05 | SENTIRSE EN CASA

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La voz de Jess acompasada con las guitarras de Ivor y Az, y la batería de Jayden hacían que todo fuera perfecto. No podía evitar fijarme en Jayden, allí en el escenario, luego de haber tocado su tercera canción de la noche, con el cabello oscuro mojado por el sudor y la frente empapada mientras continúo su asalto a la batería, las baquetas moviéndose con rapidez y los músculos de sus brazos flexionándose con cada movimiento. No podía apartar la mirada por más que quisiera. Sabía que debería, porque era Jess quien cantaba y su voz era tan impresionantemente suave y rasgada que todo el mundo la miraba, pero yo no.

No podía.

Ni siquiera era capaz de moverme. Temía que si lo hiciera, el hechizo de Jayden desapareciera. Como si fuera un espejismo. Me quedé mirándolo por tanto tiempo que me di cuenta de hasta el más mínimo cambio en su cuerpo. La forma en que tragaba saliva, la manera en cómo movía la cabeza al ritmo de la canción mientras que su cabello se pegaba a su rostro, tapándole la parte superior de los ojos.

Era increíble mirarlo.

—¡Son increíbles! —exclamaron mis amigos al lado. Alguien me codeó—. ¡Tenías razón, Clara, tocan de maravilla!

No podía prestarles atención ahora mismo, porque mi mirada estaba fija en Jayden, como si fuera algún tipo de magnetismo que no me permitía mirar a nadie más que no fuera a él.

Era mucho más fuerte que yo.

La personificación de él en el escenario iba más allá de todo lo que pudiera describir. Su presencia hacía que las mariposas en mi estómago revolotearan con furia, las ahuyenté con molestia mientras trataba de no mirarlo embobada. Las chicas aquí se estaban volviendo locas con los chicos en el escenario. Solo tenía que mirar a mi lado, a Cloe, para darme cuenta que miraba con absoluto asombro a Ivor, mientras él tocaba la guitarra con soltura, moviendo su cabeza al ritmo de I Hate Myself for Loving You con la voz suave y rasgada de Jess.

I hate myself for loving you
Can't break free from the things that you do
I wanna walk but I run back to you
That's why I hate myself for loving you

La melodía se arremolinaba en todo mi interior, sintiendo el compás en mi cuerpo mientras vibraba de emoción. Todo a mi alrededor se desvaneció, solo era Jayden tocando la batería mientras la voz lejana de Jess inundaba mis oídos.

Todo el tiempo que estuvieron en el escenario, no despegué mis ojos de Jayden. En ningún momento. Ni siquiera cuando me empujaron hacia adelante y Dave tuvo que pegar su cuerpo al mío y rodearme de los hombros. Nada, ni siquiera él, pudo desviar mi atención de Jayden.

Jayden, que parecía una estrella de rock en el escenario.

Jayden, que tocaba la batería con pasión.

Jayden, que vivía el momento como ningún otro.

Su cabello estaba mojado y él lo sacudía al ritmo de la música sin dejar de tocar la batería con sus baquetas. Sus piernas se movían al compás y todo su cuerpo se inclinaba hacia su instrumento mientras respiraba con fuerza.

Luego de varias canciones, en donde no despegué mi mirada de él ni un segundo, Jess se despidió de la multitud que aclamaba su nombre para darle el paso a la siguiente banda. Todos bajaron del escenario y se alejaron hacia la puerta que sabía que conducía a los camerinos.

Intenté alejarme, pero tenía peso extra en los hombros. Dave tenía su brazo alrededor de ellos.

Parpadeé, despejándome del hechizo de Jayden para entrar en la realidad.

Dave me estaba tocando, y yo ni siquiera había hiperventilado por ese hecho. Había estado babeando como una estúpida por Jayden que ni siquiera me había fijado en ese pequeño hecho.

El motivo de amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora