CAPÍTULO 27 - PROPUESTA
Casi una hora después el timbre la alertó que él estaba allí en su puerta.
- Hola, hermosa. — saludó Collín cuando abrió la puerta.
- Pasa —él le besó la mejilla antes de pasar y ver el lugar. — Ponte cómodo.
- Lindo lugar — elogió. —Espero te gusté lo que traje.
Collín colocó la funda en la mesa de centro y se sentó esperando el visto bueno cuando ella constató lo que efectivamente esperaba. Sus favoritos. Helado de ron pasas, Jack Daniels y comida mexicana.
- Gracias —sonrió ella antes de tomar la comida y sentarse a comer sus tacos.
- ¿Qué quieres que hagamos? —le preguntó su ex mirándola con los brazos cruzados.
Ella lo meditó.
Lo observó por primera vez a conciencia y como siempre, estaba muy guapo y atractivo vestido en jeans oscuros y camiseta gris con cuello en v que le sacaba partido a la sexy clavícula y sus pectorales.
- Hmmm... tomarnos esa botella en la azotea.
- Entonces espero. Come despacio.
Ella asintió. Luego comió su helado mientras Collín preparaba las cosas que necesitarían arriba en una canasta. Su cerebro estaba hecho papilla por el helado cuando subieron a la azotea. El dueño tenía un hermoso jardín allí arriba y unas dos butacas de madera.
Colocaron las mantas sobra ellas, y el agua con gas, el hielo y el licor con los vasos en la mesita de en medio. Ella tenía la bandeja de doritos en su poder mientras Collín negaba porque ella no le daba. Él preparó el whisky a las rocas como a ella le gustaba y miraron las estrellas.
- ¿Qué pasó? —Bell cerró los ojos no sabiendo cómo responder a la pregunta de Collín.
- Supongo que me rompieron el corazón...— tras un largo silencio ella perdió un poco la paciencia. —No digas "te lo dije".
- No diría eso, es solo que me siento culpable. Es como si te hubiera empujado a sus brazos con mis errores.
- Puede ser... —respondió vagamente.
Esperaba ser algo cruel con el comentario. No podía evitarlo. Esto provocó que rieran a carcajadas.
- Enserio ¿tenía que ser con una tipa así? —preguntó ella burlándose.
- Solo era una mujer cualquiera, a los hombres que buscan sexo solo les importa que sean guapas y sexys. Suena machista, pero es la verdad.
- Pero me tenías a mí. Por eso no lo entiendo aun... —susurró.
- Porque soy un idiota. No quería ver que lo tenía todo. Todo para ser feliz.
- Tienes toda la razón— Asintió ella con una mueca.
- ¿Estas desquitándote conmigo? —le preguntó con humor su ex.
- No sé, me sale natural. No soy mala con intención.
Collín sonrió.
- No te creo.
- Piensa lo que quieras —dijo con una media sonrisa.
- ¿Y qué hago aquí? —preguntó Collín después de un largo silencio.
- Mi madre llamó. Viene a "visitarnos" – comentó con sarcasmo denotando la molestia que le daba la visita de su madre.
- ¿No le has dicho? – preguntó Collín sin esperar respuesta a esa pregunta - ¿Por qué no le has dicho?
- Me olvidé... no sé, no quería lidiar con ella. No me culpes.
- No lo hago. ¿Por qué no le inventas un viaje? O dile la verdad.
Bell se removió en el asiento por el estrés que la situación le provocaba. Sabía que era incapaz de decirle la verdad a su madre. Con la mujer era una total niña cobarde. Se estremecía cuando recordaba su adolescencia al lado de ella. Cuando su relación con Collín se consolidó la mujer se volvió extrañamente amable con ella y sabía por qué.
- No puedo... - recogió sus piernas abrazándolas sintiéndose una niña sola y perdida en un mundo de conveniencias donde ella era una simple herramienta para los adultos.
- Cariño... - Collín se sentó a su lado y la abrazó. Ella se hundió en sus brazos anhelando que alguien la salvara. – Mi chica, no está sola. Vamos a encontrar una solución.
- ¿Cuál? – Ella no encontraba ninguna.
- Casarnos... - lo miró a los ojos esperando haber oído mal. – Una vez que consiga lo que quiere, eso la alejaría para siempre.
- Pero... ya no estamos juntos. No puedo. – En toda la locura de idea solo podía pensar en Maddox. Lo que pensaría él.
En realidad, solo podía imaginarse casándose con él, pero era un hombre divorciado que desconfiaba de la gente. Estaba segura de que él no tendría en sus planes casarse después de lo que hizo su exesposa. Y su madre parecía no querer esperar más.
- Solo será por un año. Yo quisiera que fuera para el resto de nuestras vidas, pero no te voy a obligar a estar conmigo si no quieres. Pero prometo serte fiel y darte todo para nuestra felicidad. Solo si me quieres a tu lado, claro está.
Bell no sabía que contestar a ello. Estaba confundida. Era una locura lo que Collín le proponía. No solo era casarse, le pedía una oportunidad de enmendar su error. Ella quería volver a tener una relación que le prometiera seguridad, amor, y lealtad. Odiaba sentirse insegura y perdida. No toleraba la soledad. Y Collín le prometía darle todo de vuelta. Su tan anhelada seguridad. Una que no tenía con Maddox, con quien todo era un día a la vez. Un hombre con el peso de una familia y la cicatriz de una traición que no lo dejaban avanzar. Un hombre con miedo a entregarse.
¿Ella era tan fuerte como para luchar por él?
Sabía que no. Collín entendía sus debilidades como nadie. Y sabía que la amaba. Ella aun lo quería, y con eso tenía su respuesta.
¿Se arrepentiría más tarde? ¿El resto de su vida?
Tal vez. En realidad, tenía una vaga idea de que así sería, pero en ese momento no quería pelear por un amor incierto. No quería enfrentarse a una madre obsesionada con el dinero ajeno, que con unas pocas palabras podía hundirla en una profunda depresión. Con la soledad que sentía cada noche al dormir sola. Las pesadillas que no la dejaban dormir. Y la ansiedad que sentía por no ser aceptada y amada.
- Debes proponerte de rodillas – murmuró en el oído de Collín. Él sonrió con los ojos brillando de felicidad. Se arrodilló frente a ella y con una flor que cogió de un macetero le hizo un anillo anudado a su dedo.
- Prometo hacerte feliz. Prometo ser leal a ti. Prometo darlo todo por ti. Prometo velar por ti y que no te arrepientas de esta nueva oportunidad que nos das de comenzar algo hermoso. Cariño ¿Te casarías con este idiota?
Sabiendo de estaba huyendo una vez más, asintió con una media sonrisa.
- Acepto.
ESTÁS LEYENDO
Fascinación - Enamorada de un Millonario
Romansa(Alto contenido sexual y erótico) Belinda vivía la perfección hasta que su novio la engañó. Sintiéndose confundida y sin rumbo confiará en un extraño que es todo lo que una mujer podría desear: Inteligente, enigmático, atento, amable, un poco salvaj...