capítulo 22

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— ¿A dónde vas a llevarme, Sunoo?—pregunté jugando con nuestras manos entrelazadas mientras caminábamos y le sonreí.

— ¿Recuerdas el lugar al que solíamos ir de niños?—me miró de reojo.

— Mmm... ¿A cuál de todos? Íbamos a muchos lugares después de la escuela.

— Estoy hablando del parque que estaba en nuestro vecindario, solíamos ir cada viernes después de la escuela, fue nuestra rutina por años... ¿Ya lo recuerdas?—apreté los labios tratando de recordar.

— ¿Es el parque que tenía un estanque y juegos en forma de champiñón?—Sunoo asintió sonriendo ligeramente.

— Cuando me di cuenta de que tenía sentimientos por ti, lo primero que pensé es que quería llevarte a una cita a ese lugar... Hoy llegó el día.—se veía bastante emocionado, me pareció muy adorable.

— ¿Por eso traes la mochila?—cuestioné mirando la mochila que colgaba de su hombro.

— Sí... Tengo planeado hacer un picnic, me desperté temprano para preparar algunas cosas, espero que te gusten, me esforcé mucho.—dijo tímidamente, sus mejillas tornándose de un color rosado.

Sonreí mirándolo con ternura y dejé un beso en su mejilla. Caminamos por unos minutos más hasta llegar a la estación de metro, nos subimos a la ruta que nos llevaba a nuestro viejo vecindario, donde todavía vivían nuestras familias.

Durante el camino platicamos de nuestros empleos ya que no habíamos tenido mucho tiempo para hablar el día anterior, me desperté tarde y Wonbin ya estaba en el departamento esperando su desayuno, se me había olvidado por completo la invitación que le hice. Luego ambos nos fuimos a trabajar, apenas despidiéndonos del otro, y al llegar a casa estábamos cansados, por lo que nos fuimos directo a la cama, turnándonos en la madrugada para atender a Seojun.

Sunoo me contó que el dueño de la panadería, quien al parecer era alguien famoso en ese mundo, fue personalmente a enseñarles como debía ser preparado el pan. Le pareció gracioso que muchos de sus compañeros estaba emocionados de conocer al señor y él ni sabía quién era.

Yo le conté que habían muchos productos para mascotas que ni siquiera me imaginaba que existían, como tapetes con olor floral para que los perros hagan del baño, esos estaban caros. También habían bálsamos hidratantes y perfumes para los animalitos. La conversación fluyó tan bien que quedamos en adoptar una mascota cuando Seojun estuviera más grande.

Al llegar al parque Sunoo exclamó irritado viendo que habían muchas familias y parejas en el lugar, era un poco obvio que habrían personas ya que era domingo pero no quise decirle eso, simplemente lo abracé por la espalda y besé su hombro, pidiéndole que no se estresara, nuestra cita no se había arruinado porque habían más personas, eso pareció tranquilizarlo.

Extendimos el mantel que Sunoo llevó cerca del estanque y nos sentamos a comer lo que preparó, eran pequeños sándwiches, fruta picada y jugo de uva, no queríamos llegar borrachos a trabajar así que no llevó alcohol.

Nos quedamos en silencio mientras comíamos, admirando la vista que teníamos frente a nosotros... Una pareja que se encontraba no muy lejos de nosotros llamó mi atención, se veían jóvenes, tal vez estaban en la secundaria o en su primer año de preparatoria, no estaba muy segura. Pero eso no fue lo que llamó mi atención, sino lo cariñosos que estaban siendo en público, yo a su edad jamás me habría puesto tan cariñosa con mi novio frente a tantas personas, era impresionante como las generaciones cambiaban.

— ¿En qué piensas?—Sunoo me sacó de mis pensamientos y volteé a verlo.

— Nada importante... Creo que ya estoy vieja, estoy comenzando a pensar como señora.—dije haciendo reír a Sunoo.

— ¿Qué estabas pensando?—picó mi mejilla mirándome con curiosidad.

— En que los jóvenes de ahora son más sueltos, desembarazados...—Sunoo soltó una carcajada.

— En verdad suenas como señora.—sonrió divertido y apoyó su cabeza en mi hombro.

Volvimos a quedarnos en silencio y llevé la mirada al cielo, solté un suspiro... Los gritos y risas se escucharon en el área donde estaban los juegos y me giré hacia esa dirección, un par de niños estaban jugando a perseguirse.

Sonreí, varios años atrás esos niños éramos Sunoo y yo... Un recuerdo vino a mi mente de golpe, Sunoo y yo estábamos jugando dentro del champiñón cuando, por alguna razón, terminamos hablando del matrimonio, ¿por qué dos niños de ocho años estaban hablando de matrimonio? No lo sabía bien pero esa conversación nos llevó a prometernos una cosa; si llegábamos a los veinte años, la edad en que nuestros padres se casaron, sin estar casados o tener pareja, nosotros nos casaríamos para no pasar el resto de nuestras vidas solos. Solté una pequeña risa, había olvidado eso.

Y en seguida recordé otra cosa, una muy importante. Miré de reojo a Sunoo, estaba comiendo un poco de fruta mientras miraba el estanque... Quise darme un golpe en la frente, ¡jamás le dije que tenía sentimientos por él! El día de nuestro primer beso, el día que se confesó, el viernes cuando nos besamos, nunca le dije que también estaba enamorada de él... Había sido una cobarde y seguía siéndolo.

Pero ya no más.

— Sunoo.—lo llamé y me miró.

— ¿Qué pasa?—ladeó la cabeza confundido al ver mi expresión seria.

— Tengo algo que decirte.—tragué saliva.

— ¿Qué cosa? ¿No te gustaron los san...?

— Estoy enamorada de ti.—lo interrumpí, sus cejas se alzaron con sorpresa y después comenzó a reír.— ¿De qué te ríes? Acabo de confesar mis sentimientos por ti.

— Ya lo sabía, tontita... Te conozco tan bien que creo que lo supe antes que tú misma, ¿crees que hubiera arriesgado nuestra amistad si no hubiera estado seguro de que corresponderías? Sólo que no previne que te negarías a aceptarlo y que todo esto sucedería.—entrecerré los ojos mirándolo con desagrado y golpeé su hombro.— ¡Auch! ¿Y eso por qué?

— Ajá, sabías que estaba enamorada de ti, por eso comenzaste a salir con Hyosun y por eso dejaste que yo saliera con un imbécil.—me crucé de brazos, Sunoo suspiró y bajó la mirada.

— Bueno, no lo sabía, lo sospechaba solamente... Cuando no me rechazaste el día que me confesé, tu comportamiento cuando te dije del embarazo de Hyosun, estaba cien por ciento seguro de que sentías lo mismo pero después comenzaste a salir con Seunghan y ya no entendí nada porque en verdad se veía que te gustaba.—suspiré apoyándome en su hombro y miré el anillo en mi dedo, recuerdos de todo lo que pasó en esos meses vinieron a mi mente y apreté los labios.

— Todo esto pasó porque no pudimos confesar nuestros sentimientos desde un principio...—murmuré.

— Lo sé, somos unos imbéciles. Nos hubiéramos ahorrado muchas peleas, tristezas y desgracias... Lo único bueno que sacamos de todo esto es nuestro hijo Seojun.—pasó su brazo por mi hombro.— Bueno, y que ahora estaremos juntos hasta que la muerte nos separe.—sonreí.

— ¿Tú recuerdas la promesa que nos hicimos a los ocho años? La de casarnos si estábamos solteros a los veinte.

— La recuerdo... No pasó como acordamos pero al final terminamos casándonos.—respondió acariciando mi espalda.— Hyungseo.

— ¿Si?

— Te amo.—abrí los ojos en grande y me separé para mirarlo, abrí los labios para hablar pero al instante puso sus dedos sobre mis labios, impidiendo que dijera algo.— No lo dije para que me digas lo mismo, apenas acabas de atreverte a decirme que estás enamorada de mí... Sólo quería decirlo, tenía tiempo guardándome esas palabras.

Tomé su rostro entre mis manos y dejé un pequeño beso en sus labios al mismo tiempo que acariciaba cariñosamente sus mejillas.

— Yo también te amo, Sunoo, lo he hecho desde hace mucho.—confesé sobre sus labios.— Perdóname por no darme cuenta antes.—dije mirándolo a los ojos.

— Te perdono sólo si me das otro besito.—habló con una sonrisa y reí besando sus labios nuevamente.

More Than Just Best Friends | Sunoo KimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora