VI

22 3 0
                                    

Aliados y sospechas

Han pasado días después de ese encuentro con Sally, y Kaia tiene una nueva invitación de Alei, para empezar a elaborar su plan.

Kaia

Oh uh... Mai hará un escándalo...

Ahora nos veremos en su reino... en el reino demoníaco. El reino de las hadas tiene lugares muy concurridos, el único lugar secreto ahí podría ser el castillo, y no es secreto, sólo es privado. Y ni tanto, los sirvientes van y vienen en todo momento y algunos nos vieron la última vez, así que es riesgoso.

—¿¡QUÉ!? ¿¡ESTÁS LOCA!? ¡Es como lanzarse a la boca del lobo, Kai!— ahí está el escándalo.

Confío en él, no creo que quiera matarme, no ahora...—¡Shhh! ¡No grites!— con un ademán la callé.

—Al menos llévate a Rose, si no vas a hacer caso con eso, al menos llévala para que te protega si ese demonio quiere pasarse de listo.

La idea de llevar a Rose no me agrada, porque ni siquiera estoy de acuerdo con que Rose esté en la Orden Arcagelical. Es una niña y puede morir antes de tiempo. Pero si es lo que necesito para evitar que Mai abra la boca antes de siquiera pensar en un plan,  entonces lo haré.— Muy bien... Pero tú prométeme que no dirás nada, la última vez casi le dices a Anna, si no hubiera llegado justo en ese instante, lo hubieras hecho.

—No me culpes por preocuparme por ti, el Sol ya había salido.

—Volveré antes de que el Sol se esconda, ¿Bien?

—Bien...—soltó en un suspiro.— Rose, por favor acompañala, y no te metas en ninguna pelea de no ser necesario, ¿Si?

—Sí señorita Mai.— a veces me da la impresión de que es un robot. Tiene los ojos más hermosos que he visto en una niña de su edad, pero serían aún más lindos si tuvieran brillo... Me pregunto si serán los horrores de la guerra los que le habrán quitado el brillo... Bueno, no tengo mucho tiempo, debo irme antes de que algo más me retenga entre las paredes del palacio.


Alei

Bien, sé bien que esto es meramente un capricho mío, uno de rebeldía, pero también tiene su lógica. Hace unos días Sally me informó que un par de subordinados nos vieron en su castillo, y eso es un problema. Tampoco quiero que el rumor se corra hasta llegar a oídos de nuestras familias, más aún cuando ni siquiera hemos comenzado a llevar a cabo un plan.

La paciencia no es la mejor de mis cualidades, pero debo ser paciente esta vez. Estoy esperando por la princesa... bueno, Kai... sigo llamándola así, porque aún no me ha dicho su nombre, no completo... ni yo el mío. Ya habrá oportunidad. Estoy en el reino de Sally, porque aquí hay un pasaje que conecta el reino hada con el reino demoníaco. Es más seguro para ella hacerlo así, porque ese pasaje sólo se usa cuando las tropas demonio van a atacarlos, y hoy no hay ninguna operación planeada.

—Buenas tardes, Lei.— oigo su suave voz detrás mío y me hace saber que ha llegado. Miro hacia ella y me sorprende cada vez más la habilidad de los ángeles con hacer bordados finos y delgados en sus ropas.

—Hola.— siempre seco. No me gusta la idea de hacerme cercano a nadie, menos de un ángel. Menos de una mujer ángel. Espera, ¿Esa es?..— ¿Para qué la trajiste?— mi dedo apunta a la niña pelirosa que está a su lado. Es el mismo engendro que me dio batalla en su palacio el día que lo ataque. Vaya, sigue viva la muy hija de perra.

—Se llama Rose, por si no te quedó claro ese día.— Ah, cierto.

—Vengo de guardia, como siempre señor.— contesta como militar, va vestida como militar y pelea como militar. Definitivamente es parte de la Orden Arcangelical.

En secreto...      [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora