UN POCO DE PAZ

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Jungkook  estaba seguro que al tomar a ese chico, su pasión momentánea, su falso interés y su supuesto fingido amor desaparecerían.... Pero.

-Debes ser  gentil - rogó el rubio escuchando la disconformidad de las ropas del maestro de la seducción.

-Lo se - protestó el constructor, ese  creador del edificio más imponente sobre Daegu, Las ansias le soplaban en el torrente sanguíneo, plagado de navíos prendidos como fugaces avez fénix.

-Te quiero ahora mismo dentro de mí. - Bronco y valeroso, implacable y posesivo, así lo ansiaba, al contrario de paciente y amoroso, como este habituaba a ser normalmente, el rubio dijo entre sollozos.

Jungkook vaciló;  Alargó un brazo y, a tientas, escudriñó entre  diversos botellines de aceites...

-Jimin … —entonó con dulzura el nombre de este haciéndolo sentir especial.

Aprisa, destapó el botellín con los dientes, escupió el corcho y vació el recipiente para liberar aceite de lavanda en su erecta virilidad  y esparcir otro tanto en el cuerpo del muchacho.

Con experiencia besó, y frotando su mejor parte a la del rubio, comenzó a masturbarlo para lograr exitarlo aun más.

Jugando con sus dedos, besos en lugares prohibidos, caricias prometidas, respiraciones agitadas y palabras de amor al oído.

-Sigue… - imploro Park al sentir que Jeon se detuvo.

Avanzando, irrumpiendo en sus adentros.  Embebido del contradictorio doloroso placer, jadeó y hundió las uñas en el perfecto cuerpo del constructor, arañandolo y  haciéndolo sentir  el paraíso.

Un florero cayó al suelo, tarareando al brincar…

Si alguien irrumpiera en ese momento, sería el acabose del sensual momento, pero era exitante la espera.

-Hazlo ahora - demandó el rubio, con el alma amenazando con salirse de la jaula que suponía su cuerpo, afín a un pájaro cantor.

El de grandes ojos  se hallaba tan dentro de él que lo sentía próximo.

-Aguarda, amor —murmuró Jungkook  respirando el aliento de su rubio. Le besó el acentuado arco de los labios, un rasgo único e inusual que el chico tenía y que hacía inolvidable la forma de su boca. Aguantándole la cara por el mentón, lo besó, abrazando con la otra mano por el cuerpecillo de este para sentirlo más cerca. Lo acarició, llenándose los dedos de rocío.

- Necesitas hacerte a mí —susurró masturbándolo, varado en sus adentros.

-Nací hecho para ti - gimió Park, aferrándose con una mano a la mesa y con la otra  en un muslo de Jungkook , danzando a la par con las caderas de delante hacia atrás, enloqueciéndole la sensible próstata entretanto el constructor  lo complacía, afanándole fluidos libidinosos.

Jungkook , asombrado  por la declaración de Jimin y su bendito trasero que  estrujaba, instauró los primeros embates. Cortos, espaciados y mudando a largos y contundentes, competidores del vigor de un caballo en celo.   El calor del muchacho le cocía el lácteo contenido de su amado. Desgastado, se amparó en el hueco del cuello del rubio   sin frenar la ferocidad de la monta.

El aroma a lavanda, transpiración y sexo enarboló en el ambiente musicalizado por el ir y venir  del choque de cuerpos, el del chorreo de sudorosas frentes  y el coro de incontenidos gemidos…

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