Capítulo #20

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"No me iré, muéstrame todo. Tanto lo bueno como lo malo, no me interesa; quiero tenerlo todo. Estoy dispuesta a bailar con todos tus demonios."

Los engranajes de mi mente giran a toda velocidad, pensando en que detalle pasé por alto, buscando encajar a la niña que se encuentra durmiendo con la vida de Parsley; y una vez más me doy cuenta que la desconozco

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Los engranajes de mi mente giran a toda velocidad, pensando en que detalle pasé por alto, buscando encajar a la niña que se encuentra durmiendo con la vida de Parsley; y una vez más me doy cuenta que la desconozco.

Estoy enamorada de un puto misterio.

Necesito descubrir cada detalle de ella, cada minúscula cosa. Ya no es simple curiosidad, ahora es una necesidad.

—No, es... —observa a la pequeña unos segundos—. Es una amiga.

Sus palabras otra vez me descolocan, sigo sin entenderlo del todo; sin embargo, asiento.

—Oh vale. ¿Cuál es su nombre?

No comprendo del todo de que va esto, pero sé que es importante para ella. Sé que es un gran paso y que se está abriendo en banda, así que le permito hablar.

—Mañana te traeré, bueno... si así lo deseas y podrás preguntarle a ella —encoge un poco sus hombros.

—Sí, me encantaría —emito un pequeño suspiro—. Perdón por preguntarte si era tu hija, yo no estaba entendiendo mucho... lo siento —mi tono de voz es bajo y apenado.

—Tranquila, supongo que sería normal pensarlo. ¿Que pasaría si tuviese un hijo?

Me tomo el tiempo de pensarlo un momento, pero realmente no sé que diantres me pienso cuando con esta mujer tendría uno no, tres hijos; y evidentemente no me importaría en absoluto que ella fuera mamá.

—Pasaría que sería una sexy madrastra —digo aligerando el tema, estoy enamorada de ti, amaría cada parte que me quieras mostrar—. No me iré, muéstrame todo. Tanto lo bueno como lo malo, no me interesa; quiero tenerlo todo. Estoy dispuesta a bailar con todos tus demonios.

—Esos serían muchos bailes —contesta.

—Uno a la vez ¿recuerdas?

—Uno a la vez. Vámonos es bastante tarde ya —dicho esto salimos de la habitación.

Realmente se nos ha hecho tarde, nos subimos al coche y pone el auto en marcha. El silencio reina, pero realmente entre nosotras los silencios no son incómodos, al contrario.

—¿Quieres ir a mi casa o te llevo a casa Ellie? —pregunta sin despegar su vista de la carretera.

—Llévame para lo de Ellie, por favor —su expresión no cambia, nada en su rostro lo hace.

Me encantaría pasar la noche con ella, claro que sí. Solo de pensarlo mis fuerzas flaquean y quiero reemplazar lo que dije y suplicar porque me lleve a su casa, pero no lo hago.

No lo hago porque siento que aún no estoy lista.

Soy de todo o nada. Quiero lanzarme, de cabeza a la piscina pero antes tengo que saber si hay agua. Mi corazón está demasiado frágil para soportar otra caída.

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