—¿Artis? —pronunció Jane.
Ella estaba sentada al otro lado del escritorio. La consulta que tenía programada cada jueves iba a la mitad de su duración. Mitad en la que estuve terriblemente perdido en Jabner.
—¿Sí? —reaccioné y sacudí la cabeza —, lo siento. Lo siento.
—¿En qué estás pensando? —apoyó los codos sobre la superficie del escritorio —, estás muy distraído.
—No, nada, es solo... —hice una pausa —. No sé qué me pasa.
—¿Cómo que no lo sabes? —dijo, indignada.
—Es raro, puedo ser un incomprendido conmigo mismo, entenderme en ocasiones se vuelve una enredadera.
—¿Podrías intentar darle un orden?
—Es que... no lo sé. Bueno, de una forma lo sé, aunque de otra sigo sin entenderlo —estrié la glabela por la contestación sin sentido que arrojé. Escondí las manos en las mangas del suéter.
—Puedes comentarlo como salga de ti, con las palabras y en la forma o formas que creas.
La frente me sudaba, me sentía sofocado. Por la parte interna en mis mejillas froté el metal de mi aparato bucal, sin querer me clavé la punta sobresaliente del alambre en la carne, la punzada de dolor me apaciguó. Pasé la lengua por el lugar donde lo enterré para sentir si me era posible percibir un sabor a sangre. No pude identificarlo.
El día de ayer, Jabner volvió a evitarme. Nos cruzamos por el corredor y él se dio la media vuelta para regresarse y así no tener que encararse conmigo. Asimismo, le conté a Lenko lo que ocurrió en la fiesta. Me dijo que dejara de pensar en ello, más que nada porque Crew no mostraba interés en charlar del tema y, si me evadía, ¿qué caso tenía?, ¿por qué darle relevancia a alguien que no me la daba a mí? Era sencillo interpretarlo, mas no llevarlo a cabo. Yo requería las respuestas y no podría estar en paz hasta conseguirlas. Fue así que me aconsejó hablar con Jane.
Y eso estaba por hacer.
—Hay un asunto que me fastidia desde hace unos días —me callé para ordenar lo que había que decir.
—Cuéntame, ¿qué sucede?
—Pues... p-pues —suspiré hondo. Me senté derecho y saqué las manos de las mangas —, es algo que le pasa a una de mis amigas —apreté los dientes por haber mentido. Ni siquiera supe por qué recurrí a eso —. Ella tuvo algo con un chico y... e-e-ese algo la ha consternado muchísimo. Me preocupa que se obsesione y, usted sabe, adentrarse en un bucle que no pare de confundirla más y más.
Me sentí un cobarde por seguir mintiendo. Era un cobarde.
—¿Cómo fue que empezó a sentirse así?
—En una fiesta este, ah... este chico, estando abrió, le dijo cosas que no son normales en él. Mencionó que necesitaba besarla para saber si realmente tiene sentimientos hacia ella. Dijo que él no estaba seguro, pero la necesidad de saberlo era enorme. A los pocos días este chico... s-s-se puede decir que ha escapado de ella y mi amiga no sabe si es por lo que tuvieron. Ella piensa que sí, aunque no está segura.
Hubo silencio por parte de Jane. Me quedé pasmado con el ansia de que replicara, traté de no verme muy sospechoso, no quería que supiera que ella en realidad era él, y ese él era yo.
—Posiblemente aquel muchacho sí sienta algo por tu amiga, pero en un estado de ebriedad una persona también no puede controlarse a sí misma —se acomodó en la silla —, si él la ha evadido es porque tal vez está avergonzado por haberle dicho sus sentimientos o no quiere enfrentar lo que ella podría decirle. Ese podría ser el motivo de su rechazo.
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Until Sunrise
General FictionArtis es tímido y reservado. Jabner es rebelde y atrevido. Artis busca un respiro de esperanza tan arriba como las nubes a las que suele admirar. Jabner podría volverse aquella estrella fugaz a la cual pedirle un deseo. Sin embargo, las estrellas so...