CAPITULO 2 - EL EXTRAÑO

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CAPITULO 2 – EL EXTRAÑO

Cuando llegó a la tercera cuadra y se detuvo en el semáforo en rojo la miró. Ella estaba llorando y sus manos parecían temblar, esto le preocupó, no le gustaba ver a las mujeres en aquel estado de fragilidad y ciertamente él no sabía qué hacer para hacerla sentir mejor y calmarla. Decidió distraerla y ponerle un poco de lógica a la situación. Otro se hubiera aprovechado, pero él no, su abuelo le había enseñado a respetar hasta a su peor enemigo y a las mujeres ni que se diga.

- Mi nombre es Maddox Rocher, por si quieres saberlo.

- Lo siento...

- Tranquila, supongo que no pasa muy a menudo ¿cierto?

- No, para nada.

- Bien. ¿Quieres que te llevé a algún lugar?

Ella volteó a mirarlo con ojos acuosos viéndose perdida. Sintió pena por ella.

- No tengo a donde ir... mis cosas están en casa de él...

- Tranquila —dio marcha al auto cuando la señal se puso en verde. — ¿Alguna amiga? —ella negó. — ¿Cómo es eso posible? —preguntó sin poderlo creer.

- Está de vacaciones en casa de su familia en Texas.

Le pasó pañuelos de papel de la guantera. Ella las usó agradecida en la nariz. Suspiró — no podía dejarla sola.

- Belinda ¿cierto?

- Sí.

- Me dirigía al bar de un amigo a beber un par de copas ¿deseas acompañarme?

- Un par de copas no me vendrían mal —murmuró Belinda luego de pensárselo un momento. — ¿No eres un asesino serial, cierto?

- No. Acostumbro a arruinar a quien se interponga en mi camino, pero no soy un asesino.

- Bien.

En el bar Louis que estaba en la barra atendiendo a unos pocos clientes no se sorprendió de ver entrar, sino de llevar compañía femenina vestida con clase y joyas que distaban mucho de ser falsas. Maddox retiró una silla frente a la barra e instó a Belinda a sentarse, luego tomó asiento a su lado y saludó a su viejo amigo.

- Hoy andas engalanado —apremió Louis quien luego se dirigió a la belleza de cabellos cobrizos de ojos azules. — Buenas noches, señorita ¿Qué desea que le sirva?

- Un mojito, gracias.

- En seguida ¿y tú, mi amigo?

- Un escoces a las rocas — Pidió Maddox divertido por el comportamiento servicial de su amigo.

- No tardo.

Una vez solo, fijó su atención en Belinda que ya se veía más calmada con una expresión ausente. No dejando que se hundiera en la tristeza empezó a distraerla con preguntas.

- ¿Collín es tu novio? —mala pregunta.

- ¿novio? No, prometido —le respondió con una sonrisa amarga. — Pero eso se acabó.

- Es comprensible. ¿Qué vas a hacer ahora? —de nuevo mala pregunta.

Las bebidas fueron servidas y un largo silencio precedió a la respuesta.

- No sé.

Los dos bebieron. Belinda del coctel y él de su Whisky favorito en un silencio cómodo escuchando el sonido del jazz de fondo. Sintió un hormigueo en el cuello que reconocía bien cuando era observado intensamente. La miró de refilón y constató que era Belinda quien revisaba con la mirada cada centímetro de él a la vista, eso lo hizo sentir extraño, pero no incómodo. Admitía que le gustaba aquella atención en su persona.

Fascinación - Enamorada de un MillonarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora