Cap. 51

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JENNIE

—¿Siguen sin responder? —pregunté, tratando de mantener la calma mientras observaba a Dae y a Rosé. En ese momento, solo éramos nosotras tres. Las amigas de Dae se habían asustado tanto por lo sucedido la noche anterior que habían llamado a sus novios para que las recogieran al amanecer.

—Sí —respondió Rose, su voz cargada de preocupación. Dae asintió, reflejando la misma inquietud en su rostro.

—Lisa tampoco me ha respondido ni a los mensajes desde anoche. Ella nunca tarda tanto en contestar —mi voz temblaba mientras hablaba. La última llamada que tuvimos me dejó una sensación de inquietud que no podía sacudirme. —Probablemente la convencieron de seguir bebiendo y todavía están dormidas. No pensemos lo peor, chicas. Mantengamos la esperanza, ¿de acuerdo? Voy a intentar llamar a Lisa una vez más —les dije, intentando ofrecer algo de consuelo mientras el nudo en mi estómago se hacía más apretado.

A pesar de mi intento por tranquilizarlas, no podía evitar compartir su angustia. La preocupación por Lisa me consumía. La última llamada que tuvimos se había llenado de vacilaciones y de un tono que no me gustó nada. Me estaba costando trabajo mantener la calma, pero sabía que debía hacerlo por las demás.

Me sumergí en mi teléfono una vez más, con las manos temblando mientras marcaba el número de Lisa. El sonido del tono de llamada parecía interminable, cada segundo se sentía como una eternidad. Mi mente corría en círculos, cuestionándose si todo estaba bien o si debíamos preocuparnos por algo más grave.

Finalmente, el teléfono de Lisa sonó al otro lado de la línea, pero la voz de ella no llegó. Mi corazón latía con fuerza en mi pecho, y un sentimiento de desesperación creció dentro de mí mientras esperábamos una respuesta que parecía no llegar nunca.

[...]

LISA

Comencé a escuchar el insistente zumbido de mi celular en medio del sueño, un ruido que se volvía cada vez más molesto. Me costaba abrir los ojos, pero el sonido seguía y seguía, hasta que, con gran esfuerzo, logré medio abrirlos. El ruido me llevó hasta el sofá de la habitación, donde vi el celular descansando sobre el cojín.

—¿Diga? —mi voz sonaba somnolienta y rasposa.

—¡Pero qué demonios, Lisa! ¿Por qué no contestan los malditos celulares? No sabemos nada de ustedes desde anoche. ¿Dónde están? ¿Están bien? ¿Jisoo y Momo? —la voz de Jennie, llena de preocupación, retumbó en la línea. Sus palabras me despertaron de golpe, y el pánico se apoderó de mí mientras buscaba a las chicas en sus camas. Momo no estaba en la suya, así que corrí hacia la habitación de Jisoo. Afortunadamente, allí estaban.

—Jennie... amor, por favor, no grites. Me duele horrible la cabeza. Lamento no haber llamado después y no haber respondido tampoco. Anoche... no sé exactamente qué pasó, pero estamos bien —le expliqué, mi voz temblando mientras intentaba recordar los eventos de la noche anterior. Solo tenía vagos recuerdos del club, y de ahí en adelante, todo era un borrón.

—¿Cómo que no sabes lo que pasó? ¿Están en el hotel? —Jennie insistió, con un tono aún más agitado.

—Sí, estamos bien, todo está bien, ¿vale? Le diré a las chicas que llamen a sus novias. No te preocupes, cielo. Ahora necesito tomar algo para el dolor de cabeza, comer algo y te llamo más tarde, ¿sí? Te amo —le colgué antes de que pudiera responder.

Miré mi cuerpo y me di cuenta de que estaba en ropa interior. No era raro, pero no recordaba haberme desvestido ni mucho menos haber llegado al hotel. Me froté la nariz con irritación, y un pensamiento alarmante cruzó por mi mente: esa maldita chica nos drogo. Corrí nuevamente hacia donde estaban las chicas.

Destinadas a ser. (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora