Capitulo 10: Black spot

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Gospel

La sangre que brota de sus venas forma caudales carmesí sobre la blanca cerámica, su rostro aún demasiado pálido mostraba signos de una belleza extraña de encontrar en el mundo humano. Espero pacientemente mientras sus recuerdos se reproducen en mi mente, la academia y mi experiencia me enseñaron que todos los humanos tenían algo en común, en el instituto lo llamamos el punto de quiebre, un evento canónico que marca un antes y un después en la vida para ellos, eventualmente algunos pierden su esencia, otros la cordura y algunos como la chica bañada en carmesí la vida.

Pero todo tiene un punto de inicio al que llamamos black spot, un recuerdo en específico que logra desencadenar reacciones desestabilizantes en ellos, uno lo suficientemente fuerte para marcarlos y hacerlos vulnerables ante cualquier ofensiva. Dentro de su caótica mente este recuerdo en específico se mantenía comúnmente escondido detrás de todos los demás pensamientos creados para amortiguar su impacto, pero aun así brillaba con un aura de poder intenso y atrayente.

Me acerque a el mientras el cuerpo de la chica empezaba a retorcerse, y apenas lo hice la luz del sol sofoco mis retinas, estábamos en un campo lleno de rosas, Su hermoso cabello azabache se mese con el aire mientras huye entre risas de su madre, los colores, olores y emociones de este recuerdo son increíblemente nítidos lo cual también era extraño, los recuerdos de los humanos solían ser sugestivos, cambiantes o erráticos, sin embargo este se sentía tan real que activo mis alarmas, me mantuve inmóvil mientras su madre la tomaba en brazos y ambas reían mientras su madre giraba sobre sí misma. La alegría o el amor no eran emociones de las que pudiera alimentarme, sin embargo la intensidad que emanaba de ellas era embriagadora, están ahora en el suelo inspeccionando rosas, cuando de pronto detecto un leve movimiento a mi derecha, la pequeña niña también lo nota por lo que se detiene con precaución viendo en dirección a los arbustos donde antes había detectado el movimiento, puedo sentir la preocupación crecer en ella, incluso puedo sentir como la ansiedad empieza a apoderarse de su pequeño cuerpo cuando intenta que su madre la lleve a casa entre suplicas y lágrimas, la mujer intenta calmarla, pero la mirada de la pequeña ahora de completo terror sigue fija en los arbustos, la chica se retorcía logrando que finalmente su madre se rindiera y la llevara a casa.

—Señor— me interrumpe uno de mis soldados mientras la imagen iba deshaciéndose frente a mí, mi mirada lo apunta y siento como duda ante los temblores de su cuerpo. Durante meses había planeado mi salida del Reino de Fuego, y también para que lo haría, lo que no tome en cuenta era que mi padre no estaría mientras intentaba llevar a cabos mis planes, sin embargo sabía que Evangely y Gedrick podrían tomar las riendas mientras yo terminaba mi pequeño experimento, tendríamos a los herederos y a mis nuevos soldados, por fin tendríamos una batalla justa en la que pelear y estaba dispuesto a dar la guerra para mantenerlas a ambas a salvo ya no se trataba solo de Eva y nuestro reino, se trataba de Genesis, y del universo entero contra nosotros para llegar a ella, pero no estaba en mis planes permitírselo y sabía que apenas Evangely supiera la verdad tampoco estaria en los suyos.

Mi pequeña hermana estaba dispuesta a liderar nuestra guerra y ahora no teníamos si no muchas mas razones para ir a por ella, y yo estaba dispuesto a darle todo lo que necesitara para darnos la victoria

—Es la princesa Roja señor— sus palabras salen atropellándose entre ellas por el miedo, mi atención va a él antes de que mis sentidos se entrelacen con el olor de su miedo

—La triada lo necesita— estiro un papel y lo coloco en mis manos, miré fugazmente al soldado antes de abrirlo y apenas lo hice las letras me confirmaron que lo inevitable había pasado, el impuro había sido infectado. Respire hondo, sabía que esto iba a pasar era cuestión de tiempo el Nephilim en algún momento iba a hacer que Genesis tuviera una emoción lo suficientemente fuerte para perder el control y esto era exactamente lo que sabia iba a pasar, desaparezco el papel y miro a la chica sobre el suelo, esta encadenada a su pequeña cama de sabanas mugrientas que intentan imitar a las cuatro paredes mohosas a nuestro alrededor, dos dedos están sobre mis labios mientras evaluó que hacer a continuación

Herederos del infierno #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora