Capítulo Final

2K 260 42
                                    

Ayutthaya, 1573.

Jennie y Rosé emergieron como dos ninfas de las aguas del lago. Y como era de esperar hacía algo de frío.

—Ay, Dios —se quejó Jennie—. Por suerte me puse maquillaje a prueba de agua.

—Bueno, creo que hemos regresado. Volvemos a ser Kim Chaeyoung y Jennie Ruby Jane

—Sí, sí, sí. Gracias Erika. Graciasssssssssss —gritó como una loca.

Nadaron hasta la orilla y, una vez fuera del agua, se fundieron en un abrazo. Habían regresado pero, ¿dónde estaban?

—¿Hacia dónde vamos? ¿Te ubicas?

La rubia miró a su alrededor y, encogiéndose de hombros, negó con la cabeza mientras se arreglaba un poco el pelo mojado.

—La verdad es que en momentos como este, un GPS nos vendría de maravilla —dijo Jennie mientras sonreía.

—Da igual, ya nos ubicaremos solo sigamos el camino. De todos modos si aparecen bandidos, tu te encargas.

Jennie puso los ojos en blanco y pero sonrió con la referencia.

Felices comenzaron a andar. Caminaron durante horas, pero la alegría era tal que nada, ni siquiera la ropa húmeda, podía oscurecer su felicidad. De pronto Jennie se paró.

—¿Qué ocurre? —preguntó Rosie.

Con una sonrisa de oreja a oreja, señaló hacia un lateral y besó a su amiga.

—Señora Kim, creo que ha llegado el momento de que tu mujer te vuelva a ver.

A Rosie se le subió el corazón a la boca pero, al dirigir su vista en la dirección en la que su amiga le señalaba, casi se desmaya al ver a Jisoo, el amor de su vida, sentada a los pies de un árbol en compañía de un perro.

—Mujer, a ver, reacciona; creo que te va a dar un ataque de ansiedad y no tengo una bolsita de papel para que respires.

—Dios... —sus ojos estaban llenos de lágrimas— Jen ¿es ella verdad? Dime. No quiero volver a estar soñando.

Entendía perfectamente los sentimientos de su amiga. Volvió a animarla.

—lo sé, llevamos demasiado tiempo deseando esto. Pero esta vez es cierto. Y si sigues así, en vez de dar una sorpresa a tu pobre mujer, le vas a dar un infarto. Cálmate.

La rubia se tuvo que sentar en el suelo. Era tal la emoción que sentía, que le faltaba el aire.

Ahí, a pocos metros, estaba Jisoo. ¡Su guerrera!

—Ay, dios... cómo ha crecido Hank, y qué guapa está mi mujer —susurró con los ojos ya en cascada con sus lágrimas.

—Anda, ve. Estoy segura de que los dos se volverán locos cuando te vean.

—¿Cuánto tiempo crees que haya pasado aquí? —de pronto esa duda la asaltó— ¿y si ya es muy tarde? ¿Qué tal si ya tiene a otra? Eso no lo pensé yo...

—Shhh. Calla esa boca. No sé en qué año estemos ahora, pero ¿recuerdas la carta de Lisa? Ella dijo que te estaba esperando también. Así que deja de ser tan cobarde y ve.

—ok

Rosie tomó aire, se levantó y comenzó a andar hacia ellos. El perro rápidamente se percató de que alguien se acercaba y corrió a su encuentro. Jisoo, al ver que el animal se separaba de su lado, levantó la mirada y se quedó más blanca que el papel. Se levantó como pudo, pero se tuvo que apoyar en el árbol para reponerse de la impresión.

VOLVERÉ POR TI | JENLISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora