Capítulo 13: Espadas, fuego y mentiras (Grata Domus)

4 0 0
                                    

Isabella


La ceremonia de coronación tendría lugar aquí, en el salón de fuego en presencia del consejo y de las grandes casas. A mi derecha estaba el general Graymoon y su esposa junto a Amara, la pequeña estaba mucho más alta y sus rizos morenos rebotaban alrededor de su rostro mientras reía, su madre a su vez reía con ella mientras le pellizcaba su mejilla. Desvíe rápidamente la mirada a mi izquierda sintiendo como la tensión en mi cuerpo había logrado adormecer mis manos, Samantha me devolvió una pequeña sonrisa mientras sus inquietos ojos me repasaban sin que ella pudiera evitarlo, se detuvieron descaradamente en mi escote antes de que sostuviera el aire con dificultad y mirara al frente. sí salía viva esta noche arrastraría a esa hechicera directo a mi habitación, o a cualquier rincón del maldito castillo, me merecía eso si lograba salvarme de las manos del príncipe oscuro. Tortuosos minutos después la casa Blackmoon se abrió espacio entre las puertas principales con Evangely a la cabeza, detrás de ella reconocí al centinela del General, Gedrick y a... ¿Hazel? Mis ojos fueron directo a la mesa a mi derecha en la que el General y su esposa miraban paralizados a su hijo mientras sostenían a Amara quien parecía querer correr en su dirección. Les seguía la Seelie, quien tuve el placer de conocer mientras acompañaba a Genesis en las capsulas del tártaro, sus celdas eran contiguas y sus gritos nos mantuvieron a ambas despiertas durante poco más de tres semanas. Verla frente a mí de pie, viva y aparentemente fuerte era algo que mi cerebro no lograba entender. La escoltaban los hermanos Lee, famosos por sus brillantes y estratégicos cerebros, todos al igual que el centinela del General y Hazel portaban tatuajes idénticos al mío, lo que indicaba que al igual que yo eran protectores de la sangre Real, por ultimo y para mi sorpresa la hechicera Faith entro seguida por Gael de la casa Graymoon. Si la seelie había tenido un mal mes lo de la chica Faith era un milagro, todos los días estábamos seguros de que sería su ultimo. la explosión de éter en sus venas hizo más estragos en ella que en todas las demás, de hecho, Génesis para sorpresa de todos había sido la menos afectada, después de una semana de sueño inducido se despertó intacta y un poco confundida, las otras tres semanas fueron de prueba, pero mi chica supero todo con sobresalientes.Todos portaban los colores y el escudo de la casa Blackmoon y se escuchaban las expresiones de asombro y disgusto provenientes del apartado del consejo, debía haber varios siglos juntos y apiñados en esa pequeña mesa, sin embargo, hasta Lucifer en algunas ocasiones tuvo que rendirles cuentas a los tercos ex Generales Guardianes de la firma de las furias. Mis padres también intercambiaban miradas que detonaban incomodidad, más herederos significaba más amenazas a un largo y próspero reinado del que ellos ya consideraban su nuero, lo cual era extraño ya que poco años antes condenaban su amistad con Blake diciendo que el chico era un caso perdido, igual a su padre, imprudente e inmaduro y sin embargo aquí estaban haciendo reverencias y tomando buen vino dentro de las paredes de su castillo.Pero en defensa de los conservadores no era común que cualquiera usara los colores y escudos de una casa sin antes probar al consejo que su sangre era de los primeros. Mi chica no estaba por ningún lado y empezaba a preocuparme, lo correcto es que yo estuviera abajo con ellos portando mi uniforme de centinela, sin embrago aquí estaba yo vestida de muñeca con unos tacones que me imposibilitarían defender a la princesa si era necesario y por la manera en que los ancianos miraban a las nuevas herederas eso parecía. Pero Góspel había sido inmutable en su orden, debía llegar con mi familia y sin despertar sospechas.Poco después el aire se tornó pesado y difícil de respirar, sombras se arrastraban por el suelo y trepaban las paredes anunciando la llegada del Rey, la tensión en el ambiente era palpable, pocos realmente sabíamos que esperar del primer vistazo al Rey, sin embargo, no tuvimos mucho espacio para expectativas. Góspel entro a la sala y todos se inclinaron ante el excepto Blake y yo, pero nadie pareció notarlo, mi mirada fue directamente a la corona negra sobre su cabeza que destellaba hilos de una luz azul que se entrelazaba entre sus espinas. La corona estaba despierta, y el rey emanaba poder, uno del que no recuerdo haber sentido en presencia de lucifer, y por la expresión de los demás presentes sabía que tampoco ellos. Los hijos de lucifer tomaron asiento y también lo hicimos todos los demás, solo estaban de pie los nuevos herederos y sus guardianes. Un hombre bajito del que no me había fijado antes se acercó a nosotros con la pluma de las furias y un enorme y pesado libro en mano, un podio estaba estratégicamente colocado del lado derecho de donde estaba sentada la princesa Blackmoon quien mantenía la vista fija en el libro que el pequeño señor llevaba en manos. Todo cambio o ley, debía ser firmada por el consejo mediante la pluma de las furias para que la corona accediera a facilitar los medios para ello, la mayoría de los ancianos habían sido sobornados por lucifer, sin embargo siempre habían excepciones, ni siquiera un Rey era capaz de tenerlo todo y eso parecía ser una buena noticia, hasta que descubres que el consejo era tan inepto como el Rey —Distinguidas casas es un placer presentar antes ustedes al nuevo Rey del Reino de Fuego Gospel Blackmoon Grigori, de la casa de las sombras—podía notar un leve temblor en su voz y mis ojos fueron directamente hasta Góspel que se mantenía inmutable. No hay discurso, el rey parece no creer necesaria la aprobación de las casas —La corona ha tomado su decisión y el consejo firmara el libro de cenizas en acuerdo— el pequeño hombre procedió a firmar en medio de un silencio escalofriante, los ojos de Góspel se mantenían sobre la mano del pequeño hombre que no dejaba de temblar sobre el papel. la mirada del pequeño anciano fue ahora hasta el rostro de la seelie y un leve temblor se apodero de su barbilla, volteo su rostro al consejo antes de dirigir a ella un asentimiento, los gemelos Lee la guiaron hasta el medio del salón donde se encontraba una pequeña abertura que dejaba ver un abismo que sabia estaría rodeado de carbón en su descenso hasta la lava del tártaro.—Di tu nombre Seelie— dijo el enano con un deje de desprecio que intento esconder —Genovive— respondió ella con determinación —Dinos tus intenciones— pide el anciano —Soy hija del General Belcebu Blackmoon y vengo a reclamar mi apellido y mi lugar en la corte real— recito haciendo que los ancianos susurraran desaprobatoriamente, por instinto mi mirada fue instintivamente a Evangely y note algo en ella de lo que no me había percatado antes. Desde donde estaba podía ver que sus ojos eran por completo negros y su piel irradiaba chispas oscuras incapaces de descifrar, pero lo único de lo que estaba segura es de que nada bueno saldría de ellas, por lo menos no para quienes se atrevieran a cometer la estupidez de ... —Es una sangre sucia— se escuchó desde el consejo, mi mirada fue directo al pobre hombre que todavía no se había enterado de que ya estaba muerto —Ningún extranjero tiene derecho a gobernar— se unió otro, mientras notaba un movimiento en la corte, Hazel ya no estaba en su puesto, pero antes de que pudiera encontrarlo con la mirada el primer anciano volvió a hablar ganándose mi atención—Ella no sabe nada del Reino, no podemos permitir que...— el anciano se calló abruptamente dejándonos a todos confundidos, sangre empezó a caer de sus labios y todos miramos con horror como hilos negros se cosían en sus labios, ¿magia? Mire rápidamente a la mesa de las hechiceras, pero ellas miraban igual de horrorizadas y confundidas la escena, el anciano cayo de rodillas intentando gritar mientras el segundo en hablar se le unía, sus bocas quedaron completamente cocidas mientras ellos luchaban en vano contra el hechizo y mi mirada fue una vez más a Evangely que sostenía una mano en alto en su dirección, ¿había sido ella? Mierda ¿la princesa tenía acceso a la magia?, ¿desde cuándo?, es impresionante todo lo que las cosas pueden cambiar en apenas unos meses, Góspel les dio una inexpresiva mirada a los ancianos de rodillas y luego su oscura mirada se arrastró al anciano en el podio, este tembló de pies a cabeza sin siquiera ocultarlo y siguió. La mirada de la Seelie estaba fija en los dos hombres en el suelo mientras el pequeño anciano le pedía que alimentara los carbones con su sangre —... Si el tártaro te reconoce, también lo haremos nosotros— culmino logrando que la mirada de la Seelie se arrastrara hasta el. El centinela que la custodiaba le dio una daga y se apartó mientras ella la usaba, gotas de sangre bañaron las brasas despidiendo un humo espeso y negro que se elevó hasta el techo, ella lo miro inexpresiva mientras Evangely arrastraba su mirada hasta el pequeño anciano—Genovive Blackmoon hija del General Belcebu Blackmoon de la casa de las sombras, te reconocemos como nuestra princesa— dijo y acto seguido hizo una leve reverencia que siguieron todos los presentes incluyéndome, la chica era una guerrera y tenía todo mi respeto, los centinelas la guiaron a la silla vacía al lado de Evangely y se colocaron a ambos lado detrás de ella, la siguiente en avanzar a la copa fue la chica Faith y el pequeño anciano repitió el procedimiento —Di tu nombre hechicera— dijo el enano con el mismo deje de desprecio que intento penosamente esconder —Paige— respondió ella fríamente —Dinos tus intenciones— pide el anciano —Soy hija del profesor Bael Blackmoon y vengo a reclamar mi apellido y mi lugar en la corte real— recito, esta vez el grito vino de la mesa de su casa y atravesó el espeso aire a nuestro alrededor —Asesina pagana— grito una de las hechiceras acercándose a ella, Heather se puso de pie y Blake pareció querer hacer lo mismo —Tu madre fue una perra que contagio nuestra sangre y casi acaba con nuestra aldea— le escupió frente a un público inmóvil y atónito, mi mirada fue de la chica Faith por completo inmutable hasta Evangely que por esta vez no parecía interesada en intervenir. Sus hermanas la tomaban de los brazos intentando detenerla, pero la ingenua hechicera pensó que sería buena idea abalanzarse sobre la chica Faith y antes de que pudiera siquiera tocarla el cuerpo de la chica ardió en llamas frente a nuestros ojos hasta volverse cenizas. Todos contuvimos el aire mientras Blake mantenía a Heather firmemente por la cintura, mis ojos fueron una vez más a la corte. Evangely y Genovive miraban inmutables los restos de ceniza, mientras el Rey parecía tener toda la atención puesta en algo más, seguí la dirección de su mirada y por un breve segundo temí por la vida de mi hermano, los pozos de ónix hirviendo en los ojos del Rey estaban fijos en el brazo con el que Blake sostenía a una Heather sollozante, ¿qué estaba pasando?El sonido de la sangre cayendo sobre las brasas devolvió nuestra atención a la hechicera frente a nosotros y una vez más el humo negro y espeso se alzó hasta el techo—Paige Blackmoon hija del profesor Bael Blackmoon de la casa de las sombras, te reconocemos como nuestra princesa— dijo y acto seguido hizo una leve reverencia que una vez más seguimos todos los presentes. Su rostro tras las paredes de las capsulas se encendió tras mis parpados, la chica era poco más que un simple carroñero en su propia piel no había manera de que sobreviviera y todos lo sabíamos, ¿que había cambiado?.Gael la guio hasta la silla vacía dos puestos a la izquierda de Góspel, dejando entre ellos un asiento vacío, Evangely siguió con la mirada a Paige hasta que tomo asiento y se puso de pie, lentamente camino hasta los dos ancianos que yacían aun en el suelo, alzo su mano en dirección a la mesa del consejo y enseguida unas enredaderas negras los atraparon a todos en su asiento, arrastro al primero y lo coloco en el borde del hoyo del tártaro —Thomas well— dijo Evangely alzando el rostro del anciano—Creador y sellador de la ley de fronteras. Ley que limitaba a los centinelas de cruzar las aldeas de las hechiceras y por tanto a protegerlas— alzo su cabeza un poco más dejando a la vista su cuello —Los calabozos del Reino de Cristal están llenos de nuestras hermanas gracias a ti— dijo en su oído lo suficientemente fuerte para que todos pudiéremos oírlo, acto seguido descosió sus labios y lo empujo al vacío mientras sus gritos llenaban toda la estancia, rápidamente las sombras se precipitaron sobre él. Mi mirada se desvío a la mesa Graymoon que estaba por completo vacía, mi ojos se toparon con Hazel que regresaba a su posición inicial mientras Evangely arrastraba con su magia al segundo anciano —Celicius March—Vocifero Evangely —Creador y sellador de la ley de segregación dentro de nuestras tropas— solo los demonios tenían permitido el entrenamiento y solo los demonios podían ser protegidos. Recordé, una vez más descosió sus labios solo para escuchar sus gritos mientras caía —Deloris Flench, cassandra mell y Gregorio Aushin— recito mirando a los últimos tres ancianos en la mesa, cuyos ojos estaban desorbitados y helados —selladores de todas las leyes que el Rey Lucifer uso negligentemente contra su pueblo— dijo—No puedes hacer esto— respondió el único anciano con soberbia por lo que deduje que era Gregorio — Gregorio Aushin — recito Evangely como si de una canción se tratara, acto seguido lo arrastro al borde del tártaro con su magia —Las doncellas tienen interesantes historias sobre ti— los ojos del hombre se abrieron finalmente mostrándose aterrados —ohh estoy segura de que las sombras disfrutaran de esas, ¿por qué negárselas? —acto seguido lo empujo y los gritos llenaron una vez más el salón. Mis padres estaban petrificados al igual que todas las hechiceras— Deloris Flench y Cassandra Mell— dijo arrastrándolas a ambas al borde —Se les acusa de iniciar la guerra de las lunas, dieron a las parias creadas por las hechiceras para protegerse de los serafines la esencia de los lobos acabando con manadas completas y dando inicio a la única guerra que nuestro Reino ha conocido— Evangely miro a la casa Faith y tras la revelación sin apartar la mirada de ellas empujo a las últimas dos ancianas al tártaro. Acto seguido cerro el abismo y miro al pequeño anciano que seguía temblando sin control— Es aceptada la petición de la corte de disolver el consejo— una gota de sudor corría por su frente mientras firmaba el libro Evangely lo ignoro y movió levemente la mano haciendo que un sed de espadas apareciera frente a Góspel, el mismo se puso de pie e hizo una señal para que los guardias ocuparan su lugar, tomo la primera espada mientras el centinela del general se acercaba —Gedrick Hunt, descendiente de la luna negra y guardián de la sangre real. —¿Juras ser fiel a la corona como lo fuiste a tu descendencia y facción? — Pregunto el Rey —lo juro—respondió el centinela —que tu promesa sea sellada por tu espada en fuego, bienvenido a la Guardia Real— anuncio el Rey creando una sensación de escalofríos en mi cuerpo, todos los miembros del consejo habían muerto y se estaba formando una nueva Guardia Real, lucia más como una revolución que como un cambio de mando, pero por alguna razón me sentía más en paz con esta realidad. Uno a uno todos los guardianes hicieron su juramento, hasta que finalmente el Rey nos miró por primera vez —Las reglas son simples— su mirada llena de sombras nos estudiaba con detenimiento — Honren la lealtad a la corona que sus casas juraron y no terminaran en el abismo del tártaro— estaba segura de que podría romper a mis padres si los dejaba caer, a este punto no eran más que simples estatuas — y por último— sus ojos fueron hasta su hermana quien materializo y le entregó una piedra de ónix cuya existencia paralizo cada nervio de mi cuerpo —Reclamare a mi Reina— abrió la piedra dejando a la vista un dolorosamente hermoso anillo de diamantes negro, mi madre se movió dando por primera vez signos de vida, y mi padre sostuvo su mano en respuesta. Yo por mi parte empecé a evaluar con rapidez la opción de huir, si el me reclamaba no había nada que pudiera hacer al respecto y menos sin un consejo que quizá pudiera oponérsele. Cada musculo y nervio de mi cuerpo estaba en completa tensión cuando su mirada se encontró con la mía antes de llevarla a la mesa de mi derecha — Heather Scarlet Faith, descendiente de la dinastía Faith e hija de las dos lunas, te reclamo como mi esposa y Reina del Reino de Fuego— espera ¿que? sentí como todo mi cuerpo se relajaba antes de que la realidad me golpeara, los brazos de mi hermano se trenzaron contra su pecho mientras miraba fijamente como su novia se acercaba al Rey, ¿que estaba pasando?, cuando Heather llego hasta el, Góspel se arrodillo y mis ojos se abrieron de golpe sin poder evitarlo —¿Aceptas ser mi esposa? — ¿le pregunto? ... lo de reclamar ¿ya no era una opción? .. ella ¿podía negarse?, entonces aun había esperanzas, busque la mirada de mi hermano para intentar hacerle llegar ese pensamiento, pero antes de que pudiera llegar a él la respuesta llego a mis oídos —Sí, acepto— mis ojos volaron hasta el pálido rostro de Heather del que resbalaba una lagrima de ¿felicidad? Mi estomago se revolvió mientras veía atónita lo que pasaba frente a mí. El Rey deslizo el anillo en su dedo y tomo su rostro y antes de que lograra despegar mi mirada de ellos Blake dejo el salón en un resignado silencio y por primera vez sentí que realmente había perdido a mi hermano.

Herederos del infierno #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora