Fascinación - Enamorada de un Millonario

CAPÍTULO 5 - INVITACIÓN

CAPÍTULO 5 – INVITACIÓN

Listas con sus carteras y celulares, salieron de la habitación aceleradas porque Owen las esperaba en la casa de al lado —vivienda de los Rocher menores— pero antes Leah la detuvo.

- Debemos tomarnos una foto para conmemorar nuestra primera salida juntas.

- ¿Te gustan las redes sociales? —preguntó Beli.

- Me encantan.

Dicho eso, se tomaron tres fotos frente al espejo de la entrada antes de que Maddox apareciera esta, sorprendiéndolas.

- Buenas noches —saludó el mayor, cerrando la puerta. Llevaba el pelo despeinado, la camisa arrugada sin abotonar y un rictus de molestia.

- Buenas noches —respondieron ellas al unísono tensas. Belinda se podía hacer una idea de lo que había estado haciendo su amigo.

- No sabía que saldrían.

- Belinda tampoco tiene que contarte todo, esta grande para eso —defendió Leah. —Solo la invité a la fiesta de unos amigos.

- ¿Te molesta que salga? —preguntó Belinda extrañada.

- Para nada —negó Maddox con rotundidad. —Está bien que salgan, son jóvenes y merecen divertirse — él suspiró al quedarse sin más argumentos, pero advirtió a su hermana como responsable por ella. —Cuídala.

- Lo haré —Respondió la castaña con una sonrisa al saber que su hermano no las detendría más.

- Descansa, parece que lo necesitas —dijo Beli con una sonrisa conocedora guiñándole el ojo antes de salir tras Leah.

- No es lo que piensas —gritó Maddox para que lo oyera fuerte y claro.

- No soy tonta —gritó de vuelta ella, desde el patio de la entrada divertida.

- Por cierto, estas hermosa.

Y eso la sonrojó porque había sido inesperado.

Ella caminaba hacia atrás con una sonrisa mientras observaba a Maddox recostado del hombro en el marco de la puerta con los brazos cruzados en el esculpido pecho en una postura muy sexy. Él le sonreía de vuelta negando.

Cuando por fin se dio la vuelta temiendo tropezar con algo, se dio cuenta que los guardaespaldas de Maddox la observaban con diversión, aunque no sonreían, la cara la tenían muy tiesa para eso, supuso. Ella los saludo con la mano y se unió por fin a la acelerada Leah, que caminaba al trote.

- Owen no se va a ir porque camines más lento o llegues un minuto tarde — opinó Belinda para disminuir la rapidez de su amiga, que no tenía compasión del tacón fino que llevaba. Eso pareció detenerla un instante.

- ¡Es verdad! Todo esto me ha hecho olvidar que por naturaleza la mujer que vale la pena se hace esperar.

Belinda no quiso reírse en ese momento por las deducciones de su amiga, pero la forma en que Leah se expresaba a veces era como "oh, acaba de ocurrírseme una idea, y es fabulosa". Le recordaba a Beth de Scooby Doo. No pudo evitar soltar un par de carcajadas.

- No entiendo porque te ríes, es serio este asunto. —Leah suspiraba y desestimaba las carcajadas de Belinda con la mano muy elegantemente.

- Entiendo, entiendo. Lo siento. —Belinda a pesar de la disculpa recién dada no podía disimular que le divertía el tema. Se daba cuenta de que a Leah le gustaba divagar sus pensamientos en vos alta. A Belinda le gustaba escucharla.