Capítulo 10

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Irritada y aturdida, _____ entró al baño de las chicas, esperando encontrar tranquilidad. El resto del sector femenino de la academia la habían estado aturdiendo con varias y continuas preguntas, como ¿Sales con Taemin? Y la principal era ¿Me pasas su número? La pobre chica no sabía qué hacer con tanta gente mirándola.

Los chismes corrían por la Academia de Artes Superiores Dreams como agua de una cascada cristalina, y al mismo tiempo se quedaban estancados en la cabeza de todos como agua en un estanque sucio. La sociedad en aquel lugar era un muy contaminado estanque.

Se recargó en el vitro del tocador, y se miró al espejo agotada. Maldijo a Taemin infinidad de veces por el hecho de haber provocado que ahora todas las personas tuvieran algo que ver con ella gracias a él. Que arrogante – se dijo – Se cree el centro del universo- Pero la realidad era, que Taemin sí era el centro del universo, al menos el universo que metafóricamente representaba la Academia Dreams.

- Necesito sentarme – masculló entre dientes, para después entrar a uno de los baños, y sentarse sobre la taza. Respiró hondo, y se intentó tranquilizar – Maldigo el día en que Lee Taemin llegó a mi vida.
- Jennifer está loca – escuchó decir de repente a una chica que iba entrando al baño. Escuchó el sonido de la puerta, como se abría y como se cerraba, así como varias pisadas continuas. Eran más de una chica, eso estaba claro – Jonathan jamás se fijaría en ella. No le gustan las morenas.
- Más loca estás tú por creer que Lee Taemin te hará el más mínimo caso, Cindy. – comentó otra voz. La tal Cindy refunfuño, mientras que otras dos voces diferentes se carcajeaban – A él, no le gustan las chicas de aquí.
- Quizás es Gay – estipuló la tercera voz.
- Es demasiado masculino y sexy para ser gay – suspiró la voz que identificaba como Cindy.
- No es Gay, ¿Vieron cómo le dio su número telefónico a la nueva? ¿La tal _____? – genial, pensaba, hasta en el baño tenía que escuchar como su chisme seguía pendiente en la lista de Top Topics – Yo creo que a él le gusta.
- No me interesa eso, Gaby – suspiró la tercera - ¡Ella tiene su número! ¡Daría lo que fuera por tenerlo! – dijo emocionada. _____ rodó los ojos, irritada. ¿Puede existir gente más hueca que esa?
- ¿Te imaginas? ¡Sería lo mejor! – Cindy suspiró – Lo llamaría mil y una veces solo para decirle Hola.
- No, no podrías – dijo Gaby – Porque estaría muy ocupado hablando conmigo – y entonces, una sonrisa malévola cruzó el rostro de _____. Tenía la idea perfecta para tomar un poco de "venganza" de su nuevo amigo Taemin.

Bajó la palanca – aunque no la utilizó ya que no utilizó el baño – y salió de este mismo, yendo directamente hacia el espejo. Las otras tres chicas, Cindy, Gaby y la otra desconocida se quedaron plasmadas. ¿Escuchaba todo lo que decíamos? Se preguntaban las 3 al mismo tiempo sin efectuar palabra alguna.
Caminaron hacia la salida, extremadamente apenadas, dispuestas a salir.

- Entonces, ¿Quieren el número de Taemin? - _____ sonrió mientras se lavaba las manos en el lavabo. Una de las chicas levantó la mirada, y frunció el ceño.
- ¿Dijiste algo?
- ¿Quieren el número de Lee Taemin o no? – sonrió.
- ¿Que ganas tú con eso? – preguntó desconfiada la chica. _____ hizo una mueca sonriente. "Más bien, que no gano..." pensó y rió victoriosa.
- Nada, realmente – giró su cuerpo, mirándolas de frente a frente, en lugar de gracias por el reflejo del espejo. Puso sus manos detrás de sus caderas recargándose en el lavabo, mientras que las tres extrañas la veían intrigada – Más bien, necesito su ayuda.
- ¿Nuestra ayuda?
- De caridad – dijo _____, y las 3 chicas intercambiaron una mirada entre ellas – No se asusten. Solo que necesito que manden... muchos mensajes de texto. Claro, si quieren el número – las 4 chicas en el baño para damas guardaron silencio, intentando adivinar sin éxito alguno los pensamientos de las otras. _____ sonrió. Dulce, dulce venganza.

El chico más famoso de todo el Instituto Dreams, se encontraba en medio de su clase de solfeo. El profesor Nicholas estaba al frente, con el gis en su mano, hablando sobre algunas cosas que Lee ya sabía, mientras que el estudiante estaba disperso, pero callado. Aquel profesor era el más estricto de toda la academia, y si había el más mínimo ruido, inmediatamente quería sancionar con reportes y sanciones mandadas a firmar a casa. Taemin no quería problemas.

