuenta de que lo que sentía por ella iba mucho más allá de una amistad, no era solo gratitud, amaba su forma de ser, era divertida, amable, era perfecta. Quise besarla pero una llamada me interrumpió, lo tomé como una señal de que tal vez ese no era el momento adecuado.

Felipe me abrazó fuertemente.

—No tienes idea de lo orgullosos que estamos de ti Óscar y yo, de la madurez que has logrado mostrar, del padre y del futuro esposo que serás.