Capítulo 14

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Duerme profundamente, y su expresión permanece tranquila y serena. Cómo si por primera vez en tiempo estuviese libre de complicaciones y disgustos. Medito sobre ello. Las complicaciones nos van a seguir a diario, cada máldito día que pasa me siento más inseguro. Los sentimientos que siento por Mia se han intensificado, cada minuto que pasa es un paso más a un delito.

Nada más se me ocurre a mí, es tanto el control que posee sobre mi que me resulto un juego acceder. Sus brazos siguen enrredados en mi pecho, una de sus piernas está entrelazada entre las mías, su pelo cae en mi cara mientras que su respiración eriza todo mi cuerpo. Son casi las nueve de la mañana, las nubes todavía siguen en lo alto, la tormenta no ha querido ceder. Sus padres no deberían venir de viaje con esta tormenta, en lo más profundo de mi ser, no quiere que vengan.

Quiero seguir así, sintiendo su aroma con el mío, su respiración atenúe a la mía, su cuerpo haciendo un contraste perfecto sobre el mío. Quiero estar con ella aunque tenga millones de obstáculos.

Sus ojos azules se abren, con cansancio se pasa sus manos por la cara para despertar. Se mueve suave por toda la cama provocando que sus manos me abraze con más fuerza.

No desea levantarse, el día está delicioso para dormir o ver una película de terror.

Aprobecho que se quedó dormida, o más o menos y me levanto de la cama. No quiero que me vea en la cama cuando por fin se despierte.

Daría mi vida por tenerla desnuda en mi cama, acariciando cada centímetro de su cuerpo con mis labios. Quisiera estar con ella, llevarla a lugares imaginarios y tenerle el mundo a sus pies. Pero ahora no es el momento. Algún día, tal vez.

***

La tormenta no para, han quitado la luz en todo el barrio. Pero obviamente aquí no. Y probablemente el tránsito esté cerrado por lo relámpagos y truenos que han decidido acabar con todo los árboles.

Mia no ha salido de su cuarto, lo más probable es que todavía siga dormida. Yo, sin embargo, hace horas que estoy sentado en uno de los sillones continuos a la grande ventana, viendo cada gota que cae.

Pienso en todo, no se porque no ha pasado nada esta última semana, sinceramente más tiempo. El anónimo no ha querido hacer nada, no hay una carta, atentado, amenaza, juego, nada. Absolutamente nada. Eso es preocupante, normalmente siempre están atacando a la víctima de una o otra forma. Espero que no esté esperando algo especial, una fecha o algo parecido.

Intento estar con los ojos abiertos diariamente, esperando algún descuido o un despiste. Intento alejarme de Mia para que no halla nada que implique una amenaza hacia ella. Intento olvidar quien era realmente en el pasado. Todo es tan complicado en mi vida que me cuesta aceptar la cruel realidad en que vivimos.

***

—Puedo —hablo Mia entrando a la sala. Su rostro todavía sigue dormido, sus ojos están medio abiertos y su pelo está desordenado. Lleva el mismo juego de dormir pero con una enorme manta para el frío. Aún con esas fachas se ve jodidamente sexy.

—Sí —dije. Mi voz sonó ronca e insegura. Digo que me quiero alejar pero en relación sigo metiendo la pata y acercándome más a ella.

Ella se sentó a mi lado y levantó sus piernas, las cuales enredó con la manta. Su pelo cae en su rostro y sus ojos quieren cerrarse. Un bostezo me hizo reír. Todavía sigue teniendo sueño.

La comprendo. Está el día perfecto para dormir el día completo o para ver una película de miedo o algo así.

—Vemos una peli —su voz sono cansada y agotada. Cómo si quisiera ver la película pero en realidad lo que quiere es dormir. No se que gana con eso. Ver películas con sueño es quedarte otra vez dormida.

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