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La pone sobre sus manos y rodillas sujetando su larga cabellera, y alzando su trasero deliciosamente.

Clavándosela sin más dilatación, los gemidos de Laila inundan la habitación, y los gruñidos de Don los acompañan.

Cuando veo a Leo este está sujetando su masculinidad sentado en frente de nosotros.

No puedo adoptar la misma posición de Leo, e intento acercarme a Laila, aprovechando que la bestia está concentrada en sus penetraciones aceleradas.

En el rostro de Laila están esparcidas muchas lágrimas, sus mejillas rojas y su boca sin posibilidad de cerrarse por los gemidos que salen sin descanso.

- ¡Don! Por favor - Súplica envuelta en el deseo.

Donovan en un rápido movimiento posa las piernas en sus hombros, quedando los muslos a los laterales de su rostro devorando su feminidad.

- ¡AAAAH! - Los gemidos nuevamente inundan la habitación y los lametazos que le proporciona Don deben ser alucinantes debido a su larga lengua.

Me acerco lo suficiente para voltear la cara de Laila y darle un beso queriendo demostrar mi pasión y amor, ayudando a ahogar los gemidos que salen de su boca.

- ¡Lejos! - Un empujón en medio de mi pecho, me hace tomar distancia.

La posesividad de Donovan está saliendo hasta por los poros.

El Reino Negro 🌙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora