- Es una Maldición Leo, debo estar cerca de ella o sino me consumirá - Dice con voz baja y ronca.
- Debimos decirle las consecuencias de tu lobo - Digo haciendo una seña para que traigan el caballo de Don, su espíritu debe descansar por los momentos.
Seguimos el sendero a caballo, junto con los guerreros, la nieve y el viento helado los hemos dejado atrás.
Las ruinas de un Castillo antiguo nos dan la bienvenida, y recorremos sus muros cubiertos por la naturaleza espesa, todo en perfecta armonía.
- Crees ¿Qué estén muy lejos? - Le pregunto a Don que avanza de primero.
- No sé, pero mi lobo está inquieto - Dice con confusión.
De un momento a otro Donovan se arroja de su caballo y todos se quedan alertas detectando la amenaza desenfundando sus espadas.
Me arrojo del caballo siguiendo a Don que está corriendo hacia lo profundo del Castillo en cimientos.
Cuando ambos enfocamos una especie de lago o laguna.
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Vemos el cuerpo de Laila flotando en ella, mi cuerpo se tensa y mi respiración falla al verla suspendida en el agua.
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Donovan es más rápido que yo, y su reacción es la de arrojarse al agua para tomar su cuerpo sumergido.
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La tomo de sus brazos y empiezo a hacer presión en su pecho para que expulse el agua en sus pulmones, me desespero por los minutos que transcurren sin éxito para que abra sus hermosos ojos.
