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En la soledad de la habitación las lágrimas se deslizan por mis mejillas, y sé que la guerra solo trae destrucción y exterminio.

Poso mi mano en mi vientre, sobandolo e imaginando que pronto estará abultado.

- Mi Reina - Entra a la habitación Sam, limpio mis lágrimas rápidamente - ¿Por qué no quieres salir de la habitación? - Sam toma mis manos y me ve directo a mis ojos.

- Sam no quiero más guerras, deja la idea de conquista - Digo con mi mirada enrojecida.

- No puedo hacer eso, es mi deber como Rey, no sabes que en las fronteras no hay orden, no cumplen las leyes de la corona - Dice acariciando mi mejilla.

- Pues entrenar a niños para el ejército tampoco es una solución, le robas la infancia, ellos son el futuro, no solo pueden ser guerreros, se necesitan panaderos, herreros, consejeros - Enumero todos los oficios necesarios para una nación.

- Ya hay un equilibrio Laila, no lo voy a romper solo porqué si, pero si tienes una mejor idea te escucharé si estás traen soluciones - Dice tomando mi cintura, y allí se que es un buen Rey,  porqué escucha.

El Reino Negro 🌙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora