Capitulo 16 piezas oscuras

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Genesis

Quizá lo que llamamos instinto no sea más que una colección de recuerdos y sensaciones transmitidas a nosotros por nuestros ancestros a través de los genes, tal vez la sensación de finalmente estar protegida y en casa ni siquiera me pertenecía, pero lo cierto es que la verdad se había asentado en mi estomago con total naturalidad desde que había salido de los labios del Rey. Era un demonio y no cualquier demonio, era la hija del mismísimo lucifer, era una heredera, mi sangre era oscura como la noche y ahora mi hogar era el infierno.La pulsación de energía bajo mi piel presiona por ser liberada, la siento dentro de mi como un ente vivo desde que desperté en este Reino, mi cuerpo aún se esta adaptando al abrupto cambio por lo que aun no he sido capaz de manifestar mis poderes.Poderes el simple pensamiento hace que el vestigio de una sonrisa aterrada pero impaciente se dibujara en mi rostro, las posibilidades eran infinitas y podía ver un desfile de nuevas puertas bailando frente a mí. Por fin todo empezaba a tener sentido, y me fascinaba la dirección que estaba tomando mi destino.


Los rayos de sol se cuelan a través de mi ventana y mi mirada se desvía a Gath de nuevo enredado en mis sabanas, gotas de éter las cubrían y mi mano fue instintivamente a mi pierna, las cosas entre nosotros habían cambiado con una rapidez vertiginosa, un día huía de mi como si fuese la plaga y al siguiente no puede mantenerse lejos ni un instante. En la última semana hemos establecido una exigente rutina de entrenamiento y revolcones que nos dejaba con apenas minutos de sueño, pero entre mi reciente exceso de energía y su insaciable necesidad de mi sangre ambos parecíamos desesperados por fundirnos el uno en el otro cada vez que teníamos la oportunidad de hacerlo.Mañana era un día importante y los efectos de mi recién adquirida seguridad se diluían a una velocidad vertiginosa, por lo que me cole de nuevo en las sábanas en busca de mi nuevo pasatiempo favorito. Gath respondió a mi intromisión tan pronto como sus por completo oscuros ojos se enfocaron en mí, me arrastro bajo su cuerpo y unió nuestros labios con violencia. El chico sabia como despertar, sus dedos demasiado inquietos y su cuerpo demasiado ansioso era un ritmo que conocía demasiado bien, sin embargo bajo todo el desenfreno de nuestras pieles sabía que este chico sobre mí al que besaba como si el mundo dependiera de que tan cerca podía tenerlo no era el mismo del que me había colado meses atrás, pero era una verdad que no estaba preparada para enfrentar. Un día me evitaba, al siguiente intentaba despedazarme y ahora me devoraba cada noche como si fuera todo lo que necesitara para poder respirar.Mi vida había cambiado por completo en una sola noche, todo era tan intenso y demasiado apresurado, un día pensaba ser alguien y al siguiente era alguien más, algo más. Era una montaña rusa de sensaciones, emociones y expectativas, era... su cuerpo chocando contra mí. era... mi cuerpo encorvándose ante él, el aire saliendo apresuradamente de mis pulmones en sus embestidas. Eran...Piezas oscuras que encajaban perfecto....La luna ámbar estaba de nuevo llena sobre el cielo mientras Gath volvía a fundirse en mí.

Luego la roja siguió mis pasos mientras caminaba por el jardín trasero en dirección al mar.

La tímida, pero persistente gris permanencia en medio tamaño y me recordaba fugazmente lo que había considerado durante tantos años mi hogar.

La negra sin embargo parecía camuflarse entre el oscuro cielo, podía sentirla sobre mi bañando mi piel con su luz, pero aún era incapaz de distinguirla, se ocultaba de mi o quizá yo me ocultaba de ella.

