Cap. 44

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LISA

La semana está a punto de concluir, y por suerte, el asunto del ticket ha quedado en el olvido. Todas hemos estado inmersas en nuestras responsabilidades universitarias, especialmente Nini, Momo y Jisoo, quienes empezaron su servicio social. Apenas nos hemos visto, salvo al final del día, cuando nos encontramos en casa. Yo iré a mis prácticas los lunes, miércoles y viernes, por supuesto, en el hospital de mis padres. Jisoo Unnie eligió hacer su servicio ahí también, así que es a quien más he visto últimamente. Los martes y jueves los paso en la universidad, pero hoy es viernes, así que estoy aquí, en el hospital.

Hoy ha sido un día interesante; nos dieron demostraciones de técnicas de laboratorio y procedimientos quirúrgicos, y he tenido mi primera experiencia atendiendo a un paciente. Un niño de apenas diez años llegó con el pie roto. Estaba aterrorizado y lloraba de dolor, pero logré manejar la situación con calma. Pude hacer un diagnóstico certero, y en cuestión de minutos, lo trasladaron al quirófano. La adrenalina corría por mis venas, pero sentí una satisfacción profunda al ver que podía mantener la compostura en momentos así.

Salí antes de lo previsto, así que decidí buscar a Jisoo en el piso donde estaba trabajando. Por suerte, ella saldría media hora después que yo, así que me acomodé en una pequeña sala de espera, dispuesta a aguardarla. Las luces frías del hospital creaban un ambiente austero, pero había algo reconfortante en estar en ese lugar, sabiendo que ella estaba cerca. Mientras esperaba, mis pensamientos revoloteaban.

[..]

Pasados treinta minutos, ambas salimos finalmente del hospital. Nos dirigimos al estacionamiento, donde Momo ya nos esperaba, apoyada contra la camioneta de Jisoo.

—¡Por fin! Creí que no saldrían nunca. Terminé temprano mi servicio y como estaban cerca, vine a buscarlas —explicó con una mezcla de impaciencia y alivio en su voz.

—¿Y tu auto? —pregunté, abriendo la puerta del copiloto de la camioneta de Jisoo.

—Hoy no tuve ganas de manejar. ¿Vamos a la tienda de cómics? —respondió Momo sin esperar una respuesta mientras se subía a la parte de atrás. Jisoo y yo apenas habíamos subido al vehículo cuando ambas asentimos, casi en sincronía.

[..]

Ya instaladas en la tienda de cómics, cada una estaba inmersa en su propia lectura, como de costumbre. Nos habíamos acomodado en un rincón acogedor con mesas, sillas, y una pequeña sala de estar. Incluso habían instalado recientemente máquinas expendedoras de refrescos y golosinas, lo que le daba un toque más relajado al lugar.

—Mañana tenemos que ir a la cafetería. Hace un rato que no vamos, y aunque no ha habido quejas, debemos asegurarnos de que todo esté en orden. Así que no hagan planes por la mañana —indicó Jisoo con tono serio, sin apartar la vista de su historieta.

—Hmm... —murmuramos Momo y yo al unísono, como señal de acuerdo, sin levantar la mirada de nuestras propias lecturas.

De repente, mi teléfono vibró con varias notificaciones de mensajes. Dejé el manga que estaba leyendo en la pequeña mesa de centro y tomé el móvil para ver de quién se trataba. Una sonrisa se dibujó en mi rostro al ver el nombre de Jennie en la pantalla. Sin perder un segundo, abrí sus mensajes con emoción.

 Sin perder un segundo, abrí sus mensajes con emoción

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Destinadas a ser. (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora