Capítulo 1

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Me levanto a las ocho de la mañana como es de costumbre, pero últimamente me cuesta levantarme será por el estrés de todo lo que está pasando. Me dedico a pararme de la cama  estirar mi cuerpo y bostezar.

Me meto a la ducha y me lavo los dientes, me decato por unos Jin blancos con un top y chaqueta del mismo color.

Bajo las escaleras hasta la sala para poder desayunar, me ruje como un león el estómago.

—Buenos días —le hablo contenta llegando a la cocina a Risa.

—Buenos días, pequeña ¿Unos sandwiches? —pegunta contenta como siempre.

Risa es un mujer de unos cuarenta años por lo menos, su pelo es rojizo, pestañas largas y un cuerpo ancho pero no exorbitante. Puedo decir que es como mi segunda mamá. Conoce todo de mi incluso más que mis padres.

Mis padres nunca están presentes en lo días importantes, más ninguno me presta la atención que merezco. Ambos viven en el trabajo es como si algo los mantuviera pegados a él todo el tiempo.

Mi padre Alarick Turel es empresario, trabaja en muchas cosas la cuáles me llaman mucho la atención, se dedica a la venta de autos, reuniones de negocios para expandir su negocio de privacidad, todo aquello que pueda tener un empresario, lo suficiente para olvidarse de su hija.

Mi mamá Shanel Turel es diseñadora de la mejor empresa de marketing del país, además de hacerse cargo de un restaurante de diversas alimentos. Su profesión la estoy siguiendo yo, cuando termine la universidad quiero seguir con su legado. Mi gusta mucho la moda y hoy me siguen en Instagram más de cinco millones de personas. Se que para otros es poco pero lo amigos que me siguen puedo decir con certeza que son fiables hasta hace unos meses.

Llevo recibiendo cartas anónimas hace varios meses atrás y hasta hace poco fue que se lo dije a mi padre gracias a qué esas cartas empezaron hacerse muy comprometedoras.

Luego de comerme la mitad del sándwich que me había preparado Risa me dedico a dirijirme al coche para ir camino a la universidad.

Estaciono el auto y me dedico a caminar por la multitud.

—¡Mía! —grita Jhon a penas me ve llegar. Jhon es mi mejor amigo desde la primaria, el es como el hermano que nunca tuve. Sus ojos son grises que combinan a la perfección con su pelo rubio, no está en una excelente forma que digamos pero es atractivo. Pero esa sensualidad y atractividad que tiene se la dedica a los de su mismo sexo. Es gay y esa es una de las razones por la que me llevo tan bien  y es posible que tenga más confianza con él que  con mis padres.

—¡Jhon! Te he extrañado —dije en modo de llanto. En realidad no paramos de hacernos videollamadas.

—Y sabes que yo a ti, ! Princes! —Se dirige a mi a pasos largos. Me da un fuerte abrazo y un beso en mi mejilla.

Ambos nos dirijimos a clases a penas que suena el timbre. Me dedico a atender al profesor que realmente quiere hacerme dormir.

Un mensaje me despierta. Me dedico a leerlo sin que el profesor se de cuenta. No quiero que me lo quiten.

Hija ¿Cómo estás? necesitamos hablar. Es urgente.

Cierro el cel antes de que el profesor me lo decomise por todo el semestre. Mi cabeza no deja de pensar en lo que dijo mi papá, debe ser algo importante para que me escriba de esa manera.

Suena el timbre dando a entender que ya se acabó estas horas de aburrimiento, cojo mi mochila y salgo lo más pronto posible de la universidad y evitando a Jhon antes de que me convenza para ir algún sitio.

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