BERRINCHE

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La mujer no sabía cómo reaccionar, al decir que no estaba segura que fuera su Hanna, no mentia, era un milagro que ella estuviera ahí pidiendo un abrazo. El abrazo qué había deseado por tantos años, el abrazo qué deseaba dar y jamás soltar.

-Hija mía - ella caminó hasta la chica que la miraba con ternura - perdoname por haber sido tan tonta  tan débil de no poder protegerte.

-Ssshhh, no digas nada mamá - ella dijo con lágrimas en sus ojos - el pasado no importa ahora.

-Mamá - dijo Lisa casi en secreto a las otras - ella le dijo mamá.

El abrazo fue largo y cálido, fundiendo nuevamente sus corazones, no hubo palabras solo miradas que decían "te amo".

-Hay no, no puedo soportar esto - Eun se puso de pie y fue hasta ellas para unirse a ese abrazo.

Las demás no se quedaron atraz, y entre lágrimas y risas como la vida de todas ellas, fortalecieron nuevamente su lazo familiar.

-Aquí si una es madre, todas somos madres - Ross qué era la más habladora, le dijo a la bella Hanna.

-Pues..... Viví por más de veinte años sin una madre, será fantástico tener cinco - Hanna dijo siendo abrazada aun más fuerte por esas mujeres.

-Y no es que este celoso, pero esos abrazos son míos, esas son mis madres y no se que hacen ustedes traicionandome de esa manera - Alguien qué aun  estaba bajo la influencia del alcohol, dijo en la puerta del comedor.

-Ven cariño, solo nos faltabas tu para estar completos - Geum le dijo al rubio, qué no espero para irse a refugiar ahora en seis mujeres.

-Conoce a tu nueva hermana - Ross le dijo sonriente.

-¿Cuando nació? - el ebrio preguntó tantamente.

Todas rieron por la ocurrencia, la madrugada paso entre cafés y pláticas de años atraz, Hanna se enteró a detalle de como su padre la separó de su madre. Como llegó Jimin a sus vidas y ayudó a que el dolor que las cinco sentían fuera menos.

Ella les contó sobre su niñez, su padre era asquerosamente  rico, pero trabajaba demasiado, siempre hablaba del amor, pero jamás se caso con nadie. Su humor siempre estaba horrible y aunque nunca fue maltratada, fue olvidada por el único ser que era familia.

Cuando creció y preguntó por su madre, él le contó una horrible historia de un burdel, una historia donde esa qué llamaría madre la entregó voluntariamente. Obviamente la odió, su adolescencia y juventud se la pasó ideando un plan para ir a buscarla, debía estudiar algo que fuera internacional.

Jimin escuchaba  con atención, jamás le faltó nada, menos amor.

-Y tu ebrio del demonio - Hanna le dijo a Park - por que veniste a dar aquí hoy, me has asustado tanto, que te hizo ese descarado.

-No importa, eso lo arreglaré yo - Jimin le dijo ya sintiendo un fuerte dolor de estómago por la resaca.

-Si es algo grave dilo de una vez - Lisa, qué era la más violenta, dijo enojada.

-Madre no es nada grave, pero si lo haré pagar - el rubio dijo sonriendo - Solo les pido que me dejen dormir aquí unos días y que escuchen lo que escuchen permanezcan al margen.

-Muy bien - respondieron todas....

-Amo cuando mi pequeño hace esto - Ji Soo dijo divertida.

La platica continuó en torno a Hanna, querían saber todo de ella y ella feliz de responderles.

El sol se posó gallardo sobre la ciudad de Seúl, la gente vivía yendo de un lado a otro.

-Tonto, debemos ir a trabajar - Hanna le dijo al ver la hora.

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