¿Qué sabría ella sobre Mia y Damien?
¿Acaso ella conocía toda la historia?
No tenía idea de nada y eso me ponía ansiosa.
Quería tomar a Lissa del cuello y arrancarle el cabello rubio que tenía. Apuesto a que usaba extensiones, no podía tener un cabello así de largo y bonito. Si era así, tenía que pasarme el número de su peluquero, urgente. Aunque era probable que no me diera ni la hora del día. Esa chica me odiaba por robarme a su novio. Ni siquiera le había robado a Jayden, él solito vino a mí.
—¿Qué sabes? —preguntó Jayden sin apartar su mirada de ella.
—Sígueme y te lo cuento —respondió Lissandra, toda altanera. Con una sonrisa triunfadora, porque sabía que lo tenía en la palma de su mano.
Jayden se volvió a mí, se acercó a mi oído y me habló.
—Princesa, ¿está bien si te dejo por un momento? Prometo que no tardaré. Solo quiero saber lo que ella sabe sobre mi hermana, ¿sí?
No podía negarme. Mia era importante para él.
Apreté los labios y asentí.
Jayden hizo algo que me sorprendió. Me tomó del cuello y me plantó uno de sus besos calientes frente a su ex novia y Dave. Por un momento me olvidé de todo, de dónde estábamos y qué haríamos luego, solo porque ese beso me caló hasta lo más profundo. Cuando se separó, sentí mis labios hormiguear por la falta de los suyos.
Jayden me guiñó un ojo antes de darle la vuelta y seguir a Lissa.
Los vi partir hacia el patio trasero con una mueca en los labios.
—No te preocupes, ya vendrán. —Dave se acercó a mí, tambaleándose—. ¿Quieres ir por una bebida?
Me encogí de hombros.
En realidad quería seguirlos, pero no era prudente. Así que seguí a Dave por la masa de cuerpos bailando hasta llegar a la cocina. Dentro había un par de personas sirviéndose una trago en aquellos vasos rojos de plástico infaltables en las fiestas. Dave tomó uno y se sirvió una rara mezcla de alcohol.
—¿Quieres uno? —preguntó.
—Solo si le echas Coca Cola.
—Trato hecho. —Miré a mi alrededor mientras Dave preparaba a espaldas de mí mi bebida. Segundos después se dio la vuelta y me la entregó, antes de poder beberla me detuvo—. Un brindis, por la victoria.
Sonreí.
—Felicidades por haber ganado el partido.
—Gracias.
Choqué mi vaso con el suyo y tomé del trago que me había preparado. Estaba fuerte, así que lo tomé a pequeños sorbos. Lo terminé mientras veíamos a las personas pasar y conversábamos sobre el partido.
Mi celular vibró un par de veces en mi celular así que aproveché para sacarlo y leer los mensajes, pero mi vista se puso borrosa.
Intenté parpadear pero no podía enfocar la mirada en la pantalla.
Joder. ¿Tan rápido me había hecho efecto el alcohol?
Volví a guardar mi celular en el bolsillo de mi pantalón y me apoyé en la isla de la cocina. Dave se inclinó hacía mí, pude sentir su aroma a cítrico y vodka inundarme. En otra oportunidad lo habría empujado lejos de mí porque estaba demasiado cerca, pero esta vez solo me reí. Me pareció muy gracioso que un chico tan grande como él tenga que inclinarse para hablar conmigo.
—Clara, ¿estás bien?
Cerré los ojos un momento para intentar darle sentido a estas nuevas emociones que tenía de un momento a otro. El corazón me latía deprisa por el acercamiento, pero no por miedo, sino por otra cosa. Una nueva emoción. No podía encontrar la palabra precisa para describirla, pero era muy parecida a la excitación.
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El motivo de amarte
Teen FictionClara Russet tiene como objetivo de último año en su instituto conquistar al que ha sido su crush por años, pero no contaba con verse envuelta en una relación falsa para hacerlo. Y peor con su enemigo de toda la vida. ☽ ☽ ☼ ☾ ☾ Clara Russet no sopo...