Capítulo #11

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"Me atormentas desde el momento en que nuestras miradas se conectaron en aquel espejo; eso marcó el inicio de mi condena."


El silencio jamás me había parecido tan reconfortador, realmente no es el silencio, es su presencia la que se siente así

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El silencio jamás me había parecido tan reconfortador, realmente no es el silencio, es su presencia la que se siente así. Es difícil de explicar, lo último que debería hacer es confiar en ella, ya que todo a su alrededor es como una foto sin enfoque; sin embargo lo hago, confío en ella.

Tengo dudas, porsupuesto que las tengo; pero más fuerte que las dudas son las sensaciones que me provoca la mujer que se encuentra ahora mismo con su vista fija en la carretera.

Detallo su perfil, es realmente hermosa y en el simple hecho de conducir denota tanto dominio, como si su simple presencia bastara para que quieras estar arrodillado a sus pies.

Sus finos labios se ven demasiado besables en estos momentos, mojo mis labios por inercia. Extraño su boca.

—¿Imaginándote encima de mí? —cuestiona levantando una ceja y el calor sube de golpe a mis mejillas, que se sienten hirviendo.

—Claro que no —me defiendo, no sueno tan convincente como quería.

—Díselo a tu cara —intento decir algo pero sale como un balbuceo ahogado y ella estalla en una carcajada.

La melodía me llega y definitivamente sé que tengo una nueva canción favorita. Quiero ser la causa de su risa, y ese pensamiento me provoca terror.

—Llegamos —avisa en lo que detiene el auto.

El sitio tiene un toque de sofisticación y privacidad. Predominan los tonos bermellón y blanco; y está decorado con arreglos florales de diferentes tipos.

Atravesamos el lugar hasta llegar al final donde se puede observar un estrecho trillo, el cual está hecho de piedras de distintos tonos oscuros que forman espirales y tribales a nuestro paso.

El camino guía hacia otra extensión del local, la cual se encuentra al aire libre. Un gran sauce toma el lugar y las mesas descansan bajo sus hojas, aprovechando la sombra brindada por el viejo árbol.

Tomamos asiento y Parsley pide una botella de vino tinto, que la traen antes de que decidamos que comer.

Para no ser una cita creo que se ha tomado demasiadas molestias. El lugar parece mágico, me encantaría visitarlo de noche, grita cita por dónde quiera que se mire.

Tomo un sorbo de vino, está amargo y cuando pasa completamente por mi garganta siento un pequeño toque picante.

El primer entrante consiste en una tabla de quesos y embutidos. Tiene una selección de quesos variados como manchego, gouda y brie; e igualmente embutidos como jamón serrano, salchichón y chorizo.

Con este nuevo gusto en el paladar el vino pasa mejor por mi garganta. Me encantan los embutidos así que llevo varios trozos rápidamente a mi boca y mi mano se detiene cuando veo la mirada divertida de Parsley sobre mí.

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