CAPÍTULO 24

1.1K 62 7
                                    

*KAYLA*

Ya había pasado una semana donde jana no me hablaba y la verdad ya me estaba rindiendo todos estos días le e estado donde su espacio tratando de buscar su perdón, pero no llego a conseguir nada.

Y con el caso de Max, ya sabemos su paradero, solo que a veces se nos escapa a tiempo, al chico lo dejé en paz, pero aún así nos sigue donde informales de cada paso que hagan su gente.

Cada vez esto se vuelve más complicados, el maldito FBI tiene a mucho gente en todas partes, por eso trato de salir menos de aquí, en una semana vuelvo a Miami ya que Jana quiere volver que por cierto mi suegra ya esta aquí.

Ahora me encontraba en la oficina de mi casa, revisando algunos papeles y tratando de dejarle mi agenda libre durante unos días.

— mira esto – dice jessica ya que estaba conmigo ayudándome.

Miro el sobre que me dio y era sobre el chico que había matado, en el estacionamiento de mi empresa.

— no me acordaba – le respondí dejando el sobre a un lado — quiero que me ayudes a buscar su dinero y esa mercancía te dare la mitad 50% cada una.

— me gusta, hecho – se paro de la silla y fue a servir un vaso de vodka — sabes estos días que e visto a Jana se a visto un poco mal – la mire — ¿ella está bien?.

— no lo se, pero no me habla y no me cuenta nada – volví mi vista a los papeles — además estoy respetando su espacio ya no la voy a obligar a que me perdone, que tome su tiempo.

Se hizo un silencio, y yo decidí guardar los papeles con cuales ta había terminado, solo me faltan firmar algunos cuantos y termino.

— entiendo, por cierto su amiga esta buena – se sienta.

— creo que esta saliendo con Emma.

— que importa me la voy a coger.

— no lo harás

— si

—no.

— no te la vas a coger no quiero más problema con Jana ya esta bueno con lo que tengo por el momento.

— eres muy aburrida.

— sabes que, cállate – le quité su bajo de vodka y me lo bebí.

Pasaron unos minutos y horas hasta que al fin terminamos, decimos salir a la cocina por algo de comer, después escuchamos como la puerta principal es abierta dejando ver a una Jana y su amiga con muchas bolsas de ropa y no se que más cosas llevan.

— Hola – saludan ambas después la puerta.

— Hola – saluda jessica.

— ahora bajamos, – y así como si nada subieron las escaleras.

— Vaya, no crees que es mejor que les haya comprado el centro comercial – rodee los ojos.

— no que aburrido gastar mi dinero en eso – le dice — además ella tiene una tarjeta la puedo usar hasta para comprar un yate si quiere.

La Esposa De Una Mafiosa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora