Extra II

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¿Qué es el amor? ¿Qué era la felicidad? ¿Qué era una familia? Me preguntaba todos los días. Jamás había experimentado cualquiera de esas cosas. No me acuerdo de como era mi vida antes del accidente, y no es que quisiera acordarme. Dime para que me voy acordar de algo que seguramente fue un desastre. Solo me acuerdo de la sangre que enmanaba mi cuerpo y el llanto de mi hermano. Un hombre y... Nada más, llevo años buscando a mi hermano y averiguando que fue lo que pasó realmente. Necesitaba saber quién o qué fue el culpable de mi desgracia.

Vivía en la calle por años. Estaba apunto de cumplir diesinueve  cuando el ejército me cogió. No puse obsesión, iba a tener un techo y una cama donde poder dormir. Salí a los veintidós y desde entonces trabajo por cuenta propia en cualquier lugar que me acojan.

Edien, ese era el nombre que ponía la cadena que llevaba agarrada de mi mano. Desde entonces trato de investigar cada detalle. Por algo me convertí en un policía, necesitaba averiguar qué pasó ese día. Averiguar si mi familia estaba viva, aún. Temo que cuando lo sepa sea verdad que están muertos.

Y hoy encontré algo realmente interesante. Alguien con el mismo nombre que yo. Realmente es interesante. Un chico con el mismo nombre que yo no puede ser casualidad. Necesitaba conocerlo.

Por eso averigue todo a su entorno. Su familia, amigos, y lo más importante, su novia o como se llame esa relación. Supe que estaba trabajando como guardespaldas para una de las familias más reconocidas de Holanda, era un buen partido para él.

Cualquiera daría la vida por estar en su lugar, hasta yo.

Averigue hasta lo más mínimo, esa familia estaba siendo perseguida por alguien que aún no encuentran, es curioso que ataquen a una familia tan prestigiosa de esa manera. Era algo alarmante. Era mi única solución, su padre me podría ayudar con lo del accidente, no podía pasarlo por alto.

Busque toda la información para poder emitir al Edien que ella conoce. Averigue los gustos y preferencia, todo, incluído lo que él sabía de ella.

En mis planes no estaba enamorarme también de esa chica. Sus ojos brillaban y hacían un contraste perfecto con el cielo y los rallos de sol que caían en su rostro. Su pelo estaba suelto y podía apreciar perfectamente su naturalidad. Era hermosa en los ojos se cualquier hombre.

Lo que era un juegos se convirtió en algo más. Esa chica realmente era única. Ya se porque el que la cuidaba había dejado todo atrás. Es completamente perfecta en todos los sentidos. Su boca, su mirada, su cuerpo, su sonrisa, sus defectos y virtudes, todo, era algo imposible de olvidar.

Cuando la ví leyendo un libro en más sombras de un árbol fue ahí donde supe que era la mujer que estaba buscando. Una chica dulce y sencilla, que a pesar de todo lo que ocurría a su alrededor seguía mostrando esa sonrisa angelical.

Todo se fue al demonio cuando vino él, sus ojos brillaron de otra manera, no podía diferenciar que era, pero sabía que no me había mirado así en lo que llevamos de semana. El brillo que enmanaba sus ojos era totalmente diferente. Cómo si en el fondo supiera que era él.

Pero en ese momento no me llamaba la atención la chica de ojos azules. Era el gran parentesco que teníamos él y yo. Éramos casi idénticos, éramos iguales. ¿Cómo podría ser? ¿El mismo nombre y ahora el mismo físico? Era algo demasiado curioso para mí.

Sus ojos me miraron con la misma curiosidad atenúe. Era él, ¿No? Es imposible, él no podía ser mi hermano. Ese día en el hospital fueron demasiado claros. «tu familia está en un lugar hermoso » esas fueron las palabras de la doctora Kimberly. En su momento la odiaba, no hizo nada lea salvar a mi familia y tampoco dejo que los viera por última vez. Pero entendí que en la vida hay obstáculos y hay que saber esquivarlos, por eso la sigo viendo cada vez que puedo para contarles mis disparates y ocurrencias.

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