El aire salado del mar negro chocaba contra mi rostro mientras el relajante sonido de las olas me invitaba a acercarme más, era un mundo totalmente distinto al que había conocido toda mi vida y aun así lograba ser increíblemente hermoso, la noche era por completo oscura y sin estrellas, como si lo único capaz de atravesar la oscura bruma del éter en el aire fuesen la luz de las lunas, y una vez salido el sol, el cielo se llenaba de vida con colores que iban desde el naranja hasta algunas pinceladas rojas, las lunas se mantenían siempre a la vista, siempre vigilantes, pero el protagonista de los días en este Reino sin duda era el sol.Mi mirada va instintivamente a la glorieta sobre el mar que parece eternamente encendida y llena de vida, hasta ahora no he podido mirar que hay dentro, pero mi hermana me había contado increíbles historias sobre ella, Mi hermanaMi corazón se llena de un ya familiar calor al pensar en ella, y se en mis entrañas que una de las mayores razones por las que este reino encajo en mis sentidos eran ellos, ambos, mis hermanos y el extraño pero reconfortante lazo que nos unía, la mayoría de las veces ambos lo mantenían oculto de mí, sin embargo, podía sentirlo despertar cuando perdían el control. Podía sentirlos a ambos como si estuviesen dentro de mí, como si fueran parte de mi y en cierto modo así era, ambos eran parte de mi y yo de ellos. La conexión podía ser increíblemente reconfortante, pero también bastante incomoda, especialmente cuando yo era completamente incapaz de esconder mis emociones de ellos, estaba segura que esta noche mi ansiedad los estaba manteniendo despiertos a ambos, por no hablar del resto de interminables noches junto a Gath. En mi defensa ambos parecían tener una rutina bastante similar a la mía, e incluso muchas veces fue su descontrol el que acabo con mi descanso.


—Finalmente el impuro te dejo salir de la habitación— su voz burlona lleno cada rincón de mi cuerpo arrancándome una inevitable sonrisa, me gire y la abrace con fuerza mientras ella me devolvía rígidas palmaditas. Viéndola a la luz de su luna no parecía tan descabellado que una de mis mejores amigas fuera una vampira, la luz de la luna roja hacía que pequeños destellos de rojo danzaran en sus ojos esmeralda. Debí saberlo, el tipo de belleza que Isabella proyecta es demasiado inhumano, demasiado perfecto.


—Estas nerviosa— soltó colocándose a mi lado y arrastrándonos a ambas a la blanca arena, suspire y fije mi vista en el mar


—¿No lo estas tu? — pregunte a su vez, sabiendo de sobra cual seria su respuesta, era Isabella, hasta ahora no conocía nada capaz de asustarla


—Ves eso— me señalo unas brillantes luces que se alzaban a kilómetros de nosotras separadas por el mar negro. Asentí


—Es la ciudad rubí— me explico—Mi hogar— agrego, había escuchado vagamente sobre ella, pero lo cierto es que la ultima semana todos en el castillo habían dedicado cada segundo a evaluarme minuciosamente en busca de algo que parecían temer que apareciera, mi mirada se desvío a su rostro

—¿Lo extrañas? — tendría sentido que lo hiciera, había estado en mi Reino por más de medio año, y hasta donde sabia jamás lo había abandonado para venir aquí

—En lo más mínimo— respondió sin dificultad

—Y mañana cuando selle la marca de mi fracción con el tártaro ya no le debere lealtad a mi casa, por lo que jamás tendré razón para volver ahí— termino con un deje de amargura en la voz.

—Mi marca representa mi libertad—termino. Mis ojos volvieron a fijarse en la distante ciudad y no pude evitar preguntarme ¿que significaría para mí?

—Significara que finalmente estarás donde perteneces— dijo como si pudiera leer mi mente, su mano alcanzo la mía y nuestros ojos se encontraron

—Esto es ...— empecé tomando con fuerza su mano

—...increíblemente extraño— seguí

—Eres una Blackmoon Gena, tu sangre es una de las mas poderosas de todo el universo, mañana solo darás el primer paso al descubrimiento de quien eres y de tu potencial— sus ojos esmeraldas me miraban directo a los ojos inundándome de una calma que sabia que no me pertenecía

—Solo será el comienzo, después tendremos tiempo para descubrir cual es nuestro lugar y destino, finalmente con tiempo las piezas empezaran a encajar. Te lo prometo— ¿estaba utilizando su poder conmigo?

—¿Estas ...?— empecé a formular la pregunta que no me dejo terminar

—Los demonios son inmunes a mi hipnosis Gena, solo soy yo y mi increíble capacidad de envolvimiento heredada desde el castillo Rojo— dijo guiñándome un ojo y yo no pude evitar sonreír

—Esta es tu casa, tu reino—continuo

—Caminaras hacia tus hermanos, tu familia— los rostros de mis hermanos se aparecían en flashes tras mis parpados, logrando calmar mis erráticas pulsaciones

—Hierro y fuego será tu academia y tu facción una nueva familia— entrelazo nuestros dedos y mis ojos se clavaron en ellos mientras extraía seguridad de ese pequeño gesto

—No estarás sola, caminaremos cada paso a tu lado, hasta que estes lista— me aseguro e igual que siempre mis músculos respondieron a sus palabras relajándose notoriamente, confiaba demasiado en la pequeña vampiresa, pero en mi defensa era una chica bastante sabia.

Herederos del infierno #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora