Capítulo 20 conversación familiar

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Tenía muy en claro que mi hermano no era una persona inocente, había dejado de serlo desde el momento en que volvió a tener cercanía con mi padre, pero tomar a una mujer, ponerle drogas en su bebida, llevarla a un sitio lejano a casa, abusar de ella, esas eran cosas que como hombre deseaba que no fueran ciertas.

Sin embargo, lo había visto en la mirada de Lennon, estaba hablando con la verdad, es decir, tampoco es como si ella tuviera alguna razón para mentirme, para jugar con algo tan delicado, pero quería creer que no era cierto, aunque en mi interior supiera que sí.

Es difícil aceptar que no podemos cambiar a las personas, que no somos dueños de sus acciones, que sin importar cuanto queramos a una persona no podemos hacer de sus vidas diferentes.

Cuando Lennon dejó de abrazarme, la miré directo a sus ojos, había dolor, mucho dolor en su interior y una parte de mí se sentía culpable, yo le había permitido a aquel hombre que tomara a mi hermano, que se lo llevara de mi lado, lo había convertido en una extensión de su maldad.

Ahora ya no podía solucionarse, el daño a Lennon ya se había hecho y aunque en mi pecho solamente existe rencor, tristeza, enfado... Aun así ninguno de los dos se iba a librar de las consecuencias por sus acciones, ahora que sabía la verdad ajustaríamos cuentas, pero aún no podía sacar de mi cabeza una cosa en particular, Adira.

No sé qué papel juega en todo esto, mi hermana, pensaba que ella sería la última persona en el planeta que estaría a favor de las hazañas de mi padre, pero allí estaba, lo había llamado, sabía lo de Lennon desde hace tiempo, de otro modo no podría haberle avisado que ella estaba allí.

Había algo que no me estaba diciendo, pero no me contendría, al final terminaría por averiguarlo, así que le daría una oportunidad de que fuera ella la que me lo dijera, pero eso ahora mismo tendría que esperar.

—Kenneth, sé que todo esto te está causando también problemas a ti, ahora sabes las verdaderas intenciones de mi padre y podemos utilizar a nuestro favor eso, mi padre no tiene la menor idea de que sabes la verdad —relamió sus labios con nervios— Tenemos que volver a la mansión, yo tengo una conversación pendiente con mi padre y tú, bueno debes de querer hablar con la tuya, así que nos separaremos.

—No podemos, vamos a levantar sospechas Lennon, ¿qué es lo que le voy a decir a tu padre para que me permita irme de la mansión? Dejó en claro que me quiere a tu lado.

—Sí, pero le dirás que tu padre se llevó a tu hermana, esa será una razón suficiente, que esta mañana ya no estaba, tenemos que poner una buena excusa de por medio, tú necesitas hablar con ellos y yo, yo necesito reclamarle sobre mi pasado —se cruzó de brazos antes de soltar un gran suspiro— No puedo creer que todo esto nos esté sucediendo.

—Está bien, será como tú digas —asentí mirando al suelo— Lamento tanto que todo esto te haya arrastrado, lamento todo lo que mi familia te hizo.

—No tienes la culpa, no te tienes que disculpar en nombre de nadie, Ken, además, también la culpa de todo esto la tiene mi padre, es por eso que iré en busca de respuestas —coloca su mano en mi hombro— ¿Está bien si nos vamos ya?

Asentí sin decir una palabra, aunque lo que dijera Lennon fuera cierto, aunque la culpa no sea mía, me siento responsable de algunas cosas.

Ella condujo hasta la mansión, ahora un poco más calmada, al llegar nos permitieron el paso, su padre estaba allí fuera, nervioso, caminando de un lado al otro y en cuanto nos detuvimos puso su mirada en nosotros para luego aproximarse.

—Lennon, me tenías los pelos de punta ¿Por qué diablos no respondes a mis llamadas? —la regañó como si aún siguiera siendo una niña pequeña— Le dije a Kenneth que me llamaras ayer cuando estuvieras despierta y jamás lo hiciste, no entiendo lo que sucede.

El guardaespaldas de la millonaria caprichosa ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora