Capítulo 26 Acción y reacción

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Me quedé parado afuera, esperando por si el señor Óscar regresaba, había algo que me decía que hubiera sido mejor si yo estaba adentro con Lennon, pero ella había insistido y cuestionar sus decisiones no era algo que había querido hacer.

De repente escuché pasos detrás de mí, me quedé algunos momentos, paralizado, sin querer darme la vuelta y cuando lo hice me encontré con el rostro serio del padre de Lennon. Todo este tiempo había estado ahí adentro, quizá incluso se había encontrado con Lennon antes de que pudiera llegar a su despacho, rezaba para que fuera de ese modo, ya le había dejado en claro que no la quería merodeando por su despacho, si la encontraba de nuevo allí, quién sabe qué podría suceder.

—¿Qué es lo que estás haciendo aquí afuera? —me preguntó en un tono desbordado de severidad.

—Solamente sigo órdenes de Lennon, me pidió que la esperara aquí, me parece que tenía planes de ir de Shopping o algo así había dicho —me limito a responder.

—Kenneth, no trates de verme la cara de idiota, soy un hombre con años de experiencia, te puedo asegurar que sé bien que no estás aquí afuera solamente porque mi hija te lo pidió —comenta colocando sus manos en los bolsillos— Le has estado ayudando a buscar a su madre, me has estado ocultando cosas a pesar de que soy quién te pago.

Me quedé en silencio, no podía mirarle a la cara y decirle una mentira como tal, no podía decirle que estaba en lo correcto con lo que decía, pero la realidad es que aunque no lo negara, tampoco iba a afirmarlo.

—No voy a necesitar tus servicios, no quiero verte más por aquí Kenneth, toma tus cosas y márchate —me dijo antes de darse la vuelta, dispuesto a marcharse sin esperar mi respuesta.

—No puede despedirme, hay un contrato de por medio, no puede hacer tal cosa —comento indignado por su actitud.

—Lennon se marchará con su tía, se va a ir mañana mismo y tú, no vas a tener nada que hacer aquí, así que, espero que estés dispuesto a largarte, incumpliste demasiadas cláusulas del contrato, ¿crees que no tengo conocimiento de que te involucraste con mi hija? —gira medio rostro con indiferencia y me analiza con detenimiento.

—Si lo sabía, ¿por qué no me sacó antes de mi puesto? —pregunté con la mandíbula tensa.

—Por el amor que alguna vez sentí por tu madre, sé que ahora lo sabes todo, no dejaría a mi hija en tus manos, en las manos del hijo del hombre que más me odia sin tenerlo bien vigilado, sé bien que te enamoraste de Lennon, lo tengo muy en claro porque la protegiste —se da la vuelta por completo con una media sonrisa— Pero hay amores que no pueden ser, entiende.

—No, usted es el que no entiende, mi padre está tratando de matar a Lennon, no importa si se la lleva al final del mundo, mi padre la va a encontrar y se la va a arrebatar, porque eso es lo que mi hermana quiere, porque él también quiere que sienta lo que es perder lo que ama —comento con mi voz sumergida en la rabia.

—¿Qué es lo que tiene que ver tu hermana en todo esto Kenneth? —me interroga como si una pieza no encajara en toda su historia.

—Así que no tiene la menor idea de que mi hermana es su hija, de que usted tuvo una hija con mi madre —alzo una ceja a lo que arruga el ceño.

—No, eso es una mentira, ella no puede ser mi hija, tu madre nunca me lo ocultar...

—Lo hizo, por miedo de que mi padre pudiera hacerle daño a Adira no dijo nada, pero lo peor es que el alma de mi hermana ahora mismo está llena de resentimiento, pero esto no le está afectando la vida a usted como debería de ser, sino a Lennon, porque la odia —le explico doy varios pasos hacia él— No me importa lo que le pase a usted, pero mientras yo viva, no voy a despegarme de Lennon, no voy a dejar que le hagan daño.

El guardaespaldas de la millonaria caprichosa ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora