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Era sábado, yo yacía en mi casa. Mamá fue a visitar a mi tía Sam, la cual vivía en Austin por tener su veterinaria instalada allá y no llegaría hasta la noche. Mi cachorra, Soyie, me despertó hace un instante. Seguía somnoliento por lo que consideré buena idea mojarme la cara. No acompañé a mamá ya que me quedé durmiendo debido a que terminé un reporte de Wandall a las seis de la mañana y me estaba pudriendo por la carencia de sueño.

Abrí el grifo del agua y con las manos hice un cuenco para tomar un poco. Me incliné y me empapé el rostro. Estaba fría. Esperaba que eso ayudase a despertarme por completo. Cerré la llave, posé las manos sobre el lavabo. Me quedé quieto suspirando profundo, sentía las pequeñas gotas de agua recorrerme los pómulos. Tomé una toalla a mi izquierda para sacarme. Al levantar la vista, por el espejo, miré mi reflejo.

Retrocedí hacia atrás para tener una expectativa más amplia de mi torso. Me sostuve el brazo con la apariencia de haber sido regañado. Tuve un semblante serio, mis labios no formaron mueca alguna siquiera por equivocación. Extendí ambos brazos hacia los lados y fingí tener hilos adheridos a mis muñecas y sujetados a mis hombros. Los subí y los bajé casi con movimientos robóticos. Me imaginaba siendo un títere portando una gesticulación aliquebrada por ceder ante la manipulación del titiritero.

Imaginé que la persona sobre el control de mis extremidades era Iker Graham.

Para algunas personas no éramos más que eso: simples títeres destinados a sus funciones baratas. Nos manejaban a su antojo cuando quisiesen y donde quisiesen, no importaba si llorábamos o nos destruíamos poco a poco, su lema favorito incluía algo así como el hecho de que, si no sangrabas, no estabas pagando. Eran actuaciones en escenas dolorosas, penosas y mórbidas. Incluso cuando no nos jodían pensábamos que había ojos invisibles por todas partes que cuidaban nuestras acciones para de ellas sacar provecho.

Creer real lo irreal me generaba impotencia, me hervía la sangre. Los mentirosos expertos sabían cómo meterse en su personaje y desarrollar un buen papel. Eso mismo sucedió con Iker, aunque él ya no me hacía partícipe en su mierda, seguía sintiéndome parte del elenco. A pesar de haber sucedido hace años no me gustaba tocar el tema en absoluto, detestaba hablar de ello. Siendo lo mismo en aquellos días, todo lo que continuaba haciendo era callar.

Estaba agotado de seguir cargando con ese pasado, era mi culpa por no tratar de superarlo. Sería libre una vez cortados los hilos en mí.

Me acerqué al lavabo sin despegar la vista del espejo. Me paré derecho y suspiré con lentitud el aire a través de un pequeño orificio formado por mis labios. Las imágenes del angustioso recuerdo clavado empezaron a sintonizarse en mi mente, me causaban volver a sufribles días de antaño. Se sentía como si lo volviese a vivir. Se sentían tan reales. Los ojos se me mojaron en lágrimas, los pucheros a causa de la pesadumbre me invadían la fisonomía como una clase de guerra sin tregua. Los contrarresté acariciándome el pecho. Me enjuagué la humedad en los ojos con la manga del pijama, me dolía la garganta por aguantarme los sollozos.

Me concentré, usé la imaginación para pretender que no era mi reflejo quien estaba enfrente de mí, sino Iker Graham. Se me dificultaba mantenerlo así, en verdad creía tenerlo cara a cara conmigo. Su sonrisa, su jodida y burlona sonrisa de mierda era inolvidable... y su risa, llena de malicia. Cruel. Me estrujaba el corazón revivir la burla con la que me utilizó, lo estúpido que me sentía por haber confiado en él. Le lloré, me desgarré, estuve desesperanzado. Me autolesioné. Me aislé de mis amistades. Me asilé del mundo. No quería eso otra vez. Pensaba en que perennemente iba a resultar en ese aspecto si no confrontaba a su fantasma por mucho que doliera. Era como dijo Mina, debía superarlo. Me lo merecía.

Cerré con fuerza los párpados, sacudí la cabeza y me ensimismé en figurármelo. Posé las manos sobre la orilla del lavabo y tomé una gran bocanada de aire.

Until SunriseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora