CAPÍTULO 22

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Estoy más que enojada conmigo mismo, acabo de volver a Violar a mi amada, no se que mierda me anda pasando últimamente, si estoy enojada por otras razones más, pero no debería de estar así con ella, ahora me odia y no me quiere hablar.

Iba bajando la escalera hasta que suena el timbre, bajo y voy directo a la puerta miro hacia la cámara y veo que es jessica, así que abro.

— HOLAA!!! –grita abrazandome.

— Ya cállate – le digo mi mientras entramos a la sala.

— uy que mal humor – se sienta.

— si bueno.

— ¿dime que pasa? – ya sabia que iba a preguntar.

— volvió a pasar de nuevo, la acabo de violar nuevamente esta mañana, y no me habla – ya se que es muy temprano pero necesito vodka en este momento.

— Mierda, kayla ¿que te pasa?.

— No se, todo me tiene muy estresada últimamente – cuando iba a seguir hablando la puerta se abrió con brusquedad.

— podemos conseguir a unos de tus rivales – tira a mis pies a un chico nada viejo, como de cabello negro, piel bronceada, y un poco feo, si se puede decir.

— con su permiso – dicen los demás y después salen dejándonos a Jessica al chico misterioso y a mi a solas.

— iré al grano – me puse de a su altura y lo agarro del cuello con mucha brusquedad haciendo que el aire le comience a faltar — si no quieres perder todo lo que tienes en este momento a tu familia si es que tienes, o cualquier ser amado que quieras en este mundo me tendrás que decir con quien trabajas.

— no te diré nada, hija de puta – me dice tratando de calmar su respiración.

— bien, si lo quieres hacer a la mala, pues a la mala será, – me volví a parar — ¡Thomas! – y de inmediato entró uno de mis guardia.

— llévalo bajo ya iré – le dije.

Lo agarro del brazo y se lo llevo escaleras abajo, hacia  el sótano.

— oye perra, si piensas que te dejaré solo la diversión a ti estas equivocada, yo también quiero matar a ese hijo de perra – dice mi mejor amiga cargando su arma.

Nos reímos, y fuimos para el sótano, entremos y ya el hijo de puta, estaba amarrado con su dos manos arriba y su cabeza abajo.

— quieres hacer la cabeza – le dije — quiero ver cuanto dolor en tus ojos aguanta.

— esto será divertido – dice Mi mejor amiga.

Tome el arma, la cargue y apunte a su muslo derecho, y sin esperar más dispare, soltó un fuerte grito, pero por eso no me preocupaba ya que no se escuchaba nada desde aquí abajo haya arriba.

— Si no quieres que el otro sea en su cabeza, hablas, – cuando le iba a disparar a su otro muslo la celda se abrió enseñando a unos  de mis seguridad con un sobre.

— aquí tiene todo – me extendió el sobre y lo cogi.

— Vaya mira nada más, una hija de 12 años llamada Elizabeth, una mujer de 36 años llamada Juana – se lo enseñé — creo que me podré divertir con su mujer antes de que muera, y a tu hija no se, tal vez se la de a Jessica así va a saber que hacer con ella.

— Me gusta esa idea – dice — y tal vez después de unos años que ya sea mayor la haga mía, y después no se muera.

Volvi mi vista al hombre, y tenia cara poco amigos, su mirada se veía con pánico y miedo, y eso me gustaba.

La Esposa De Una Mafiosa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora