—Tienes que comer algo, no puedes estar así, no vas a estar bien cuando Jimin este con nosotros— Park Chan-Yeol le insistió a su esposa, estaba bastante preocupado por ella —Ha-neul, no has querido pasar bocado, y hace una semana tuviste demasiada fiebre por falta de hidratación y alimentación.
Su esposa no había querido comer nada, tanto así que se enfermó y esta mucho más delgada que anteriormente, esta pálida y postrada en una cama por falta de reposo.
La desaparición de Jimin le tocó el corazón muy fuerte, tanto así que ahora es una mujer deprimida, casi no sonríe, casi no habla mucho, a veces le daban ataques de nervios o no podía controlarse, menos come y se niega rotundamente a tomar agua. Y a pesar que Chan-Yeol dijera una y mil veces que encontrarían a Jimin a ella las esperanzas se le estaban acabando poco a poco, y pensar eso a la señora Ha-neul le dolía mucho más. Porque a pesar de no querer aceptarlo una parte muy profunda de ella le decía que no volvería a ver a Jimin, que no lo tendría nuevamente en sus manos, no podría decirle lo mucho que lo ama y que siempre estará para el.
Así que prefería morir de la forma más lenta posible, solo quiere ver a su hijo nuevamente.—Ha-neul— dejó en la mesita de noche a un lado de la cama aquel plato un poco hondo donde había sopa. Tomó asiento al borde de la cama y tomó las delicadas y delgadas manos de su esposa —Ha-neul, por favor, debes comer algo estas muy mal y deshidratada, necesito que estés bien para cuando Jimin este con nosotros nuevamente.
La señora lo único que hizo es forzar una sonrisa amarga en sus labios, y sin poder evitarlo las lágrimas empezaron a caer de sus unos, unas tras otras sin parar.
—Un mes...— contestó en voz baja, su voz era entrecortada y muy débil —¡Un maldito mes Chan-Yeol! ¡Un mes sin ver a mi hijo!— levantó la voz soltando de golpe sus manos —NO SABES POR LO QUE EL PODRÍA ESTAR PASANDO, Y DE SOLO PENSARLO ME HACE SENTIR MAL, ME DUELE CHAN-YEOL, YO SOLO QUIERO QUE MI PEQUEÑO ESTE CONMIGO.
Chan-Yeol hacía todo lo posible por comprenderla, sabía lo difícil que era porque el también es su padre. Y por otro lado comprendía porque su esposa es un poco más frágil, y más si se trata de Jimin. Ha-neul empezó a alterarse y a llorar de forma desgarradora, mencionando una y otra vez el nombre de su hijo.
Lo único que pudo hacer es atraer su cuerpo a sus brazos y enrollarla entre ellos, como si pudiese aliviar el dolor de esa manera, Ha-neul solo no paraba de llorar, con su mano derecha en forma de puño golpeaba sutilmente el pecho de su esposo, tratando de zafarse del agarre pero sin embargo el señor Park la sostenía con firmeza haciendo que le sea imposible moverse.
Chan-Yeol llamó al médico que estaba tratando a su esposa, aquello solo hizo que la mujer empiece a forcejar nuevamente con su esposo para tratar de zafarse, siendo que sabía que le inyectarian un calmante.
Estaba muy alterada y ella no quería eso, cuando el médico entró por aquella puerta de la habitación empezó a patalear con todas las fuerzas que en ese momento tenía.—¡No, no, no! No quiero, quiero estar despierta para cuando llegué mi nene ¡Por favor, no quiero dormir! ¡NO QUIERO!
Ha-neul se rehusaba a dejarse inyectar, pero sus esfuerzos fueron completamente inútiles cuando entraron a la habitación los amigos de su hijo Yi-Jin tomó una de sus piernas de la señora y Hannie tomó la otra mientras el señor Park se encargaba de sostener bien su cuerpo y el médico de tomar su brazo con firmeza para no lastimar a la señora Park.
Cuando fue inyectada poco a poco se iba calmando y los dos jóvenes saltaban sus piernas a medida que se calmaba, escuchaban lo que Ha-neul murmuraba.
—Qui..quiero ver a Jimin, por favor..traiganme a mi bebé— lo último que empezó a decir ya no se entendía, por lo que poco a poco el calmante fue haciendo efecto.
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The Ace Killer | Kookmin
Mystery / ThrillerSolo a un verdadero psicópata le agrada tener sus manos manchadas de sangre, solo un verdadero psicópata creé que el sollozo de las personas es la mejor melodía para los oídos, solo a Jeon Jungkook le gusta el olor de la sangre, solo a el le parece...