Cap. 23

127 8 0
                                    


JENNIE




La tarde transcurría perezosa mientras el grupo esperabamos en la camioneta de Jisoo, todas un poco impacientes. Momo, con su cabeza recostada en el asiento de Jisoo, dejó escapar un suspiro exagerado.

—¿A qué hora va a salir Lalisiada? Llevamos mucho esperando —se quejó con un puchero, la frustración evidente en su voz.

Habíamos estado esperando más de quince minutos afuera de la casa de Bibi. Lisa, aún sin acostumbrarse a manejar, prefería tomar un taxi cada vez que venía a verla, lo que nos dejaba aquí, en la camioneta, esperando su regreso.

—Supongo que le cuesta despedirse de su novia, a la que apenas y ve —dijo Dahyun, su tono teñido de una nostalgia que todos entendimos.

—Sí, me sorprende que hayan durado tanto. Lisa la quiere mucho, y ambas hacen todo lo posible para que su relación siga adelante —comentó Jisoo, sus ojos fijos en la puerta de la casa, como si con la mirada pudiera apurar a Lisa.

En cuestión de segundos, la puerta se abrió, y Lisa apareció, saliendo de la mano con Bibi.

—¿Vendrá ella con nosotras? —preguntó Rosé, su voz cargada de una molestia apenas disimulada. A pesar de que Bibi siempre había sido amable y amigable con todas nosotras, Rosé seguía convencida de que ella había llegado para distanciar a Lisa del grupo.

—Hola, chicas —dijo Lisa alegremente al abrir la puerta de la camioneta. —Pasa, nena —añadió, haciéndose a un lado para que Bibi pudiera subir.

—Buenas tardes, chicas. Espero que estén bien y gracias por aceptar que las acompañe —dijo Bibi con una pequeña reverencia, su tono formal y educado que siempre me había parecido encantador.

—No agradezcas, nos encanta tu compañía —respondió Dahyun con una sonrisa, chocando su mejilla con la de Bibi en un saludo amistoso.

—Es lo que le digo —intervino Lisa, abrazando a Bibi por encima de los hombros—, pero ella cree que las incomoda y cosas así.

—No pienses así, Bi. Nos agradas mucho y eres la novia de nuestra mejor amiga —dijo Jisoo, lanzando una mirada a Bibi a través del espejo retrovisor.

Momo, sin poder contener más su impaciencia, interrumpió el momento con su queja habitual.

—Ya vamonoooos, tengo hambre —dijo, haciendo un mohín que provocó risas entre nosotras.

[..]

Más tarde, estábamos todas en una acogedora cafetería, disfrutando de nuestros postres después de una buena comida. Lisa estaba saboreando un pastel de chocolate que se veía increíblemente apetitoso. La observé mientras tomaba un bocado, y no pude evitar la curiosidad.

—¿Está rico? —le pregunté, mis ojos fijos en el pastel.

Lisa sonrió, una sonrisa llena de satisfacción, y acercó el pequeño plato hacia mí.

—Está delicioso, Jenn. Prueba —dijo, ofreciéndome un pedazo. Le sonreí y asentí, aceptando el bocado que me ofrecía.

El sabor del chocolate se deshizo en mi boca, rico y decadente. Asentí, sorprendida por lo bueno que estaba.

—De verdad, está delicioso. Creo que será mi postre favorito del mes —dije mientras tomaba otro pequeño bocado, disfrutando cada segundo.

Momo, siempre atenta y con un ojo para los detalles, de repente soltó una carcajada juguetona.

—¡Ustedes sí que no pierden el tiempo, eh! —exclamó, sus ojos fijos en el cuello de Bibi, donde unos chupetones bastante visibles comenzaban a aparecer.

Destinadas a ser. (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora