CAPITULO 14

1.2K 54 5
                                    

*KAYLA*

Luego de pasar todo el día con Mi esposa, fuimos a la casa de la amiga de Jana, mi esposa le dijo sobre el viaje y ella con gusto acepto ir, ahora Carla la mejor amiga de Jana nos estaba esperando abajo en la sala.

Yo me encontraban arreglando mis maletas, ya que Jana había ido a su departamento a buscar ropa, al principio le dije sobre ir a comprar ropa a Los Ángeles, pero no quise así que mejor no pelear por eso.

Al terminar bajé, al salón encontrándome con carla y Jana, al parecer estaban hablando entre ellas.

— ahora si nos podemos ir – dije llendo directo a la cocina por un vaso de agua.

— esto será divertido –dije la amiga de Jana.

Bajamos, mis hombres nos ayudaron con la maleta y nosotras entramos a la camioneta.

— Dios.....esto vale más que mi vida – dijo carla — me da miedo sentarme, se ve muy costoso todo aquí.

— si es cierto – dije Jana — ¿es tuya? – me pregunto.

— si...pero, también tuya – le di una sonrisa.

La camioneta era negra por fuera y po dentro todo estaba forrado y tenía algunas luces por los asientos.

La camioneta era negra por fuera y po dentro todo estaba forrado y tenía algunas luces por los asientos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— oye por cierto.....¿cuanto días vamos a durar? – me pregunta mi esposa.

— los días que tu quieras – le respondí. Vi que se puso un poco roja lo noté en sus mejillas.

— esta bien – me da un beso en la mejilla y vuelve su vista a la ventana.

Duramos unos minutos al llegar al aeropuerto pasamos por seguridad, pues a mi literalmente no me tocaron ni me revisaron, solo revisaron a Jana sin tocarla, mi mirada decía mucho.

— vi tu mirada en sus pobres policías....por eso no me tocaron – me dijo riendo.

— ya eres mía.....eres sagrada nadie te toca, excepto yo – le respondí agarre de su mano y comenzamos a caminar hasta el jet privado.

— aún falta para la noche – le dije ya estando cerca.

— es normal, que ese hombre de haya tenga tantas venas marcadas en su rostro.....da miedo.

Fije mi mirada a donde ella estaba diciendo y vi que hablaba de unos de mis seguridad.

— yo tengo más venas.....pero en otra parte de mi cuerpo – aguante la ganas de reírme al ver que frunció su ceño bastante y su mejilla cada vez se podía más roja.

La Esposa De Una Mafiosa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora