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¡Tenemos nueva portada!
Esperemos que esta pueda ser la definitiva, aunque no prometo nada.
¡Disfruten y comenten mucho el capítulo!
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Capítulo 10
Observaba la casa de mis padres sentada en el capó de la camioneta, con los audífonos puestos y el móvil en el regazo, esperando una llamada importante que por momentos anulaba la irritabilidad de mi cuerpo.
No podía estar más enojada que nunca. Había pasado esos días enojada con la mujer que me había dado la vida que los papeles en nuestra guerra silenciosa se habían invertido: era ella quien buscaba todos los medios para hablar conmigo. Le había pedido a mi padre tantear el terreno, y él había aparecido en mi habitación la primera noche con una cara de circunstancias.
Estaba sentada en la cama con el portátil en las piernas concertada en mi trabajo para dedicarme a hacer algo de provecho y no pasarme las horas procastinando con la mirada perdida en la ventana.
—¿Podemos hablar? —preguntó temeroso.
—Si es sobre mamá, no.
Se quedó de pie en la puerta como si le resultara inconcebible mi actitud indiferente.
—Cariño...
—Cariño nada, que también estoy enfadada contigo.
Cambió drásticamente su mirada cautelosa por una expresión enfurruñada.
—¿Conmigo por qué? ¿Qué he hecho ahora?
—No te atrevas a hacer esa pregunta, quiero mantener las cosas bien contigo, por el momento, suficiente tengo con mamá.
—Pero Mey...
—No —fui más severa y continué rápido antes de falsear; no iba a dar mi brazo a torcer—. Estoy ocupada, papá, te agradecería un poco de privacidad.
Salió de la habitación como un niño regañado.
Después de esa noche no volvió a intentar hablar conmigo, pero en ocasiones escuchaba cómo le pedía a mi madre en voz baja que me diera mi tiempo y que no apresurara las cosas, que sabía cómo era.
Por momentos estaba segura que ninguno de los dos lo tenía claro.
Volví la mirada a la pantalla apagada, sin una respuesta favorable que acabara con el ánimo de perros que me cargaba. No mejoraba la situación que fuera sábado y que mi padre me hubiera mandado un mensaje hace un rato avisándome que tenían barbacoa en el patio y que los chicos estaban invitados. Había hecho el intento de pedirme formar parte de la reunión, y había dejado de insistir al tercer mensaje que envió sin una respuesta de mi parte.
Tomé el móvil para mandarle un mensaje al cretino de mi hermano, con esa sensación amarga de tener un pendiente con él y no tener ánimos para continuar postergándolo.
Jae: Vas a necesitar más que un tarro de cocoa para que logre perdonarte.
Me costó demasiado encontar el equilibrio entre el enojo y la frustración que recorría mi cuerpo por los anteriores acontecimientos; el encuentro con Brandon me había dejado tan alterada que muy dentro de mí sabía que tarde o temprano terminaría buscándolo para darle un puñetazo en la cara.
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JAEHEE
RomanceJaehee Garritsen regresó a Alemania con propósitos sencillos: controlar a la plaga que le había hecho la vida imposible a su hermano en el Instituto, mantener un perfil bajo en la universidad para no ocasionar más problemas de los que ya tenía, reco...