Nunca había visto tan triste a Lennon, sé que las personas suelen tener malos momentos y que es normal que se rompan, pero aun así verla de este modo me hizo sentir triste.
Me senté a su lado y la rodeé entre mis brazos, tengo en claro que un simple abrazo no puede reparar lo que esa mujer acaba de romper con sus palabras, pero al menos ahora sabe que su padre tiene cosas escondidas, cosas que ni siquiera ella imaginaba.
No sé si esté en lo cierto, pero algo dentro de mi corazón me dice que él sabe quién está queriendo acabar con la vida de Lennon, lo tiene que saber y es por eso que me contrató. De lo contrario, habría dejado que la policía se encargue de ello, pone como excusa que no quiere poner la vida de su hija en manos de otras personas, sin embargo, lo veo como algo totalmente insólito.
No creo que realmente la policía tenga conocimiento de lo que está aconteciendo, o quizá tenga conocimiento de algún suceso, pero no de todo lo que hay detrás, no me parece que su padre haya comentado lo del cementerio, lo del parque u otros sucesos.
...
Me quedé esperando a que Lennon pudiera calmarse por completo, quería que cuando volviéramos a la mansión si decidía enfrentarlo fuera con calma, para que pudiera hablar con la razón, a veces las personas, cuando solemos hablar con rabia decimos cosas que verdaderamente no pensamos.
Ella al fin se puso de pie, aunque su mirada estaba perdida en un punto, pero al menos había dado ese primer paso, entonces mi celular empezó a sonar y la mirada de Lennon cayó sobre mí.
—Si es mi padre no se te ocurra tomar la llamada —me ordenó de repente prácticamente en un estado de pánico.
—Lennon, si fuera tu padre debería de responder, es preferible que lo haga a que piense que algo malo te sucedió —respondo aclarando mi voz.
—No, Kenneth, no quiero tener que dirigirle la palabra, no voy a volver a esa mansión y al pensarlo con más calma, creo que tienes razón, que es probable que la culpa de todo lo que me esté sucediendo sea suya —respondió al borde de ponerse a llorar de nuevo.
Yo saqué el móvil de mi bolsillo, entonces miré la pantalla por dos segundos, me encontré con el nombre de mi hermana y un gran suspiro salió de mis labios.
Adira normalmente no suele llamarme, me manda algún mensaje durante el día para contarme como le está yendo en la universidad, me mantiene al tanto si necesita de alguna cosa, pero no, no suele llamar a menos que sea un caso de emergencia.
—Lo lamento Lennon, pero debo de responder a esta llamada y no puede esperar.
Ella estaba a punto de separar sus labios, tal vez para protestar porque estoy en mi horario de trabajo, pero no le di tiempo a decir nada, tomé la llamada y coloqué el celular en mi oreja.
—¿Qué pasa Adira? —me apresuré a preguntar.
—Sé que no debería de llamar —escuché su voz rota, estaba llorando— Pero quiero volver al apartamento, ya no quiero quedarme aquí, Ken, hoy estuvo aquí, vino a verme de nuevo y los directores de la universidad le permitieron el paso.
—¿Por qué lo dejaron pasar? —pregunté con mi voz ronca por la rabia— Adira yo pago tus estudios, pago esa mugrosa universidad para que te sientas segura estando allí, ellos no tienen ningún derecho de permitirle el paso, ni a él ni a nadie que no sea yo.
—No quiero que les digas nada, no quiero ocasionar problemas Ken, quiero graduarme, quiero terminar con todo esto de una vez y si ocasiono problemas sabes que no podré —solloza.
Me siento furioso, camino de un lado al otro, con la rabia alojada en mi cuerpo que no deja de mantenerme inquieto, ¿Por qué él siempre termina por conseguir todo lo que quiere? ¿Por qué lo tenemos que dejar que maneje nuestras vidas a su antojo?
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El guardaespaldas de la millonaria caprichosa ✔️
RomanceLennon es la hija de un famoso empresario, como toda hija única siempre consigue lo que quiere, pero todo cambia cuando su vida comienza a correr riesgo y con ello comienza a ser restringida por su padre. Ella piensa que todo eso es una exageración...