Tras tener que cambiarse de hogar por el trabajo de su padre, Kiara inicia su año universitario en una nueva ciudad. Alejada de todos sus amigos, solo intenta encajar con el resto, hasta que Bill Kaulitz comienza a enredarse en su camino y no de la...
Bill abrazándome mientras dormía, Bill acariciando mis brazos para calmarme, Bill cerca de mi rostro y yo deseando que acortara la distancia. Me debí haber vuelto loca, porque últimamente lo único en lo que pensaba era en él.
Seguía diciéndome a mí misma que solo era una estúpida atracción física, porque era un idiota, pero endemoniadamente atractivo.
Cada vez que hablaba con Madi, ella me decía: "No será que te gusta" y yo lo negaba una y otra vez porque no me gustaba, no podía gustarme.
Para dejar de pensar en él, decidí poner más atención en mis amistades, hablar más con Liz, pasar más tiempo con Georg, quien se había tomado la molestia de enseñarme unos temas que no había captado del todo en clases.
Veía cómo Bill siempre nos miraba, no sucedía lo mismo si estaba con Liz. Georg le molestaba, confirmó mis sospechas cuando me escribió hablándome de eso.
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Bill creía que tenía el jodido derecho de opinar sobre mi vida. En un principio pensaba que me molestaba porque le caía mal, pero ahora, viendo todo ese repentino interés, solo me quedaba pensar que quizás le agradaba un poco después de todo, eso o simplemente era yo haciendo ideas equivocadas de nuevo.
*
Estaba recostada en mi pupitre cuando terminó la clase de anatomía, la siguiente era en la misma aula, así que no hacía falta moverse por la facultad y yo estaba aprovechando los pocos minutos para descansar un poco, ya que el día anterior no había dormido bien.
Sentí que alguien apretaba mi hombro y al levantar la mirada me encontré con la de Bill. Él simplemente dejó caer un pequeño papel sobre la mesa y se fue del salón, ya que esta era una de las pocas clases que no compartiamos. Me quedé atónita, nunca antes había hecho algo similar. Me recordó la primaria y las conversaciones sin sentido que tenía con mis antiguos amigos por este mismo método. Sin perder el tiempo, abrí el papelillo.
"Nos vemos al final de clases en la biblioteca, no te atrevas a faltar, es por el trabajo"
Me ponía nerviosa pensar que tendría que enfrentarme cara a cara con él por lo del trabajo de Gómez. Estos días lo había visto, pero siempre de lejos, ni siquiera habíamos intercambiado una sola palabra.
Georg me había escrito algunos mensajes en los que me invitaba al cine, lastimosamente tuve que negarme. Bill ya me había atrapado con el trabajo, además, el cine no era precisamente mi panorama favorito.
Mientras la clase seguía su curso, pude escuchar a mis compañeros susurrar entre sí. La maestra tuvo que llamar su atención múltiples veces, pero no se callaban. Al parecer, algo los tenía realmente entretenidos. Si Liz hubiera estado en esta clase, sabría de qué se trataba, pero estaba sola, así que eso no era posible. Sin embargo, mi incertidumbre cambió unos minutos más tarde cuando Tom me escribió.
