Capitulo 9: Declive (Parte 3)

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El cazador

Sus mejillas empiezan a ponerse cada vez más rojas mientras el impuro la mira fijamente. La hija de Lilith se ha ido hace más de una hora y aun todo sigue exactamente igual, la triada permanece inconsciente bajo mi mirada vigilante mientras nos mantenemos rodeados de demasiados hijos del Reino de Fuego. Debía haber previsto que los hijos de Lucifer no eran como el, jamás seriamos capaces de imaginarnos que los seres de éter serían capaces de desafiar directamente al Reino Oscuro cuando nunca en la historia nos habían dado problemas, jamás habían intervenido en ninguna guerra, ni siquiera opusieron resistencia al mandato del Reino de Cristal, Aun cuando nadie tenía pruebas de que eso era lo correcto. Todos habían tomado un lugar de víctima, opresor u observador, y todos parecían estar cómodos con ello, sin embargo, algo había cambiado y dudaba que estuviera asociado a la triada. Los hijos de lucifer habían tomado el poder y las repercusiones empezaban a hacer eco en el universo. Nadie conto con que la princesa Blackmoon estuviera dispuesta a pelear y subestimarla fue un error que mi Reino no empezaba a comprender aún.

Mis ojos están inevitablemente adheridos a ella, en mi sangre sigo sintiendo la voraz necesidad de ver como se escapa el halo de su cuerpo, sin embargo, era imposible negar que una parte de mi se sentía infinitamente fascinado por la pequeña heredera, una Blackmoon recibe el que probablemente sea el poder más fuerte del universo mientras la otra le declara la guerra a todos los Reinos, ¿qué pensaría lucifer de esto?

Podía sentir el poder de su sangre reclamándola bajo sus venas mientras sus parpados aun cerrados empiezan a temblar, verla existir se había vuelto mi pasatiempo favorito, incluso cuando el impuro tomo lo que me pertenecía, incluso entonces todo lo que podía hacer era admirar su existencia. De ser inteligente acabaría con ella antes de que su poder encontrara su camino de vuelta a ella, sin embargo la adrenalina de pensar que por fin podría existir una oponente digna me paralizaba, o por lo menos me limitaba a pensar que esa era la razón por la que la princesa de éter seguía respirando. Su cuerpo empieza a moverse en sueños y lágrimas corren por su rostro mientras intenta despertar, levanto mi rostro sin poder evitar que el interés se apodere de mí, el impuro corre a su lado y toca sus mejillas logrando que pequeñas descargas eléctricas despierten bajo mi piel, no estaba seguro de cuanto estaba dispuesto a tolerar, compartir no era precisamente mi fuerte.

Evaluaba mis opciones cuando una descarga masiva de éter salió desprendida de los poros de la princesa mientras gritaba y se retorcía en sueños, la explosión la dejo suspendida en el aire mientras ondas oscuras rodeaban la habitación golpeando todo a su paso.

Plata hervía bajo mi piel mientras el olor del éter impactaba en mis fosas nasales, perdí por completo el control de mi cuerpo y todo lo que era capaz de ver, sentir y desear era a ella, el deseo nublo por completo mi juicio y mis poderes se redujeron hasta el punto de hacerme completamente visible, y aunque muy dentro sabia las consecuencias, una necesidad incluso más voraz que la de asesinar se derramaba en todo lo que estaba a su alcance dentro de mí. Camine en su dirección incapaz de resistirla, pero antes de que fuera capaz de tocarla el impuro se abalanzo sobre ella, ahorcándola, mis instintos se activaron y lo lance contra la pared, sangre brotaba de sus ojos y lucia por completo fuera de sí, volvió a abalanzarse sobre mí y la fuerza de su ira era casi desenfrenada, sin importar cuantas veces lo lanzara por los aires seguía viniendo a por ella. Un grito provino de la princesa y supe en ese instante que estaba presenciando lo que estaba pasando, estaba despierta. maldije mientras intentaba controlar a la bestia en la que se había convertido el impuro mientras la triada lloraba y gritaba a mis espaldas, sabía que era su protector, sabia también que si lo mataba ella perdería fuerzas, sin embargo el impuro había sido expuesto, y su cuerpo mitad humano no era capaz de tolerar el éter, lo sabía porque esto era exactamente lo que ocurría con las triadas antes de cumplir los 6 años, su parte humana no era capaz de digerir el éter y enloquecían hasta perder el control, ya no había nada más que se pudiera hacer, encontraría la manera de protegerla sin él. Lo estampé contra la pared y puse mi espada en posición, su corazón era el objetivo. Retrocedí unos centímetros y antes de poder enterrar mi espada esta salió volando por los aires, con mi mano alrededor del cuello de la bestia me di la vuelta y nuestros ojos se encontraron, los suyos eran una guerra entre el oscuro azul y las manchas negras que luchaban por apoderarse de todo

Herederos del infierno #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora