Capítulo #8

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"La maldita fiesta en la que accidentalmente sus bragas terminaron en mis manos, la maldita fiesta en la que su olor se convirtió en mi obsesión."

Parsley Case:

La falta de aire se apodera de mi cuerpo y la presión que ejerce su mano sobre la mía se convierte en mi cable a tierra. Miro alrededor y me doy cuenta de que estamos suficientemente lejos de la zona de peligro para ella, así que me detengo en seco.

Mi frenada abrupta hace que su cuerpo se devuelva al mío, quedando a centímetros de mí. Su respiración irregular lejos de disminuir va en aumento y los escasos centímetros que me separan de sus labios se vuelven insoportables.

Fijo mi mirada en esos ojos, de color inexplicable y son tan transparentes que no me cabe en la cabeza que ella también pueda estar involucrada en esto.

Su mirada pasa de mis ojos a mi boca y joder, todas las barreras que me estaban conteniendo de besarla se caen de golpe y estrello mis labios en los suyos.
Su boca me recibe gustosa, como si llevara mucho tiempo deseando esto. Con mi lengua exploro cada rincón de su boca, queriendo conocer cada milímetro de ella; sabe a uva, y nunca antes el sabor a uva me había parecido tan exquisito.

Restriega más su cuerpo al mío como si se congelara cada parte de ella que no está siendo tocada por mí, aprieto su cintura con mis manos y siento el calor extenderse por todo mi cuerpo, centrándose en un punto en específico.

Si sigo ahora no podré parar.

La alarma se mueve a cada sitio de mi cuerpo y haciendo acopio de una exagerada fuerza de voluntad me alejo de su cuerpo. Comienzo a caminar lejos de ella, no miro atrás para ver su reacción, simplemente me voy.

Alexa Layton, una de las piezas del linaje Phelps; familia en la que se centra nuestro principal caso, actualmente. Su relación con su madre la convirtió en lo que consideramos un blanco fácil y ello me llevó a esa fiesta.

La maldita fiesta en la que accidentalmente sus bragas terminaron en mis manos, la maldita fiesta en la que su olor se convirtió en mi obsesión.

Se supone que me mantendría en las sombras, pero ella parecía usar un magnetismo mágico para atraerme y no pude contenerme de olerla, tocarla...

Una notificación irrumpe mis pensamientos.

                  «¿Es en serio?»

Una sonrisa se asoma en mis labios; es ella. Apago la pantalla del celular y continúo mi camino hacia donde planeamos encontrarnos luego de la misión, que a mi parecer resultó desastrosa.

Solo logramos atrapar a Fabio Moretti y aunque es algo; no era lo que esperábamos de hoy. Además a nuestro pesar después de capturados, la policía anda jodiendo y presionando, haciéndose complicado hacer nuestro trabajo. Solo nos dan semanas, aveces menos y después de eso quedan completamente en sus manos.

Llego al sitio y todos se encuentran ahí, esperando por mí.

—Espero que con tu escapada hayas conseguido algo bueno —espeta Joseph, más conocido como J, nuestro líder; con una mirada desafiadora.

La sangre me sube al rostro, porque no; no estaba precisamente buscando respuestas, así que bajo la mirada.

—Se suicidó mientras lo trasladábamos —me comenta Iris en un susurro cuando tomo mi asiento en la mesa.

Mierda, mierda, mierda.

Maldito hijo de puta, si teníamos escasas probabilidades de que hablara, ahora nuestro porciento bajó a cero.

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