Capítulo 27 La despedida para siempre

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Respiré con dificultad, todo fue una secuencia demasiado rápida, no esperaba que ella le fuera a disparar a mi padre, mucho menos que Kenneth fuera capaz de matar a su propio hermano por mí.

Nos arrastró dentro de la mansión, nos llevó de prisa por uno de los pasillos que llevaba al estacionamiento en donde estaban todos los automóviles.

—Escuchen, esto no va a quedar así, no estoy seguro de que Adira vaya a entrar, pero de algo estoy seguro, está llena de odio y después de esto, ya no me va a escuchar nunca, así que nos tenemos que ir —explicó con prisa abriendo la puerta que daba al estacionamiento.

—¿Qué va a pasar con mi padre Kenneth? —pregunté en un quiebre de voz.

—Ustedes van a marcharse —me entregó la llave de uno de los coches— Yo me voy a quedar, veré si sigue con vida y buscaré la manera de llevarlo a un hospital, pero no se pueden quedar aquí.

—No voy a irme sin ti —negué entre lágrimas.

—Por favor, llévela a su casa, refúgiela en un sitio que nadie pueda encontrarla, cuando todo esto pase te llamaré —me rodeó entre sus brazos y me dio un pequeño beso en la frente.

No me quería marchar, el miedo de no volver a ver nunca a Kenneth en mi vida se apoderó de mi alma, no quería irme sin saber tampoco si mi padre estaba con vida, pero mi madre me empujó dentro del coche y me arrebató de las manos las llaves.

—Lo siento Lennon, pero ese chico tiene la razón, ahora mismo tenemos que irnos, tu vida corre peligro —dijo mi madre con sus manos temblorosas tratando de poner la llave y encender el coche.

Cuando lo logró se abrió el portón que daba hacia el exterior, mi madre colocó su mano hacia mi cabeza y me obligó a agacharme para que no pudiera verme nadie, pero tampoco me permitía ver nada de ese modo.

Me quedé en esa postura durante todo el trayecto, me hundí en mis lágrimas, mi corazón se sentía pequeñito, como si solamente me hubieran dejado una parte y el resto se lo hubieran llevado.

En cuanto llegamos entré por primera vez en el apartamento de mi madre, vi fotos, fotos de ella con otro hombre, entonces me detuve ante una en particular y luego intercambié miradas con mi madre.

—¿Él...? —no sabía como continuar con la frase, me quedé pensativa.

—Es una foto de tu hermano, quería decirte, pero no encontré el momento para hablar de ello, pasaron demasiadas cosas —comenta soltando un gran suspiro.

De repente una puerta a mi espalda se abrió, una sonrisa se fijó en los labios de mi madre, cuando giré medio rostro me quedé paralizada ¿Qué hacía él aquí?

—Nova —susurré a lo que mi madre me miró con confusión.

—¿Se conocen? —preguntó.

—Sí, es la chica de la que te hablé, con la que me topé cuando estaba ayudando a la tía en la tienda —comenta e intercambia la mirada entre nosotras— ¿Qué hacen juntas?

—Lennon, él es tu hermano, Nova —comenta un poco incómoda con la situación.

No sé qué será lo que Nova le había mencionado sobre mí, pero cuando escuchó decir aquellas palabras se quedó paralizado, como si aquello fuera lo menos hubiera querido en su vida, verme como si hermana.

—Joder, no, esto tiene que ser un sueño, ahora me iré a mi habitación y cuando vuelva a salir esto no estará pasando —comenta con una risa nerviosa.

—Nova, es tu hermana, sabes bien la historia, sabes que hace muchos años me sacaron de mis brazos a tu hermana y es ella —terminó por decir con firmeza.

El guardaespaldas de la millonaria caprichosa ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora