Capítulo 36

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El regreso de la comitiva al palacio, colmó de felicidad a todos los que allí vivían. Una vez en casa, Jennie se encargó de cuidar personalmente de Min, quien le demostró su fuerza, su dulzura y su capacidad de integración. Min era un par de años más pequeña que Maud, pero rápidamente se hicieron amigas y juntas se divertían mucho. En un principio Jennie pensó buscarle una familia, a pesar del dolor que eso le ocasionaba, pero cuando Lisa le dijo que la pequeña ya había encontrado a su familia, se emocionó y se sintió completamente feliz y realizada.

La noche del veinticuatro de diciembre se organizó una gran fiesta para todos en el Palacio. Nadie sabía que era la Navidad, pero siguiendo las directrices de las coreanas, todos se animaron. En las cocinas se afanaron por preparar platos exquisitos, incluso Irene, Rosé y Jennie se animaron a cocinar algo especial. El salón, por primera vez desde hacía muchos años, se preparó para compartir la qué llamaron "la cena más importante del año" con todo el clan.

Casi en el límite de tiempo, las chicas terminaron los vestidos de Agnes y Edel, y también tejieron una toquilla para Malee e hicieron dos camisones en tonos violetas para Maud y Min; incluso prepararon detalles para todos los que vivían en el palacio. Incluidos los guerreros. Deseaban que todo el mundo tuviera un recuerdo suyo, así que siempre que podían, iban al bosque a coger flores que introducían en el palacio, ocultas en los cestos de la ropa. Con ellas, y ayudadas con alambres, confeccionaron bonitas diademas para las mujeres y vistosos broches florales para los hombres.

Aquella noche, Lisa presidía la mesa. Esa Navidad, fuera lo que fuera, estaba siendo la mejor noche de toda su vida. No sólo porque su hermana sonriera junto a Min, ni porque su gente fuera dichosa y su abuela rebosara alegría y vitalidad, sino porque Ruby le proporcionaba una felicidad que nunca creyó que encontraría.

Tras la cena, y antes de que todos se levantaran, Irene, Jennie y Rosé, repartieron los regalos que tenían para ellos convirtiendo la velada en una conmovedora ceremonia. Edel y Agnes lloraron de emoción al ver sus vestidos nuevos.

—¿Lo dudaban? —las molestó Jennie—. Venga, vayan a estrenarlos. Esta noche Percy y Ned no les podrán quitar los ojos de encima. Estaran preciosas con estas ropas y los bonitos peinados que les ha hecho Cheyoung. Y ya saben... ¡que sufran un poquito!

Y, envalentonadas por su nuevo aspecto, los hicieron sufrir. Porque cuando las dos jóvenes aparecieron con sus vestidos recién estrenados y otros guerreros las miraron con deseo, sus enamorados por fin cayeron rendidos a sus pies.

Jisoo, dichosa por la felicidad que su hermosa Chae le proporcionaba, sonrió como una boba cuando la rubia le regaló un bonito anillo y ella la sorprendió cuando en un cesto le entregó un precioso cachorro de perro al que ella enseguida bautizó, como Hank.

Malee, emocionada y rodeada por todos, no sabía a quién mirar para ser más dichosa. Su gente estaba feliz, Maud y la pequeña Min no paraban de reír, Irene se divertía bailando con Bambam, Jisoo y su mujer no paraban de prodigarse arrumacos y su nieta y Ruby se miraban con amor.

Incluso se emocionó al ver que Lisa entregaba un pequeño paquetito a la muchacha.

—Toma, éste es mi regalo para ti.

La morena lo aceptó con una encantadora sonrisa, al tiempo que le daba el suyo.

—Gracias. Pero abre primero el mío —le apremió. Lisa, ensimismadq y con un suspiro de embeleso, cogió aquel presente y, tras besarla, lo abrió. En él encontró un par velas talladas y teñidas por ella personalmente, en tono violeta.

—Son para tu habitación...

—Nuestra habitación —aclaró ella besándola otra vez.

—bien, nuestra habitación. —Y al ver cómo miraba el regalo dijo—: Quiero que las enciendas. Tienen el perfume que me encanta. Así cuando me vaya...

VOLVERÉ POR TI | JENLISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora