Las huellas dejadas por mi cuerpo rápidamente son cubiertas por la nieve fresca, mi respiración se encuentra agitada y sonidos de aullidos se escuchan en la lejanía.
- Por favor - Murmuro impulsando mi cuerpo para salir de la nieve que me quiere desaparecer.
Los aullidos se escuchan más cercanos, haciendo que ruede por una pequeña ladera y me golpee con unas ramas.
Mi cuerpo se siente pesado por el sobreesfuerzo y el clima helado que estoy tumbada viendo el cielo y los pequeños copos que caen.
- Ayúdenme - Murmuro cerrando mis ojos, pero un aullido me hace abrirlos.
Un lobo gigante estaba en frente de mi sosteniendo en su hocico una manta de piel.
Pero al parpadear el lobo fue cambiando drásticamente su apariencia.
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- Don - Suspiro abrazando su cuerpo tan cálido, tan fuerte.
- Laila - Besa la cima de mi cabeza y me rodea más con la manta, sus brazos me suman más calor corporal, provocando que varios sollozos se escapen de mi garganta.
- Los mataré mi amor, a todos - Me soba la espalda provocando que me estreche más a su torso y enrede mis piernas en su cintura.
