Capitulo 7: Un comienzo

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El cazador


3 meses han pasado desde la primera vez que vi a la triada, a excepción de los ángeles y la vampira nadie ha podido dar con ella aun y me complace saber que es gracias a mí. El nephilim y la vampira llevan en sus pieles las marcas de guardianes, aunque todavía no sean capaces de verlas, ambos le pertenecían al diamante de sangre mientras jugaban a ser sus amos.La vampira se abrió camino en su espacio y ahora está con ella en cada paso que da, como debe ser, el nephilim por otra parte está jugando a un ridículo juego del gato y el ratón, la confunde, intriga y atrae solo para volver a ignorarla. Puedo notar la frustración romper sus finos rasgos, incluso puedo ver la natural atracción entre ambos, pero todo es demasiado genérico, demasiado insulso, él no era más que el primer peón que sacrificas para poder mover la ficha del jaque, sin embargo, su ignorancia nos convenia a todos. Mi ego podía permitirme dejarlo pensar que ella le pertenecía solo lo suficiente como para morir en su honor, pero la verdad es que su único cazador era yo, El ángel de la muerte que la observaba desde las sombras, esperando a que la pequeña niña se volviera la mujer que haría mía y entonces lo sabría, ella sabría que me pertenecía, que siempre lo hizo, el caos, la oscuridad y la maldición de fuego en su sangre llevaban mi nombre, podía dejarla jugar a la libertad mientras la oscuridad de sus venas luchaba por el control, pero sus ojos en mi esencia habían escrito su destino, la niña del cabello de fuego ahora me pertenecía y la marca que deje en su alma era la prueba de ello.....................Genesis


Isabella está perdida dentro de su closet mientras Aislin me mira con una expresión soñolienta. después de un mes en coma por un extraño trastorno aislin había vuelto al colegio, se veía débil, pero en comparación a nuestro primer encuentro mucho más despierta, seguíamos sentándonos juntas en la clase de historia por lo que fue cuestión de tiempo antes de que empezáramos a hablarnos y descubrir que teníamos muchas cosas en común, aislin era una chica brillante y tranquila, también una muy valiente dado que fue la única que se atrevió a hablarme después de un incomodo y solitario mes, ella parecía ignorar como todos nos miraban al pasar, lo que me hacia sentirme mas segura, podía ser yo misma con ella y sin importar que tan rara se tornara la situación ella seguía a mi lado, lo que logro que naciera entre ambas una sana y fuerte amistad, poco después y para sorpresa de todos incluidas nosotras, Isabella irrumpió en nuestro pequeño mundo sin siquiera darnos oportunidad para entender el súbito cambio, pero antes de que lo notáramos su fría y bipolar personalidad se había hecho un hueco en nuestras vidas, era tan distinta a nosotras, pero por alguna razón lo sentíamos como algo increíblemente reconfortante. Estos últimos tres meses nos habíamos vuelto muy unidas, para sorpresa de todas descubrimos que teníamos mucho en común, la música era nuestro punto de convergencia, Isabella tocaba el piano y Aislin era excelente con la guitarra y aunque Aislin solo conocía a Taylor Swift e Isabella a Mozart, de algún modo logramos que funcionara.La cantidad de conciertos a los que habíamos ido superaba el número de salidas que había tenido en toda mi vida, la relación entre nosotras fluía con naturalidad y por primera vez sentía que no debía fingir frente a alguien más, a su modo ellas también eran bastante diferentes del resto y para mi sorpresa me descubrí sintiéndolo bastante refrescante.Isabella había tomado como misión de esta noche cambiarnos de look, tanto Aislin como yo estábamos en modo problemas con chicos e Isabella nos recomendó que la mejor manera de resolverlos era tomando el control de la situación, por lo que esta noche nos vestiría y maquillaría a ambas para ir a la fiesta de cumpleaños de Alice. Éramos las únicas de primer año que habían sido invitadas a la fiesta por lo que Isabella se tomó su trabajo muy enserio. Finalmente salió de su gigante closet sosteniendo dos vestidos demasiado cortos para ser legales y miro a Aislin mientras se dibujaba una arruga en su perfecta frente —Tienes prohibido desvanecerte esta noche aurora— le dijo lanzándole un hermoso vestido rojo que gritaba Oscar de la renta en cada bordado. Isabella había empezado a llamar aurora a Aislin en honor a la bella durmiente de Disney, esto después de que se desvaneció dormida producto de su trastorno frente a todo el colegio durante el recreo. Isabella tenía una manera fría de relacionarse con todos, pero en el fondo siempre cuidaba de ambas, y la empezábamos a amar por ello. Aislin sonrió viendo el vestido en sus manos como si fuera un objeto de otro universo mientras un vestido negro con bastantes descotes caía sobre mi rostro, lo sostuve frente a mí y las dudas empezaron a atenazar mi estómago, pero antes de que pudiera abrir mi boca Isabella me señalaba con una mirada desafiante en su rostro —Es noche de tomar el control Ginger— mi mirada fue instintivamente al vestido que sostenía en mis manos y no pude evitar preguntarme ¿Qué se sentiría tener el control?, siempre me había escondido tras el éxito de mis padres y la intimidación que parecían sentir todos al estar cerca de mí, nunca había tenido la necesidad de enfrentarme a una situación, o de como bien decía Isabella, tomar el control de ella, pero eso fue antes de que Gath llegara a mi vida. La mentalidad de los chicos era un tema en el que jamás había tenido que indagar hasta ahora, sin embargo aquí estaba desvelándome y usando micro vestidos para romper su torturante estrategia o por lo menos así la llamaba Isabella.Aislin se mira al espejo con una mirada de asombro en su rostro mientras recorre el vestido que envuelve su esbelta figura con la mirada, Isabella asiente y se acerca a ella por detrás —¿Quién es el cazador ahora? —dijo mientras recogía su cabello en una cola alta, aislin era hermosa, pero una vez Isabella termino con ella no tuve dudas en que haría lo que sea que esa gótica muñeca me recomendara, Belaam había empezado a evitar a aislin desde su regreso del hospital, actuaba como si la pobre no existiera incluso cuando estábamos en casa de Isabella. Los padres de los gemelos Pierce eran muy cercanos a los padres de Isabella, por lo que les permitieron vivir con ellos mientras estaban de viaje por Europa. Aislin había desarrollado una especie de obsesión por el odioso gemelo, que ni Isabella ni yo éramos capaces de entender, pero aun así estábamos en modo "Go team" para ella. Mi historia era incluso peor, habían pasado tres meses desde el inicio de las clases y a pesar de tener la mayoría de las clases juntos lo cual era bastante extraño y desafortunado, Gath jamás me había hablado, de hecho a nadie en general, solo se limitaba a escuchar la clase y salir apenas sonaba el timbre, algunas veces lo había pillado mirándome, lo que hacía que mis pensamientos fueran en una dirección peligrosa, pero el parecía demasiado apático ante cualquier reacción, lo que era excesivamente frustrante, podía sentir que había algo de interés, entonces ¿por qué no lo demostraba?.Suelto el aire mientras deslizo el vestido sobre mi cuerpo, es de una tela bastante suave y se adhiere a mi cuerpo contorneando todos los espacios correctos de una manera irreal, el negro del vestido contrasta con mi pálida piel de una manera hipnotizante, y antes de que pueda notarlo Isabella sostiene mi cabello entre sus manos con delicadeza, tiempo después estoy mirando los resultados al espejo y por primera vez veo lo que el resto del mundo veía cada vez que me miraban, no podía quitar los ojos de mi reflejo mientras mi expresión hacía que ambas rieran detrás de mí. Isabella era mágica, no había duda de ello, sonreí y la abrace tomándola por sorpresa, ella me dio una incómoda palmadita en la espalda y se separó de inmediato haciendo que Aislin y yo riéramos en respuesta, su expresión se endureció, pero sus ojos aun mostraban diversión —Bien este es el plan— nos informó una hora después cuando todas estábamos listas para partir —Aurora tu príncipe es bastante posesivo, créeme lo conozco bastante bien— Aislin la miraba con atención—Por lo que esta noche tu meta es pretender que estas teniendo la noche de tu vida y bailar con alguien más. Pete es el blanco perfecto— sugirió y ambas nos miramos, Pete era el típico jugador que salta de chica en chica cada tanto, era inofensivo, pero lo suficientemente guapo para crear bastantes inseguridades, Aislin asintió mientras respiraba despacio—Gath es terreno desconocido, pero no deja de ser un chico, todo lo que tenemos que hacer es ponerte a ti y a ese hermoso vestido negro en su radar y sus hormonas se encargaran del resto— no estaba segura de como sentirme con respecto a usar las hormonas del primer chico que había llamado mi atención en su contra, pero lo cierto es que la situación ya se estaba tornando irritante, Isabella estaba a su vez envuelta en un hermoso mini vestido de cristales incrustados, la belleza de esta chica era de otro mundo, pero lo que realmente me sorprendía de ella era su irrompible seguridad, no podía evitar admirarla por ello ..............Mientras subo las escaleras que conducen a la puerta de la casa de Alice no podía sacudirme la extraña y recientemente persistente sensación de que alguien me estaba mirando, un escalofríos subió por mi columna mientras miraba a mi alrededor, Aislin me tomo del brazo siguiendo a Isabella que acababa de cruzar la puerta principal y apenas lo hicimos, todas las miradas estaban sobre nosotras y por un instante podría jurar que hasta la música se detuvo, la energía del lugar cambio con rapidez, y todos dejaron de respirar mientras Isabella caminaba guiándonos a la cocina, podía acostumbrarme a ser admirada de aquella manera, Aislin sin embargo parecía querer desaparecer bajo la tierra, la tome de la mano intentando calmarla y la música retomo su fuerza retumbando contra cada pared, Isabella sirvió dos vasos para nosotras —Beban las va a ayudar a relajarse— nos dijo al oído, en todas las salidas que habíamos tenido Isabella jamás nos había incentivado a beber, pero con los nervios de Aislin contagiándose en mis células, me tome el liquido de un solo trago y alenté a Aislin a hacer lo mismo, esta a su vez lo miro dubitativa, pero termino por tomar el líquido también con rapidez, Isabella sonrió complacida y nos arrastro hasta la pista de baile, durante estos tres meses habíamos tenido un millón de pijamadas en las que Isabella nos había enseñado unos muy buenos movimientos y ambas habíamos descubierto que bailar era una actividad que podía ser bastante relajante y empoderante a la vez, nunca me había sentido más hermosa que en ese momento mientras mis caderas se movían al ritmo de la música con todas las miradas puestas en nosotras, un trago siguió al otro mientras esperábamos que los ingratos aparecieran, pero a medida que la noche iba avanzando parecía importar cada vez menos, Aislin se reía cada vez más seguido y con mas facilidad por lo que Isabella le quito el trago y la obligo a comer algo dejándome sola en la pista, reí con ternura al ver como Isabella guiaba a Aislin entre todos los chicos que bailaban a mi alrededor. El alcohol en mis venas no me dejaba detenerme por lo que seguí meneando mis caderas al ritmo de la música incluso cuando perdí a mis amigas de vista. Cerré mis ojos y me uní al hilo invisible con el que la música se paseaba por mi torrente sanguíneo todo a mi alrededor se sentía en cámara lenta mientras mis pensamientos se apagaban, por primera vez no habían presiones, ni miedos, ni prejuicios que me importaran, podía acostumbrarme a esta nueva vida: amigas, conciertos, fiesta y música, por primera vez me sentía Normal, el pensamiento logro arrancarme una sonrisa mientras retiraba el cabello de mi rostro y fue entonces cuando un aroma impacto mi cuerpo que no pudo evitar reaccionar de una manera cruelmente violenta, todo lo que componía mi anatomía se erizo e hincho de una manera dolorosa, de pronto mi piel se sentía tan sensible que hasta el aire sobre ella o el roce de mi ropa podía producirme un desconocido placer, el alcohol en mis venas siguió prohibiéndome detenerme de moverme y disfrutando ahora de todas las intensas sensaciones que se apoderaban de mí, las pequeñas luces de colores se pagaron y a nadie pareció importarle, un brazo me atrajo hacia un torso bastante definido de manera posesiva y el aroma que antes había sentido exploto con tal intensidad que desequilibro mi cuerpo haciendo que un extraño sonido que jamás había escuchado saliera de mi garganta, a pesar de la tela de mi vestido y de su camisa mi piel hervía bajo su agarre, de manera inconsciente apoye mi cabeza en su hombro encorvándome hacia el, mi cuerpo parecía tener voluntad propia, cerré los ojos embriagada de las sensaciones que golpeaban como olas a mi cuerpo—Eres mía ángel de la muerte— susurro en mi oído una voz profunda que jamás había escuchado en mi vida logrando de nuevo que las partes más sensibles de mi cuerpo palpitaran en respuesta y una vez mas el extraño sonido abandono mis labios, antes de que las luces volvieran a encenderse se desvaneció dejándome con una sensación extraña y una sed que no reconocía, mire en todas las direcciones, pero no había ni rastro del extraño chico, todos a mi alrededor bailaban o jugaban ignorando lo que acababa de suceder y yo empezaba a cuestionarme si lo que había pasado era producto del alcohol o si empezaba a tener alucinaciones, pero todo parecía demasiado irrelevante en este punto, estaba demasiado embriagada de algo más fuerte que el líquido en los vasos, había una necesidad luchando por apoderarse de mi poder de razonar por lo que mis caderas volvieron a moverse al ritmo de la música, sintiendo por primera vez una mirada fija que empezaba a quemar mi piel, levante mis ojos y me encontré con la mirada más oscura que había visto hasta ahora, ahí estaba el, mi objetivo de esta noche, con la valentía que el alcohol me daba le sostuve la mirada mientras mis movimientos se hacían cada vez más sensuales, sintiéndome cada vez mas poderosa ante su reacción, ya no puedes ignorarme ¿no es así? Gath no podía separar su mirada de mis curvas y la certeza de que podía hacer lo que quisiera con el hoy y no se opondría fue bastante obvia cuando camine en su dirección y lo vi contener el aire, la verdadera pregunta era ¿que quería hacer con él? Y la respuesta fue bastante rápida en llegar, tenia sed una que mi extraña visión había despertado en mí y que estaba quemándome mientras enviaba pulsaciones a todos los lugares jamás explorados y algo me decía que Gath sería capaz de aliviarlos—¿Bailas? — le pregunte mientras sentía como sus oscuros ojos perforaban los míos, el no respondió, pero no se opuso cuando lo arrastre a la pista de baile, lo coloque detrás de mi rodeando mi cintura con sus brazos tal como lo había hecho mi alucinación y baile para el mientras escuchaba como respiraba con dificultad en mi oído, sus manos en un inicio rígidas empezaron a subir y bajar masajeando despacio mi torso, quería más, mucho más, no entendía que era exactamente lo que necesitaba mi cuerpo, pero cuando su toque hizo que mi cuerpo se arqueara, la necesidad del suyo fue bastante evidente, y la reacción de mi piel a esa necesidad fue la respuesta que necesitaba, lo quería a él, justo ahora, me voltee y lo bese con desesperación contenida, mi cuerpo chispeaba por todas partes, no como hace minutos en brazos de una alucinación, pero con una intensidad intrusa que de diseccionarla sabría que no le pertenecía a Gath, sin embargo él era quien la tendría. Un pensamiento intrusivo se apoderaba de mi mente haciendo que el calor de mi cuerpo se elevara a niveles inhumanos, si mi alucinación fuese cierta, la idea de que este viendo como Gath calma lo que el despertó en mi me volvía loca de deseo, estaba perdiendo la cabeza, pero ¿a quién carajo le importaba? Nuestras lenguas se acariciaban en una lenta danza que solo lograba desesperarme más, Gath me apretaba contra su cuerpo y de no ser por alguien que carraspeo a nuestro lado posiblemente habría tenido mi primer encuentro sexual en el medio de una pista de baile, pero ambos tuvimos la capacidad suficiente para arrastrar nuestras desmesuradas necesidades a un lugar más privado. Gath abrió la primera puerta y me guio dentro de la habitación cerrando la puerta tras de él, nuestro labios impactaron en tan solo segundos, ni siquiera pude diferenciar el color de las paredes, habían paredes y eso era suficiente, me separe lo suficiente para quitar su camisa y note como en sus ojos eran un reflejo de mi desesperada necesidad, su ropa desapareció en algún lugar de la habitación mientras me cargaba hasta la cama, me deposito con cuidado sobre ella mientras sus ojos recorrían mi cuerpo con admiración, me apoye en mis brazos mientras veía como sus pantalones rodaron sobre sus piernas y a este punto solo tenía su ropa interior dándome una visión celestial de los cuadros en su abdomen y las venas que recorrían sus brazos, era incluso mas perfecto de lo que había imaginado.—¿Te gusta? — pregunte cuando note como su mirada se deslizaba por mi vestido del mismo modo que lo hacían mis ojos por su cuerpo, el seguía mirándome con esa necesidad que parecía haber ganado la lucha de todo razonamiento, pero no emitió ningún sonido, había un vestigio de duda en sus facciones por lo que actúe rápido —Me lo puse para ti—dije sacando la valentía de lugares desconocidos, mi amistad con Isabella realmente estaba afectándome, en el mismo instante en que esas palabras salieron de mi boca vi cómo se quebró algo dentro de su mirada, bajo su ropa interior respirando con dificultad y me miro a los ojos por solo un segundo —¿Estas segura de que esto es lo que quieres? — pregunto y escuche por primera vez su voz, era grave y un poco profunda, pero incomparable con la que se me robaría el sueño por el resto de mis días. el entendimiento me llego de golpe, se estaba reteniendo porque estaba ebria, y lo estaba, pero no lo suficiente como para no poder consentir esta decisión, me levante y lo guie a sentarse sobre la cama, mi necesidad estaba acabando con mis sentidos, sabia que no era el lo que mi cuerpo me pedía, pero lo que deseaba no existía por lo que debía concentrarme en obtenerlo de él, y lo cierto es que Gath no estaba nada mal para empezar. Me desate el vestido dejando que se deslizara libremente sobre mi cuerpo, su mirada fue instantáneamente a mi pecho desnudo y de vuelta a mis ojos, era hombre perdido y lo sabía, también lo hacía yo por lo que tome por completo el control de la situación regalándonos a ambos un comienzo

Herederos del infierno #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora