XVI

16 3 0
                                    



Hacerte sentir


Pasado




Mai

Sol. Lo primero que veo al despertar es el Sol que entra por la ventana.

Al bajar de la cama, me recargo contra la puerta cerrada de mi cuarto, intentando escuchar algo que me indique que papá sigue aquí. Nada.

Abro la puerta con mucho cuidado de no hacer ruido. Bajo con cuidado las escaleras y al no verlo en la mesa, lo busco en la cocina. No está. Otra vez se fue sin decirme nada. Honestamente, no sé por qué sigo haciendo esto. Todos los días, papá se va al trabajo sin avisarme o dejar comida lista. Durante casi doce años ha sido así.

Vuelvo a subir las escaleras y me encierro en mi habitación. Encuentro mi refugio —como siempre— en los libros del estante. Debo admitir que a una chica de mi edad no le atraerían temas como los que hay en estos libros, pero cuando es lo único que tienes a tu alcance durante doce años, te acostumbras. He repetido estos textos más de cincuenta veces en mi vida y la mayoría ya me los he aprendido de memoria, pero no importa. Algo me dice que enterrar la historia de la familia real y las pasadas guerras sagradas en mi mente me servirá de algo en el futuro.

Tomo el primer libro a mi alcance. Tiene la pasta gastada y las letras del título que solían ser doradas, han adquirido ya un tono cenizo. Las hojas están un poco rasgadas y debo pasarlas con suma delicadeza, porque temo que se pulvericen si hago contacto brusco con ellas. Me siento de nuevo en mi cama, levantando las rodillas para que sean soporte para el libro. Este es de registros antiguos en la familia Angelly.


REGISTROS DE LA FAMILIA ANGELLY

VOL. III

Año 100.- Ha sido declarada la segunda Guerra Sagrada. Ésta ha sido proclamada por nuestra reina, Stellia Angelly. Han pasado diez años desde la primera guerra y, según cálculos profesionales, no se cree posible que seamos capaces de librar otra guerra aún. Los recursos perdidos en la pasada batalla de hace una década no han sido recuperados todavía. No hay suficientes soldados y la economía no puede cubrir muchos envíos de armas ni provisiones para el ejército.


Antes de que pueda seguir leyendo, un ruido interrumpe mi lectura y bajo el libro. Miro a todos lados y cuando suena otra vez, me doy cuenta de mi error. Estuve leyendo sin haber desayunado. Mi estómago ya me replica por ello.

Bajo a la cocina una vez más, ahora, buscando algo que comer o al menos, algo que pueda cocinar sin quemar el lugar. Lo primero que encuentro es fruta. Perfecto, ahora tendré que lidiar con un arma blanca en mis torpes manos. Querido dios de la Creación, mi vida está en tus manos una vez más. Mientras corto con cuidado mi alimento, canto una melodía que llevo años componiendo.

¿Por qué lloras, pequeña?

Estás rodeada de amor...

"Perdí a alguien que amo,

En secreto...      [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora