"Una mirada se clava en mi espalda, es imposible no sentirla. Miro atrás y a mi alrededor, no consigo verla, pero sé de antemano que es ella."
Mi mirada está fija en el techo y no dejo de pensar en lo que ocurrió. Tomo su chaqueta en mis manos, la aprieto y acerco mi nariz, impregnándome de su olor y sonrío como tonta.
Han pasado horas desde que salí de su casa y aún puedo sentir el intenso calor que desprende su cuerpo, su dulce olor y los besos y caricias que quedaron tatuados en mi alma.
Sus besos son de estos besos que asustan, calan y enamoran; besos que por prohibidos son verdaderos, besos que se meten dentro de la piel y ya no salen más.
Tal vez estoy cometiendo una equivocación, tal vez debí alejarme y decir no a su regla, pero no solo se trata de vivir sino de sentirse vivo... y nunca me he sentido más viva que acorralada bajo su ardiente cuerpo.
No me he sentido más viva que hoy mientras me besaba y follaba sentenciando mi alma a una condena de la cual no me importa salir hecha pedazos porque lo vale, cada sensación vale la puta destrucción.
Aveces por miedo o quizás por precaución no nos dejamos llevar por lo que realmente nos emociona, nos enciende y nos hace vibrar; incluso yo, suelo hacer lo que supuestamente es correcto pero ¿que es más correcto que hacer lo quieres, cuando quieres?
Los riesgos pueden convertirse en lo peor pero también en lo mejor de la vida; así que mientras mi ser se siga estremeciendo con su sola presencia, mientras sus caricias quemen mi cuerpo y su voz arrase con mi cordura, elijo arder en ella.
Elijo adentrarme en la neblina del misterio que constituye Parsley Case para mí, quiero descubrir cada una de las capas y secretos que la envuelven.
Sus palabras se repiten en mi cabeza como un bucle infinito que no deja de pitar dentro de mí.
«Hagas lo que hagas, no te vas a enamorar de mí»
¿Lo conseguiré?
Después de dejar las puertas y ventanas abiertas y permitir que la tormenta me azote, ¿podré salir ilesa de ella?.
Mi mente se cuestiona el por qué de su regla, tal vez sea algo bastante cliché, pero no por eso puedo ocultar el hecho de que puede tener una razón de peso para exigírmelo.
Entre pasión y duda el sueño se acaba adueñando de mi cuerpo, pero ni dormida consigo sacármela de la cabeza.
El ruido de mi alarma se siente lejano y difuso, pero me obligo a abrir los ojos y mientras me espabilo el ruido se va intensificando; estiro mi mano y la desactivo.
Siento como si acabara de cerrar los ojos, no descansé lo suficiente, haciendo uso de una extrema fuerza de voluntad levanto mi trasero de la cama y me dirijo al baño.
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Completamente Suya
RomansaObsesión. No lo puedo definir de otra manera, porque solo tiene un nombre y es: Obsesión. Alexa Layton; estudiante, obediente, entregada, complaciente, y aún así odiada por su madre. Parsley Case; seductora, luchadora nata, agente secreta, despiadad...