¿Buenos días? ¿Qué mierda podían tener de buenos?
Recién me despertaba a casi nueve mil kilómetros de mi novia, extrañándola como un loco, pensando en ella cada segundo del día, y a Andrés se le ocurría darme los "buenos días".
—Kevin...
Dijo mirándome como si estuviera a punto de decir la peor cosa del mundo.
—Ahora no, vamos a entrenar.
No había tenido una buena mañana, la alarma había sonado pero por alguna razón yo no la había escuchado, me había tenido que duchar con agua fría ya que no podía esperar hasta que se calentara, no había tenido tiempo de desayunar y por si fuera poco, ayer había olvidado ponerle gasolina al auto y no había encendido.
Había tenido que pedir un Uber, mismo que se tardó casi quince minutos en llegar.
Corrí como loco a los vestidores y aún así me habían llamado la atención por llegar justo a la hora.
¡En mi segundo día aquí!
El entrenamiento fue agotador, sentía que cada día hacían que fuera un poco más difícil.
Andrés seguía siendo el único que me hablaba aquí y eso comenzaba a irritarme.
¿Tan difícil era para estos chicos entender que un mexicano fuera tan bueno como ellos jugando?
—Hola.
Dijo un español parándose a mi lado.
—Hola.
Quise ser amable, pero casi de inmediato me di cuenta de que esa no era su intención.
—¿Qué haces aquí? ¿Por qué no te regresas a tu liga de cuarta?
Reí un poco.
—¿Qué pasa, tienes miedo de no ser el jugador más guapo del equipo?
—Dieguito Lainez también era guapo, y mira donde terminó.
Dijo soltando una carcajada, yo me calenté.
—No voy a permitir que hables mal de mis amigos.
Se acercó a mí y yo hice lo mismo, si creía que me iba a intimidar estaba muy equivocado.
—Deja en paz a Kevin, Héctor.
—¿Tiene que venir tu papá a defenderte?
—Yo si te voy a romper la cara, no tengo miedo a una sanción, y por Kevin lo haría.
—No sé que coño está pasando ahí pero basta.
Gritó el entrenador, Andrés siguió en lo suyo al igual que yo, pero aquel chico no me quitaba la mirada de encima.
—Ni siquiera lo mires, no vale la pena.
Dijo y yo asentí.
Si podía ser honesto, todo este asunto me dolía un poco, este había sido mi sueño siempre y aunque estaba intentando disfrutarlo al máximo, me estaba comenzando a cansar de que insinuaran que no era lo suficientemente bueno para estar aquí solo por ser de mi país.
Traté de concentrarme en lo mío hasta que por fin terminamos, antes de que pudiera ir a los vestidores, el entrenador me detuvo.
—Kevin, ¿qué pasa?
Preguntó plantándose frente a mí.
—Nada.
—Mientes.
Bufé.
—Estos chicos creen que soy menos que ellos por ser mexicano, ¿cree que es justo que me molesten solo por eso?
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"Fea" || Kevin Álvarez ||
Teen FictionMariane siempre fue una chica poco agraciada, un par de dientes fuera de su lugar, un nulo sentido de la moda y el cabello más desastroso del planeta. ¿Qué pasará cuando un chico totalmente opuesto a ella, entre a su vida? ¿Qué pasará cuando el mism...