Pero entonces, el destino, oh bendito e inoportuno, hizo algo con lo que Taemin perdería fácilmente los estribos. Su celular comenzó a vibrar, sonando la melodía de un mensaje de texto. Dos segundos después otro, y una milésima de segundo otro. ¿Qué mierda estaba sucediendo?

- ¡Lee! – gritó el profesor Nicholas mirando a todos. Taemin sacó su celular del bolsillo de su pantalón negro - ¡No llamadas ni mensajes de texto en clase! ¡Última advertencia! – dijo para volver a girar hacia el pizarrón para anotar algunas notas. Intrigado, Taemin miró la pantalla de su celular: 3 mensajes, de 3 números no identificados. ¿Era una broma? Quizás, si lo era.
Abrió uno de los mensajes, y casi vomitaba por lo que este decía: "Taemin, eh querido decirte esto desde preescolar; estoy enamorada de ti, ¿Me darías una oportunidad? ~ Marianne B." ¿Marianne? Se preguntó el. ¿Quién es Marianne? Abrió los otros 2 mensajes, y eran prácticamente similares. Uno de ellos era de una chica llamada Sandra, que decía que le gustaría conocerlo, y otro simplemente decía "Llámame, te gustará, XoXo" y era de anónimo. ¿Le estaban jugando una broma?

Tratando de ignorar aquellos extraños textos, guardó su celular de nueva cuenta en su bolsillo, e intento poner atención a la clase. Y si estaba funcionando, hasta que el ringtone de su teléfono empezó a sonar escandalosamente. Alterado, sacó su celular – otra vez, si, otra vez – era la llamada de un número desconocido. Aunque rechazó la llamada en cuestión de segundos, no fue lo suficientemente veloz como para que el profesor Nicholas no se percatara de la desobediencia de su alumno.

- ¡Lee! ¡¿Que le acabo de decir?!
- ¡No sé quién me llama Profesor Nicholas! – dijo Taemin mientras se levantaba de la silla – Son muchos números, no conozco ninguno – masculló entre dientes, y su quijada casi se le caía al ver otros 5 mensajes de gente desconocida. El teléfono volvió a sonar dos veces, una vez con el sonido de su canción de timbre, y otras 2 veces por el sonido de un mensaje nuevo.
- ¡Lee!
- ¡Lo siento! – exclamó arrepentido y apurado.
- ¡Apague el celular!
- ¡No puedo! – dijo Taemin.

Sí, sí podía apagarlo, pero tenía la necesidad de tenerlo prendido. La verdad era que esperaba impaciente al llamado de aquella mujer que lo traía loco desde hacía ya varios años. ¿Apagar el teléfono, y arriesgarse a que en ese instante la deseada por Lee le decidiera contestar, y entrara en buzón? No, eso era simplemente inaceptable. Antes de eso, prefería ser castigado con sanción por Nicholas. Y de hecho, eso sucedió.

El teléfono no dejó de sonar, y el Profesor de solfeo lo envió a detención. Irritado, Taemin tomó el reporte y salió del salón con una muy mala cara.
Mientras tanto, el teléfono de Taemin sonaba incesantemente. En menos de 10 minutos ya había recibido más de 40 mensajes, tenía más de 30 llamadas perdidas de personas desconocidas, y 20 buzones de voz. ¡¿Cómo es que de repente su teléfono se había convertido en una línea publica?¡ Eso realmente le había amargado el día.

- ¡Deja de sonar! – le gritó al teléfono - ¡Me tienes arto! – estrujó el teléfono en sus manos por el coraje. Por supuesto, este no dejaba de sonar. Descargó toda su ira a gritos contra el pobre aparato electrónico, hasta que calló en la cuenta de donde se encontraba: Justo frente del salón de piano. Y, para peor suerte suya, una gran ventana daba vista del exterior hacia el interior, y viceversa, por lo que todos los 20 estudiantes que se encontraban en esa clase con sus audífonos puestos, levantaron la mirada para ver como Lee Taemin, si, el mismo Lee Taemin, le hablaba a un teléfono. ¿Estaba loco? Muchos pensaron eso.

Taemin levantó la mirada, y miró hacia el ventanal. Todos, absolutamente todos los ojos de los alumnos estaban pendientes de él, viéndolo con cara de ¿Por qué le habla a un teléfono? Hasta la maestra, la Srita. Jókebed, lo miró frunciendo la frente. Taemin estaba viviendo entonces, el momento más bochornoso de su vida. Y entonces, al fondo del salón, se percató de una mirada bastante peculiar: Era _____, que la miraba como si le causara risa. Entonces, todo encajó en su lugar, y lo supo en ese mismo instante: _____ le había dado su número de celular a todas las chicas de la academia. De ahí tanta llamada, el hecho de que todas las chicas tuvieran su número telefónico no era coincidencia.

- Me las pagaras, _____ – susurró Taemin con la mirada de "te voy a matar." La chica sonrió victoriosa, mientras que el chico, después de haber vivido uno de los momentos más vergonzosos de su vida, retomó su camino hacia la oficina.

¿Quién Entiende A Los Hombres? (Taemin y ____)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora